A continuación os dejo el planning detallado de un viaje de 4 días a Jordania basado en mi propio viaje:
Día 1: Jerash, Castillo de Ajloun, Betania y Mar Muerto
Si ya habéis leído el artículo "Guía de Turquía" recordaréis que tuvimos numerosos problemas con el vuelo que nos debía traer desde ese país hasta Amman. Dicho retraso nos hizo perder un día entero en Jordania en el que teníamos pensado visitar la zona de los Castillos del desierto, el Mar Muerto y la capital jordana, por lo que tuvimos que planificar sobre la marcha nuestra estancia en este país.
Decidimos eliminar del itinerario los Castillos del desierto y la visita a la ciudadela de Amman, su teatro romano y las principales avenidas de esta caótica ciudad.
Como la experiencia de flotar en el Mar Muerto no la queríamos perder bajo ningún concepto, decidimos incluirla en el primer día del nuevo itinerario.
Tras dos días de tensión y problemas con los vuelos, por fin aterrizamos en el aeropuerto internacional de la Reina Alia en Amman. Eran las 4:00 de la madrugada y ya habíamos perdido un día de nuestro viaje en Jordania, así que nos quedaban por delante muy pocas horas para descansar antes de empezar a descubrir este pequeño país que sin embargo posee un gran legado histórico y cultural.
Nada más recoger las maletas llega el momento de pasar el control de pasaportes, momento en el que también hay que sacar el visado de acceso al país que cuesta 40 JOD (unos 42€ aproximadamente).
A no ser que llevéis dinares jordanos (JOD) desde vuestro país de origen, os tocará pasar por alguna de las casas de cambio del aeropuerto, en las que el tipo de cambio de divisa es bastante malo.
En nuestro caso, el cambio lo hicimos a 0,85 JOD por cada euro. Para que os hagáis una idea del pésimo cambio del aeropuerto, el resto de dinero que cambiamos lo hicimos a 0,94 o 0,95 JOD/€.
Después de este primer sablazo salimos a la calle para coger un taxi, ya que a las horas intempestivas que llegamos era la única opción disponible para llegar a la ciudad. El precio establecido desde el aeropuerto al centro de la ciudad se puede ver en unos carteles situados junto a la parada de taxis, 22 JOD, así que subimos en el taxi que nos asignaron y comenzamos el camino hacia nuestro hotel, situado a los pies de la ciudadela en una de las principales avenidas de la ciudad.
El taxista tenía más sueño que nosotros (que ya es decir) y pronto nos dimos cuenta de que no tenía claro su destino. Le enseñamos un plano en el que venía la dirección de nuestro hotel, pero si le hubiésemos enseñado una rodaja de chóped hubiese servido de lo mismo, es decir, de nada.
El tipo no hablaba inglés, únicamente respondía "ok" a cualquier cosa que le dijésemos o señalásemos, por lo que todavía nos estamos preguntando cómo conseguimos convencerle de que parase en un hotel de lujo que nos encontramos mientras nuestro taxi daba vueltas por las calles de Amman en plena madrugada.
Le dimos el plano y la dirección del hotel y le mandamos a preguntar a la recepción. Al volver parecía más despierto, pero lo más importante, parecía tener claro el destino.
En menos de 5 minutos llegamos a la puerta de nuestro "hotel". En ese momento pensamos: "Por fin, las 4:30 de la mañana y después de estar 2 días abandonados en el aeropuerto, no era el mejor momento para hacer turismo por las calles de la ciudad".
Mientras subíamos las estrechas y lúgubres escaleras que daban acceso al Jordan River Hotel estábamos convencidos de que no iba a haber nadie en recepción...y así fue.
Estuvimos un par de minutos dando vueltas por los pasillos cercanos a la recepción e incluso entramos en alguna habitación cuya puerta estaba entornada. Al cabo de un rato apareció un hombre recién levantado al final de un largo pasillo, que salió a recibirnos con una cara a medio camino entre la extrañeza y el sopor extremo.
Cuándo le dijimos quiénes éramos (le escribimos un mail desde el hotel de Nevşehir comentándole todo el jaleo de los vuelos y avisándole de que llegaríamos con retraso) le cambió la cara y comenzó a charlar animadamente con nosotros interesándose por nuestras desventuras aeroportuarias.
