Diario de un viaje a China: La Montaña sagrada de Huashan ~ PhotoViajeros - Los relatos de mis Viajes, Rutas y Escapadas

Diario de un viaje a China: La Montaña sagrada de Huashan

Según la mitología China, hay cinco montañas sagradas conocidas como las Cinco Grandes Montañas que están distribuidas por su territorio siguiendo las direcciones cardinales de la geomancia china, que considera el centro como una dirección.

De acuerdo a las creencias Taoístas, estas cinco montañas sagradas fueron originadas a partir del cuerpo tumbado de Pangu, el primer ser vivo y creador del mundo, siendo el monte Tai su cabeza y por lo tanto la montaña más importante.
El monte Heng Hunan situado en el sur seria su brazo derecho, el monte Heng de la provincia de Shanxi el brazo izquierdo, el monte Song sería su ombligo y el monte Hua serían sus pies.

Montaña sagrada de Huashan

Para nuestro sexto día de viaje a China elegimos una de estas cinco montañas sagradas, el monte Hua, para pasar el día y evadirnos un poco del calor y el ajetreo de Xi'an, aunque al llegar allí pudimos comprobar que estábamos muy equivocados...


Si leéis acerca del mito de Pangu (盤古/盘古 Pángǔ) entenderéis en parte por qué decidimos visitar una de estas cinco montañas sagradas del Taoísmo. Aparte de las vistas y el paisaje montañoso que rodea este pico, cuando leí el origen mitológico de estas montañas me gustó tanto la historia que decidí comentarle a mis compañeros de viaje la opción de visitar la montaña de Huashan, así que a continuación os dejo el resumen del mito de Pangu que aparece en la Wikipedia para que sepáis de lo que os hablo:

En el principio no había nada en el universo salvo un caos uniforme y una negra masa de nada. Es inconcebible para el hombre imaginar una situación donde no existe nada. El caos comenzó a fusionarse en un huevo cósmico durante 18.000 años. Dentro de él, los principios opuestos del yin y yang se equilibraron y Pangu salió del huevo, que normalmente es representado como un gigante primitivo y velludo vestido con pieles. Pangu emprendió la tarea de crear el mundo: dividió el yin del yang con su hacha gigante (hacha de la cual se desconoce el origen), creando la tierra del yin y el cielo del yang. Para mantenerlos separados permaneció entre ellos empujando el cielo hacia arriba. Esta tarea le llevó 18.000 años, elevándose el cielo cada día un zháng (丈, equivalente a 3'33 metros) mientras la tierra se hundía en la misma proporción y Pangu crecía también la misma longitud. En algunas versiones, Pangu es ayudado por los cuatro animales principales: la tortuga, el qilin, un ave y el dragón.

Después de otros 18.000 años, Pangu se tumbó a descansar. Era ya tan mayor que su sueño fue llevándolo lentamente hacia la muerte. De su respiración surgió el viento, de su voz el trueno, del ojo izquierdo el sol y del derecho la luna. Su cuerpo se transformó en las montañas, su sangre en los ríos, sus músculos en las tierras fértiles, el vello de su cara en las estrellas y la Vía Láctea. Su pelo dio origen a los bosques, sus huesos a los minerales de valor, la médula a los diamantes sagrados. Su sudor cayó en forma de lluvia y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo (pulgas en algunas versiones), llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos. Así, Pangu dio origen a todo lo que conocemos hoy en día.

Fuente del texto: Wikipedia

Tras esta breve introducción empiezo con el relato de este sexto día de viaje por tierras Chinas.
Después de desayunar en el hotel y acercarnos en un par de taxis hasta la estación de trenes de Xi'an, nos dirigimos hacia la explanada situada a la derecha de la entrada de la estación y empezamos a buscar el autobús que nos llevaría hasta Huashan.

A pesar de que esta estación de autobuses no es muy grande tardamos un rato en encontrar nuestro autobús. Tuvimos la genial idea de preguntar a lo que creíamos que era un chino cualquiera dónde estaba el autobús que iba a Huashan, pero en cuanto nos vio que estábamos buscando el autobús público para ir por nuestra cuenta hasta la Montaña Sagrada nos dijo que ese autobús no existía y empezó a ofrecernos una excursión hasta allí por unos 450 yuanes.

