Pequeña Petra ~ PhotoViajeros - Los relatos de mis Viajes, Rutas y Escapadas

Pequeña Petra

A tan solo 8 kilómetros al norte de Petra se encuentra un pequeño desfiladero con numerosos templos, tumbas y otras estancias excavadas en la roca.
No es tan espectacular como su "hermana mayor", pero si la visitáis antes de recorrer la ciudad rosada del desierto, podréis sentiros como los antiguos exploradores y descubrir prácticamente en soledad un lugar fascinante dónde las antiguas caravanas de mercaderes descansaban antes de entrar en Petra y que permanece anclado en el tiempo...

Pequeña Petra


En la entrada al recinto nos encontramos con un grupo de Beduinos que se ofrecieron para hacernos de guías, pero como sabíamos que el cañón era muy pequeño y lo más interesante se encontraba a simple vista, decidimos no contratarlos. También hay varias jaimas en las que venden todo tipo de recuerdos de Petra y Jordania, así que para compensar que la entrada era gratuita, les compramos unos Kuffiyah (típico pañuelo jordano) a 4 JOD cada uno.

Desde allí comenzamos nuestra visita completamente solos, y lo primero que nos encontramos fue una tumba nabatea excavada en la roca de la montaña...

Pequeña Petra

... la primera de muchas que veríamos tanto aquí como en Petra.

Pequeña Petra

En la misma zona podemos ver otras cavidades menos monumentales que ésta, pero que nos permiten hacernos una idea de lo que nos encontraremos más adelante.

Pequeña Petra

Unos metros después llegamos a la entrada de un estrecho desfiladero llamado Siq al-Barid (Cañón frío) que no tendría más de un metro de anchura en algunas zonas y que estaba protegido por una desvencijada y oxidada puerta de hierro. Recibe este nombre porque siempre está a la sombra y la temperatura en su interior es más baja que en otras zonas cercanas situadas a la entrada y la salida del Siq.

Pequeña Petra

Tras atravesarlo, se abrió ante nosotros un angosto valle de apenas 500 metros de longitud con numerosas estructuras talladas en las paredes de roca, siendo la más espectacular un triclinio de dos alturas que tiene una fachada monumental con columnas en el segundo piso.

Pequeña Petra

Estos triclinios repartidos por el valle se utilizaban como comedores dónde los mercaderes que iban con sus caravanas hacia Petra reponían fuerzas.
Se cree que Pequeña Petra era un barrio de Petra por dónde tenía que pasar obligatoriamente todo aquel que fuese a llevar sus mercancías a la imponente ciudad nabatea, por lo que la mayoría de las estancias que podemos ver en este lugar son edificios oficiales en los que se registraban viajeros y mercancías, aunque también hay otras estancias que se utilizaban para hospedar tanto a los viajeros como a sus animales.

Como si de una ciudad troglodita se tratase, comenzamos a encontrarnos con cuevas, tumbas y escaleras excavadas en la roca que se perdían en la montaña a izquierda y derecha...

Pequeña Petra

...por las que subimos para entrar a cada una de las estancias superiores.

Pequeña Petra

En el techo de una de las estancias más grandes situadas a la izquierda, nos encontramos con unos frescos restaurados en los que se podía apreciar una elaborada ornamentación a base de flores, plantas, animales e incluso algunas figuras humanas, algo que nos puede ayudar a hacernos una idea de cómo estaban decoradas estas construcciones talladas en la roca.

Pequeña Petra

Continuamos avanzando y entrando en otras construcciones más toscas que las que acabábamos de visitar...

Pequeña Petra

...hasta que al final llegamos a otro estrecho desfiladero situado al final del valle por el que trepaban unas escaleras talladas en la roca.

Pequeña Petra

Allí, a los pies de la escalera, un cartel nos incitó a continuar hacia lo que prometía como "Las mejores vistas del mundo". La escalera no es que sea complicada, pero en algunos tramos se estrecha bastante y en otros desaparece, por lo que se hace necesario realizar una pequeña trepada.

Pequeña Petra

Al otro lado no nos encontramos con las mejores vistas del mundo, pero el paisaje rocoso que se puede contemplar desde este improvisado mirador merece mucho la pena.

Pequeña Petra

Es posible y bastante fácil caminar por todo aquel entramado de desfiladeros y conglomerados de arenisca y rocas, pero el paisaje es tan parecido que las posibilidades de perderse y no encontrar el camino de vuelta son muy altas, así que optamos por no alejarnos mucho de la salida de la escalinata, aunque fue lo suficiente para poder contemplar un auténtico mar de roca esculpido por los vientos del desierto.

Pequeña Petra

Durante el recorrido de vuelta, que se hace por el mismo sitio, pudimos contemplar nuevas escalinatas y otras estancias situadas en lo alto de la montaña, además de un sistema de canalización y almacenamiento de las aguas que no habíamos visto la primera vez que pasamos por allí.

Petra es la joya de la corona de Jordania, pero visitar la Pequeña Petra el día anterior es un excelente aperitivo que no os podéis perder. Allí podréis caminar en soledad con la única compañía del viento y la arena del desierto, algo que se echa de menos en su hermana mayor, dónde el intenso trasiego de gente le ha robado parte de su encanto y de ese halo tan especial que envuelve los yacimientos arqueológicos.


Organiza tu visita:

  • Horario: abre todos los días desde el amanecer hasta la puesta del sol
  • Duración de la visita: 1 hora
  • Precio de la entrada (año 2014): Gratuito
  • Cómo llegar: Esta visita se suele realizar mientras bajamos en dirección a Petra desde Amman, así que se aprovecha el taxi o el coche de alquiler (con o sin conductor) que hayamos contratado. Si queréis ir desde Petra, hay que seguir la carretera que sale hacia el norte durante 8 kilómetros.

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