Tras entregarnos las llaves de la habitación, Hany (que así se llamaba nuestro nuevo amigo jordano) se despidió de nosotros y se giró para seguir durmiendo, pero se lo impedimos. Le contamos que teníamos la intención de alquilar un coche pero que ya no nos daría tiempo, así que habíamos pensado en alquilar un coche con conductor para que nos hiciese el itinerario planificado.
Le preguntamos si conocía a alguien y nos dijo que no nos preocupásemos, que por la mañana contactaría con un amigo que nos llevaría sin problema. Aliviados por la respuesta nos despedimos de él a la vez que nos preguntó que a qué hora queríamos tener el desayuno. Eran las 5:00 de la mañana, pero si queríamos cumplir con el itinerario previsto y no dejarnos nada en el tintero, nos tocaba madrugar.
- "Saldremos de aquí a eso de las 8:00, así que para las 7:30 estaremos desayunando y antes de irnos tenemos que cambiar dinero".
- "you crazy friends, you crazy", esta fue su respuesta, que repitió en varias ocasiones mientras se descojonaba de la risa.
- "¿sólo vais a dormir 2 horas? you crazy friends, you crazy"
Un tipo majo donde los haya, pero perezoso hasta decir basta. A las 7:00 de la mañana empezamos a ducharnos y a preparar todo para marcharnos en cuanto desayunásemos, pero cuando salimos al cuarto de estar en el que nos dijo que esperásemos el desayuno, no había nadie ni nada preparado. Nos tocó ir a buscarle y despertarle. Yo creo que todavía se tiene que estar acordando de los p****s españoles que le jodieron el sueño aquella noche.
Más sobado que cuando nos recibió unas horas antes, comenzó a prepararnos el desayuno, y mientras lo devorábamos sin perder tiempo, hizo todas las gestiones necesarias para que, tan solo 15 minutos más tarde, se presentase Issam, la persona que se convertiría en nuestro conductor/guía/conseguidor de los dos días siguientes.
Le enseñamos los dos recorridos que habíamos planificado y dijo que no había problema, que iríamos un poco ajustados de tiempo pero que él se conocía muchos atajos y caminos alternativos con los que recuperaríamos tiempo.
Antes de marcharnos salimos a la calle en busca de una oficina de cambio en la que obtuvimos un buen fajo de dinares.
Tras despedirnos de Hany comenzamos el recorrido atravesando las bulliciosas calles de Amman rumbo al norte del país. A partir de ese momento Issam ya comenzó a contarnos curiosidades y datos sobre la capital jordana, el país y las costumbres jordanas.
Nos habló de los salarios, la educación, la problemática de la inmigración siria y del gigantesco campo de refugiados de Zaatari (el hogar de más de 80.000 sirios en Jordania), sobre la separación de hombres y mujeres en los restaurantes...
Cuando le dijimos que parase en alguna tienda para comprar agua y algunas bolsas de patatas y chocolatinas nos dijo que esperásemos a salir de la ciudad, que era más barato. Ya a las afueras, se detuvo en una gasolinera en la que entró, les dijo algo en árabe a los empleados, y se fue. Allí hicimos la compra y nos salió realmente barata, por menos de 4€ salimos con una bolsa repleta en la que por ejemplo, compramos varias botellas de 1,5 litros de agua por 0,30 JOD cada una, mientras que otras botellas iguales que compramos por nuestra cuenta los últimos días nos costaron a 1 JOD, así que deducimos que lo que les dijo a los empleados de la gasolinera fue algo así como "cóbrales a precio de jordano".
Aproximadamente 1 hora más tarde llegamos a Jerash, dónde pasamos las 3 horas siguientes recorriendo las ruinas de su asombrosa ciudad romana. Tienes toda la información sobre esta visita en el artículo La antigua ciudad romana de Jerash en Jordania.
Desde allí continuamos hacia el norte por una carretera que serpentea por valles rodeados de suaves colinas cubiertas por miles de olivos que forman parte del característico paisaje de esta región situada al norte del país.