Otros vendedores se nos acercaron y estuvieron tratando de convencernos de que cogiésemos la excursión con ellos hasta que localizamos el autobús turístico número 1, que tiene una fotografía de la montaña en el cristal delantero y un letrero en el que aparece escrita la palabra Huashan tanto en chino como en "occidental", tal y como nos comentaron el día anterior en la oficina de turismo situada junto a la torre del Tambor.

Teníamos la intención de coger el autobús de las 8:00, pero entre lo que tardamos en encontrarlo y que cuando lo localizamos estaba ya a tope, tuvimos que esperar un rato y coger el de las 8:30. Al subir, compramos los billetes de ida y vuelta por 22 yuanes (unos 3€) cada trayecto, así que la ida y vuelta hasta la montaña nos salió por 44 yuanes o 6€.

Montaña sagrada de Huashan

El trayecto dura algo más de 2 horas y el autobús te deja en la puerta este del parque, dónde tenemos que sacar dos tickets:
  • Uno es la entrada al parque (180 yuanes o 90 con carnet de estudiante), o lo que es lo mismo 22€ la entrada normal u 11€ en el caso de que tengáis carnet de estudiante.
  • Un billete de autobús con el que llegaremos hasta la base de la montaña para coger el teleférico y que cuesta 40 yuanes (5€) el billete de ida y vuelta.

Esta es la forma más rápida de subir y la que utilizamos todos aquellos que vamos un día y tenemos el tiempo un poco justo, pero hay otras dos opciones para subir hasta el North Peak:

  • Un paseo de 5 horas y unos 7 kilómetros en el que se atraviesan numerosos templos y que es el camino tradicionalmente utilizado para ascender caminando al Pico Norte. Comienza en el templo de Yuquan Yuan (Jade Spring Temple) (玉泉院), situado en la conocida como puerta oeste.
  • La que yo he bautizado como "la ruta suicida", un ascenso de 2 horas por escaleras prácticamente verticales o con inclinaciones superiores a los 45º excavadas en la roca no apta para personas con vértigo. Parte de las inmediaciones de la estación del teleférico situada en la base de la montaña.

Podéis encontrar más información sobre las diferentes rutas de ascenso en las siguientes Webs:

www.travelchinaguide.com
www.foreignercn.com

Los autobuses que van desde la puerta este hasta el lugar dónde se coge el teleférico salen desde la calle situada junto a las taquillas en las que se compran las entradas.
De allí salen autobuses cada 5 o 10 minutos, y el trayecto total por la sinuosa carretera que asciende encajonada entre altas montañas dura unos 20 minutos.
Si vais hasta allí podréis comprobar la demencial forma de conducir de los conductores de estos autobuses: a toda velocidad, invadiendo el carril contrario..., por lo que cuando llegamos al final de la carretera teníamos la sensación de haber estado subidos en una centrifugadora espacial.

Nada más llegar os recomiendo que hagáis dos grupos, uno que vaya a sacar las entradas del teleférico y otro que empiece a hacer cola en un laberinto humano del que no se ve el final cuyo destino es la estación inferior del teleférico.

La entrada del teleférico que va de Wamiao Gou al North Peak cuesta 150 yuanes el viaje de ida y vuelta, u 80 si cogemos sólo el viaje de ida o el de vuelta. Aquí no hay descuento por carnet de estudiante o por ser primo lejano de Mao, así que nos tocó pagar los 18€ que cuesta el viaje de ida y vuelta.

En la cola de los tickets no estuvimos más de 10 minutos, pero sin embargo cuando vimos la cola que había para poder subir al teleférico se nos cayó el alma al suelo.

Montaña sagrada de Huashan

Tuvimos que esperar casi 2 horas bajo un intenso calor y los chorros de agua pulverizada con olor a cloaca con la que nos regaban para que no muriésemos de una lipotimia colectiva.
Pasamos el rato charlando y evitando acabar con un mosqueo de narices por la larga espera en compañía de centenares de chinos que a su vez pasaban el tiempo viendo una especie de Operación Triunfo Chino y cantando al son de las canciones que se emitían en varias televisiones colgadas del techo a modo de karaoke colectivo.

Montaña sagrada de Huashan

Habíamos elegido este lugar para huir por un día de las mareas humanas que abarrotan cualquier ciudad china, para disfrutar de los paisajes naturales y poder respirar un aire algo más sano que el de los días anteriores, pero a pesar de estar a 120 km. de Xi'an esperando para subir a una de las montañas más peligrosas del mundo dónde cada año se estima que mueren unas 100 personas al sufrir caídas desde lo alto de la montaña, aquello se asemejaba más a un parque del centro de cualquier ciudad superpoblada que a una apacible montaña sagrada.