Unos 35 minutos después de salir de Jerash llegamos a una de las pequeñas poblaciones que salpican el paisaje, Ajloun, dónde nos detuvimos para visitar su majestuoso castillo construido a finales del siglo XII para contener a los cruzados, controlar las minas de hierro de la zona y vigilar las principales rutas comerciales que conducían al valle del Jordán.
Tras esta visita al Castillo de Ajloun, Issam nos comentó que como íbamos bien de tiempo cogeríamos una carretera que discurre por una zona muy árida y escarpada que termina desembocando en el valle del Jordán.
La sugerencia fue todo un acierto, y es que pasamos de los ondulados paisajes que rodean Ajloun a una zona extremadamente árida y casi desértica desde la que hay una panorámica de vértigo de todo el valle del Jordán y sus países vecinos: Israel y Palestina.
Hicimos varias paradas para disfrutar del paisaje desde alguno de sus miradores y comenzamos a descender hacia el valle del Jordán, una zona plagada de invernaderos dónde según Issam se concentra la inmensa mayoría de cultivos del país.
Casi sin darnos cuenta llegamos a las puertas de Betania, el lugar del bautismo de Jesús. Durante una hora aproximadamente, recorrimos este importantísimo enclave religioso en el que según la tradición, fue bautizado Jesucristo.
A estas alturas del día eran ya las cinco de la tarde, así que reemprendimos la marcha rumbo a la playa pública de Amman (conocida como Amman Beach) para terminar el día disfrutando del atardecer mientras nos dimos un relajante baño en las aguas del Mar Muerto.
Tras disfrutar de la puesta de sol volvimos en busca de Issam, que pacientemente nos estuvo esperando más de tres horas para trasladarnos hasta Madaba, el lugar dónde pasaríamos la noche y desde dónde partiríamos al día siguiente rumbo a Petra.
El precio de este recorrido guiado en coche fue de 110 JOD (118€ aprox.), al que nosotros le sumamos una pequeña propina. Nos despedimos de él y quedamos en que nos recogiese al día siguiente a eso de las 9:00 de la mañana.
Tras dejar las maletas en la habitación del Salome Hotel, nos fuimos a dar un corto paseo por la ciudad mientras buscábamos un sitio para cenar. Tras dar buena cuenta de la cena, volvimos al hotel para ducharnos y descansar, ya que al día siguiente nos esperaba una larga jornada de coche.
Presupuesto del día (precios verano de 2014):
- Visado de entrada a Jordania: 40 JOD
- Compra de agua, patatas y chocolatinas: 4 JOD
- Hotel Jordan River Hotel (45€ habitación triple con desayuno): 15€
- Entrada al sitio arqueológico de Jerash: 8 JOD
- Entrada al Castillo de Ajlun: 1 JOD
- Entrada a Betania de Transjordania: 12 JOD
- Entrada a la playa pública "Amman Beach": 20 JOD
- Alquiler de coche con guía/conductor: 110 JOD (a pagar entre 3)
- Cena: 3 JOD
Total presupuesto para 1 persona (125 JOD + 15€): 148€
Tasa de cambio utilizada: 1€ = 0,94 dinares jordanos
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Día 2: Madaba, Monte Nebo, Castillo de Karak, Castillo de Shawbak y Pequeña Petra
No hay nada mejor que descansar en condiciones para recargar las pilas a tope, así que después de darnos el lujo de dormir 9 horas y dar buena cuenta del desayuno, pagamos la noche de hotel y salimos al aparcamiento para encontrarnos con Issam, que puntual, nos estaba esperando en la puerta.
Nos acercamos en primer lugar a la iglesia del Mosaico de Madaba, pero cuando llegamos estaban celebrando una misa, así que decidimos volver un rato después. Para no perder el tiempo, le pedimos a Issam que nos llevase hasta el Monte Nebo, el lugar desde el que, según las sagradas escrituras, Moisés divisó por primera vez la Tierra Prometida.
Una vez realizada esta visita volvimos a Madaba para, esta vez sí, poder disfrutar de un mosaico muy bien conservado en el que se puede contemplar el mapa más antiguo que se conoce de Tierra Santa.
A partir de este instante comenzamos a descender hacia el sur del país por la King's Highway, una de las carreteras más frecuentadas por los turistas debido a su impactante paisaje y los numerosos lugares de interés que se pueden ver en su recorrido.
Hicimos varias paradas en algunos miradores desde los que se veían pequeños y áridos cañones como el Wadi Mujib, que desemboca en el Mar Muerto.
Poco a poco la carretera va cogiendo altura y nos deja unas imponentes vistas de una vasta y árida extensión de terreno desértico en el que lo más llamativo fue encontrarnos con una presa bastante grande teniendo en cuenta el entorno en el que estaba. Según nos comentó nuestro conductor, esta presa había permitido crear zonas de cultivo en un área que había permanecido deshabitada hasta hacía pocos años debido a sus extremas condiciones climáticas.
Una hora más tarde llegamos a Karak, dónde nos detuvimos para visitar una de las mayores fortalezas de los cruzados que a día de hoy es también una de las mejor conservadas de la época de las cruzadas en todo Oriente Medio.
Tras disfrutar durante una hora de sus laberínticas instalaciones, le pedimos a Issam que nos buscase una casa de cambio y algún sitio para comer, así que se metió en el centro de pueblo y nos acompañó a un banco local primero y a un comercio tradicional después para comprar unos kebabs con patatas y refresco. De nuevo nos consiguió precio jordano, así que por menos de 2€ cada uno disfrutamos de unos kebabs artesanales que estaban increíbles.
Continuamos el recorrido por la King's Highway durante casi dos horas hasta que nos detuvimos en un mirador que nos permitió contemplar una buena parte de la Reserva natural de Dana, la mayor de Jordania y el lugar en el que se concentra la mayor diversidad biológica de todo el país.
Muy cerca de allí se encuentran los restos del castillo de Shawbak, al que no llegamos a entrar por encontrarse muy deteriorado.
Preferimos dedicar el tiempo de esta visita a recorrer un lugar muy similar a lo que veríamos al día siguiente en Petra. Durante algo más de una hora, pudimos sentirnos como los antiguos exploradores y caminar prácticamente en soledad por un lugar fascinante dónde las antiguas caravanas de mercaderes descansaban antes de entrar en la ciudad rosada del desierto, Al-Beidha o la "Pequeña Petra", dónde también aprovechamos para comprar los típicos pañuelos jordanos (Kuffiyah) por 4 JOD cada uno.
Cuando los últimos rayos de sol se escondían tras las sorprendentes formaciones rocosas que rodean la pequeña localidad de Petra, llegamos a nuestro hotel para poner el punto y final a este periplo de dos días en coche junto a Issam.
Aunque el precio que pagamos entre los tres viajeros fue algo mayor a lo que habíamos calculado en coche de alquiler, la comodidad de llevar una persona que conocía a la perfección todas las carreteras y atajos, que nos consiguió agua y comida al precio que lo compran los jordanos y que nos esperó sin ponernos ningún límite de tiempo en cada uno de los lugares en los que paramos para visitar, compensó el pequeño sobreprecio.
También evitó que perdiésemos el tiempo en los numerosos controles de seguridad que hace tanto la policía como el ejército en cualquier carretera, y además, nos fue contando muchas curiosidades tanto del país como del estilo de vida de los jordanos, y respondió a todas y cada una de las dudas y preguntas que le hicimos a lo largo de las dos jornadas que pasamos viajando junto a él por tierras jordanas.
El precio que pagamos por este segundo recorrido fue de 125 JOD. Si alguno va a viajar a Jordania y le interesa contactar con él, aquí os dejo su número de teléfono:
Issam: 00962795789026
Aquí en Petra elegimos un hotel situado a escasos 50 metros de la entrada principal de este complejo arqueológico, ya que teníamos pensado madrugar para entrar a primera hora de la mañana en cuanto abriesen sus puertas. Aunque es un pelín caro, os aconsejo que os alojéis en el Petra Guest House Hotel por ubicación, servicios e instalaciones.
Después de dejar todas las maletas y mochilas en la habitación, salimos a dar una vuelta por el pueblo y aprovechamos para realizar algunas compras para el día siguiente tanto de agua como de chocolatinas y frutos secos que iríamos consumiendo mientras visitásemos Petra.