Mientras esperábamos nos dio tiempo a observar cada detalle de esta estatua conmemorativa dedicada a los guerrilleros del Partido Comunista que lograron la victoria en la batalla del monte Huashan y las diminutas cabinas en las que estábamos deseando subir y que se alejaban rumbo al pico norte.

Montaña sagrada de Huashan

Este iba a ser mi primer viaje en teleférico, así que para una persona con vértigo y que no se siente nada cómodo en las alturas, este no era el lugar más indicado para perder la virginidad teleféricamente hablando, pero al haber sido yo el que propuso visitar este lugar y tener las entradas en nuestros bolsillos, no era plan de echarse atrás.
A punto de coger el teleférico pudimos comprobar como la cola, lejos de disminuir, había aumentado en las dos horas que llevábamos esperando, así que ahora que estábamos a escasos minutos de empezar a subir hacia los pies de Pangu empezamos a disfrutar un poco de la montaña. Bueno yo no, por lo menos hasta que no llegase sano y salvo a lo alto del monte Hua.

Montaña sagrada de Huashan

Por fin llegó el momento, la puerta del teleférico se abrió, no había escapatoria, entramos los 6, se cerró la puerta y comenzó el ascenso.
Al principio yo iba un poco acojonado, para que vamos a negarlo, pero misteriosamente según íbamos ganando altura me relajé y hasta me permití el lujo de disfrutar de las espectaculares vistas de las montañas que nos rodeaban e inmortalizar esta pequeña gesta en varias fotografías.

Montaña sagrada de Huashan

Los momentos en que peor lo pasaba era cuando cruzábamos por una de las torres que sujetan los cables, porque eso de pillar un bache a nosecuantos metros de altura a mi estómago no le estaba gustando un pelo, pero al final y tras 8 minutos de viaje por los cielos de la provincia de Shaanxi la cabina llegó a las inmediaciones del pico norte de la Montaña sagrada de Huashan.

Una vez arriba pudimos comprobar que aquello más que una montaña parecía un parque temático, todo lleno de puestos con agua, comida y souvenirs, baños, carteles y gente, mucha gente.
Lo que iba a ser un día de tranquilidad sin escuchar los gritos y escupitajos de cientos de personas se esfumó nada más empezar a esquivar gente mientras caminábamos por los senderos excavados en la piedra.
Decidimos asumir que en China no debe haber ningún lugar tranquilo y sin aglomeraciones, así que empezamos a disfrutar de las vistas que nos ofrecía esta zona de la montaña situada a unos 1600 metros de altura.

Montaña sagrada de Huashan

El sol pegaba de lo lindo, así que cada sombra de cada árbol o templo se convertía en un pequeño oasis en este desierto de piedra. Lo primero que hicimos fue subir hasta el pico norte para hacernos una idea de todo lo que podíamos ver en esta zona de la montaña y nuestro destino final, la montaña en forma de V del fondo.

Montaña sagrada de Huashan

En el siguiente vídeo podéis contemplar los mismos paisajes que vimos nosotros desde lo más alto del Pico Norte:


Mientras paseábamos por algunos caminos protegidos con una simple cadena en unos casos o un pequeño muro de piedra en otros, nos asomábamos a los lados de la montaña para contemplar algunos de los templos y tramos del camino tradicional que sube desde el templo de Yuquan Yuan.

Montaña sagrada de Huashan

En esta zona hay varios templos taoístas que se pueden visitar, unos excavados en la roca y otros ubicados en pequeños edificios situados en un peligroso equilibrio sobre unos precipicios que descienden casi verticales hasta el fondo de los valles que rodean la montaña. Al fondo, los picos del este (izquierda) y oeste (derecha) aguardan a los peregrinos que cada día ascienden hasta aquí para purificar sus almas en busca de la inmortalidad.

Montaña sagrada de Huashan

De vez en cuando encontramos terrazas adornadas con centenares de candados en los que cuelgan unas cintas rojas que han ido dejando los peregrinos recién casados a lo largo de los años como símbolo de su amor eterno.

Montaña sagrada de Huashan

A pesar de haber pasado por algunos caminos muy estrechos situados junto a profundos precipicios y de haber sufrido algunos malos momentos al cruzarme con otras personas en zonas donde no había ninguna cadena a la que agarrarse, esta escalera se convirtió en un obstáculo infranqueable para mí.