También compramos algunos souvenirs antes de la hora de la cena, en la que disfrutamos de un hummus y unos falafel de escándalo.
Justo al lado del restaurante en el que cenamos, nos encontramos con un simpático jordano que nos preguntó si ya habíamos visitado el desierto de Wadi Rum y nos comentó que él hacía esa excursión por un precio muy competitivo. Le dijimos que no porque ya lo teníamos reservado (y esto era verdad) así que no nos interesaba.
Cuando salimos del restaurante nos volvimos a encontrar con él, así que no sé de qué manera nos engatusó para entrar en un local en el que nos explicó la excursión que él hacía de tal manera que acabamos aceptando. Yo creo que nos convenció al no tener que pagar nada por adelantado y sobre todo al ofrecernos un descuento considerable respecto al precio que ya habíamos pactado con Khaled's Camp.
Por como acabó siendo la experiencia en el campamento y la excursión en 4x4 por el desierto estoy en condiciones de decir que nos equivocamos, pero en fin, eso ya forma parte del relato del tercer y cuarto día de este viaje a Jordania.
Presupuesto del día (precios verano de 2014):
- Salome Hotel de Madaba (47€ habitación triple con desayuno): 15,67€
- Entrada Monte Nebo: 1 JOD
- Entrada iglesia de San Jorge (Mosaico de Madaba): 1 JOD
- Entrada Castillo de Karak: 1 JOD
- Comida: 5,10 JOD (a pagar entre 3)
- Alquiler de coche con guía/conductor: 125 JOD (a pagar entre 3)
- Compra de agua, patatas y chocolatinas: 3 JOD
- Cena: 11 JOD (a pagar entre 3)
Total presupuesto para 1 persona (53 JOD + 15,66€): 72€
Tasa de cambio utilizada: 1€ = 0,94 dinares jordanos
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Día 3: Petra y noche en Wadi Rum
A las 5:45 suena el despertador. Por fin ha llegado el día más esperado de este viaje a Jordania. Por delante, varias horas para recorrer uno de los lugares más mágicos y sobrecogedores en los que he estado.
Podéis leer con detalle toda la visita a Petra en el artículo Petra, la ciudad perdida del desierto.
Durante la visita a este impresionante recinto arqueológico, un escorpión picó a uno de mis compañeros de viaje, lo que hizo que poco a poco se fuese encontrando peor.
Intentamos que fuese al médico, pero se negó, así que proseguimos con la planificación y tras hacer el checkout en el hotel, nos acercamos a una tienda para comprar provisiones para el desierto de Wadi Rum.
A continuación comimos en el mismo lugar en el que cenamos la noche anterior, y al salir del restaurante, nos montamos en el 4x4 contratado el día anterior para dirigirnos hacia el sur rumbo al desierto de Wadi Rum.
Eran las 16:00 de la tarde y nuestro conductor iba en modo ahorro total sin encender el aire acondicionado. Si yo iba asfixiado del calor, mi compañero que estaba bajo los efectos de la picadura del escorpión no sé cómo pudo aguantar. Aunque insistimos en varias ocasiones, lo encendía un rato y luego lo quitaba.
Hicimos una parada en una tienda de souvenirs de algún amigo suyo con el pretexto de enseñarnos unas vistas increíbles, pero la verdad es que el paisaje no era nada del otro mundo, estaba claro que la intención era que comprásemos algo en la tienda para asegurarse una comisión.
Tras casi 2 horas de camino desde Petra, llegamos a las puertas del campamento beduino en el que pasaríamos la noche. Allí no había nadie, tan solo 2 o 3 personas que salieron a recibirnos y que no volvimos a ver hasta la hora de la cena. Éramos los únicos huéspedes.
Cuando dejamos las mochilas en la jaima que nos asignaron, le preguntamos a nuestro conductor si por allí cerca había algún lugar desde el que se pudiese ver el atardecer. Al principio nos dio largas y se hizo un poco el loco, pero poco después nos hizo subir en el 4x4 y nos llevó hasta un lugar aislado en medio del desierto con unas vistas increíbles, justo lo que nos habíamos imaginado cuando incluimos el Wadi Rum en nuestro itinerario.
Tras disfrutar de este espectáculo de la naturaleza, tomamos un té sentados en las todavía templadas arenas del desierto hasta que se hizo de noche.
De vuelta al campamento, aprovechamos hasta la hora de la cena para ducharnos y poner un poco de orden en las mochilas y maletas. A eso de las 21:00 volvimos a encontrarnos con un grupo de 2 o 3 beduinos que prepararon un guiso típico de su cultura (según nos explicaron) y que hubiésemos disfrutado más si lo hubiésemos podido compartir con otros viajeros mientras contábamos nuestras batallitas viajeras.
Parece que después de la cena los males de la picadura se desvanecieron un poco, aunque lo que vimos por el campamento bien podría haber sido producto de las alucinaciones provocadas por el veneno del escorpión. Desde que terminamos la cena hasta que nos fuimos a dormir, aquello fue un ir y venir de gente extraña que aparecía con lujosos coches que permanecían un rato por allí y luego se marchaban dejando alguna que otra "señorita de compañía" que terminaba "pasando el rato" con algún miembro del personal del campamento.
Otra cosa que nos fastidió mucho es que este campamento estaba muy cerca de una carretera iluminada con farolas, por lo que nuestro sueño de haber contemplado en silencio el maravilloso cielo estrellado del que hablaban en todos los relatos de viaje que leímos, se quedó en no más de 5 minutos mirando a un cielo similar al de cualquier pueblo de la geografía española.
En vista de que allí no había nada que ver ni que hacer, nos fuimos a dormir muy pronto, así que a las 23:00 de la noche ya estábamos acostados en unas camas cochambrosas bajo una jaima cuyas alfombras se mantenían en pie por si solas de la mierda que tenían.
Presupuesto del día (precios verano de 2014):
- Entrada a Petra: 50 JOD
- Petra Guest House Hotel (115€ habitación triple): 38,50€
- Botella de 1,5 litros de agua en Petra: 2 JOD
- Lata de coca cola de 20 cl. en Petra: 1 JOD
- Compra de agua, patatas y chocolatinas: 3,5 JOD
- Comida: 10 JOD (a pagar entre 3)
Total presupuesto para 1 persona (60 JOD + 38,50€): 102€
Tasa de cambio utilizada: 1€ = 0,95 dinares jordanos
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Día 4: Ruta en 4x4 en Wadi Rum, Snorkel en el Mar Rojo
De nuevo nos tocó madrugar en este último día de viaje por tierras jordanas. Tal y como acordamos con nuestro conductor, queríamos visitar pronto Wadi Rum para no pillar las horas de más calor y poder estar en Áqaba a la hora de comer, así que a las 5:45 sonó el despertador.
Tras desperezarnos y dejar listas las mochilas y maletas, salimos en busca del desayuno, pero allí no había nadie, únicamente un par de beduinos durmiendo junto a los rescoldos de una hoguera. Parece que para ellos la noche sí que fue larga.
Entre unas cosas y otras, terminamos de desayunar a las 7:00, momento en el que empezamos el recorrido en 4x4 por el desierto de Wadi Rum.
Otra de las cosas que habíamos pactado era comer en medio del desierto algo que nos preparasen tras el recorrido en 4x4, así que de camino, nos detuvimos en un par de tiendas dónde nuestro conductor hizo la compra para después.
Ahora sí, por fin llegó el momento en el que, tras un volantazo y después de atravesar unas vías del tren, el 4x4 se metió de lleno en las arenas del desierto. Pasaron más de 30 minutos de divertidas carreras atravesando paisajes inolvidables cuando le preguntamos al conductor por algunos de los lugares típicos de Wadi Rum.
Se le notó que estaba improvisando cuando nos señaló una formación rocosa similar a los "Siete pilares de la sabiduría" pero que no era la mítica montaña de Lawrence de Arabia.
En ese preciso instante nos dimos cuenta que nos estaba enseñando otra zona de Wadi Rum, igualmente espectacular, pero no la que habíamos acordado con él dos días atrás.
Le pedimos que nos llevase a la cueva en la que habitó el famoso oficial del Ejército Británico en el que está basada la galardonada película de aventuras, pero de nuevo trató de engañarnos y nos llevó a una de las decenas de cuevas dispersas por aquel sobrecogedor paisaje marciano.
La guinda del pastel fue cuando le dijimos que queríamos ver el manantial de agua del que se abastecía el propio Lawrence y nos llevó a un pequeño cañón en el que se había construido una presa que no debería tener más de 10 o 15 años.
Ya no aguantamos más y le dijimos que sabíamos que nos estaba engañando, que esta parte del desierto también era digna de visitar, pero que no era lo acordado. Tras un tira y afloja en el que tampoco pudimos presionar mucho ante el temor de que nos dejase tirados en mitad de la nada, tuvo que reconocer que no era la zona más turística del Wadi Rum, algo que por la expresión de su cara no le sentó nada bien.
Tras seguir visitando este Wadi Rum alternativo durante una hora, dijo que ya habíamos terminado, que iba a buscar un lugar para empezar a preparar la comida.
- "¿Ya?", sólo llevamos 1:30 y habíamos acordado 3 horas de ruta en 4x4 por el desierto.
- "Pues esto es lo que hay, hemos recorrido 35 kilómetros y se acabó."
De nuevo hubo una discusión con este impresentable personaje en la que decidimos dar por finalizada la excursión por el desierto. Le pedimos que nos llevase hasta Áqaba y así hizo, nos llevó hasta la ciudad en la que cogeríamos el avión con el que abandonaríamos el país.
Tras comer en un McDonalds y preguntar en la oficina de información y turismo sobre algún lugar cercano en el que bucear para ver los fondos marinos del Mar Rojo, les dejamos las mochilas y maletas para no tener que cargar con ellas mientras paseamos por la zona del bazar de Áqaba.
Allí compramos un kit de buceo compuesto por gafas+tubo+aletas por 4 JOD y otros regalos como jabones del Mar Muerto. Con nuestra equipación "profesional" de buzos expertos, nos acercamos hasta las inmediaciones de la plaza en la que se encuentra la gigantesca bandera conmemorativa de la sublevación Árabe contra el Imperio Otomano ocurrida durante la I Guerra Mundial que está situada frente al mar para coger el transporte hasta el Áqaba Marine Park Visitor Centre.
En el artículo Snorkel en el Mar Rojo encontraréis toda la información sobre la forma de llegar hasta allí y lo que os encontraréis cuando sumerjáis vuestra cabeza en las aguas del Mar Rojo. En el siguiente vídeo podréis ver un resumen de nuestra inmersión:
Tras algo más de 2 horas en las que alucinamos con lo que vimos mientras hacíamos snorkel a escasa distancia de la orilla, buscamos un taxi que nos llevase hasta el aeropuerto de Áqaba. Aunque tuvimos la mala suerte de parar al taxista loco (por no decir otra cosa) de la zona, conseguimos llegar sanos y a salvo, pero acojonados, al aeropuerto militar de Áqaba. A pesar de este surrealista trayecto en taxi que puso la puntilla a un día para olvidar en muchos aspectos, abandonamos el país con un excelente sabor de boca gracias a todas las experiencias vividas y a los lugares visitados en este viaje relámpago de 4 días a Jordania.
Presupuesto del día (precios verano de 2014):
- Tour en 4x4 por el desierto de Wadi Rum, noche en campamento beduino y transporte de Petra a campamento y de campamento a Áqaba: 45 JOD
- Comida en Mc Donalds: 12 JOD (a pagar entre 3)
- Gafas+tubo+aletas: 4 JOD
- 4 jabones del Mar Muerto: 6 JOD
- Taxi Áqaba - Áqaba Marine Park Visitor Centre: 4 JOD (a pagar entre 3)
- Uso de la "ducha" en el "vestuario" de la playa pública: 1 JOD
- Taxi Áqaba Marine Park Visitor Centre - Aeropuerto de Áqaba: 10 JOD (a pagar entre 3)
Total presupuesto para 1 persona: 69€
Tasa de cambio utilizada: 1€ = 0,94 dinares jordanos
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Podéis complementar toda la información de este artículo con la que ya publiqué en Organiza un viaje a Turquía y Jordania por tu cuenta.
Además, si tenéis más días disponibles, podéis combinar este viaje con un recorrido por Turquía como el que compartí hace unos días en el artículo Guía de Turquía.
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