Montaña sagrada de Huashan

No parece gran cosa, y de hecho no debe ser para tanto cuando tanto niños como ancianos subían por esta escalera excavada en la roca casi sin esfuerzo, pero mi problema era un considerable precipicio que había a la izquierda por dónde yo estaba convencido que iba a terminar despeñándome, así que les dije al resto del grupo que continuasen sin mí.
Me costó bastante convencerles para que siguiesen visitando el resto de la montaña, pero al final aceptaron seguir cuando les dije que yo me quedaría dando una vuelta por la zona del pico norte y que más tarde nos encontraríamos de nuevo en la cola del teleférico.

La siguiente media hora la dediqué a visitar todos los templos que me encontré mientras inspeccionaba otros caminos que fuesen hacia dónde estaba subiendo el resto del grupo pero que no tuviesen grandes precipicios que me volviesen a condicionar el ascenso.
Al final encontré una ruta alternativa que discurría sobre uno de los precipicios pero más ancha y con una barandilla hecha a base de cadenas, así que me aventuré por este nuevo camino hasta que llegué a una zona más amplia dónde por casualidad me encontré con el resto del grupo que se había parado allí a tomar un helado y descansar un rato.

Tras contarles lo que había hecho en esta media hora que habíamos estado separados visualizamos nuestro siguiente objetivo, la impresionante escalera inclinada a 45º conocida como Black Dragon Ridge, Green Dragon Ride o Canglong Ling.

Montaña sagrada de Huashan

La pregunta que yo me hice y que seguro que el resto repitió en su cabeza fue: ¿Se atreverá Edu a subir por ahí?
Hasta no hace mucho este era uno de los lugares más peligrosos, ya que esta pasarela excavada en la roca de unos 300 metros de largo y 80 centímetros de ancho no tenía barandillas laterales, por lo que desaparecer por cualquiera de los dos lados precipicio abajo no era una opción muy descabellada.

Cuando me planté frente a la escalera sólo vi delante de mí una agotadora ascensión a pleno sol, pero no tuve la sensación de vértigo o inseguridad de otros tramos de la montaña, así que acepté el reto y comencé el ascenso hacia Wuyuan Peak, el lugar que marca el inicio de los caminos que van hacia los tres picos restantes, Este, Oeste y Sur.

Mientras subíamos encontramos varias personas sentadas en los escalones descansando, potando o escupiendo. Aunque habíamos tratado de abstenernos de ese asqueroso ruido gutural era imposible no escuchar a alguien que arrancaba la mucosidad no de los pulmones, sino de las uñas de los pies, porque ese rugido extremo y esa forma de aspirar el aire sólo se explica si el moco estaba en el lugar del cuerpo más alejado de la boca.
Hartos de tanto cerdo lanzagapos (y que no me salga nadie con que esto es algo cultural porque no me lo creo), uno de nosotros hizo el chino cochino y arrancó parte de sus pulmones en un sonoro escupitajo que por unos momentos enmudeció al resto de seres humanos de la montaña que estaban realizando el mismo ritual de despeje nasal.
Nos reímos a carcajada limpia en uno de los lugares más peligrosos de la ruta, pero es que la cara que pusieron algunos de los que subían cerca de nosotros fue de derrota total. Un occidental había logrado batir de manera apabullante al resto de ciudadanos chinos en su deporte nacional, el lanzamiento de gapos.

Este ascenso también nos mostró la cara más cruel de Huashan, sus porteadores. Una persona que se hace toda la subida hasta el pico norte caminando y que luego tiene que seguir hasta cualquiera de los otros tres picos cargado con bombonas de butano, comida, ropa, garrafas de agua... para mí es un auténtico superhéroe al que todos los que subimos allí cómodamente en el teleférico miramos con una mezcla de admiración por la fortaleza mental y física que demuestran, y rabia porque en pleno siglo XXI una persona tenga que soportar unas condiciones de trabajo tan...extremas.

Montaña sagrada de Huashan

Al adelantar a estos porteadores o a otras personas que estaban paradas descansando había que acercarse peligrosamente (recordad mi vértigo) a las barandillas laterales, así que hubo algunos momentos en los que fui consciente de dónde estaba y que provocaron algún traspiés nervioso causado por el tembleque de piernas, pero menos mal que eran episodios muy puntuales que lograba superar en escasos segundos, aunque mi cara de cansancio y acojone digan otra cosa...jajaja

Montaña sagrada de Huashan

Por fin llegamos al final de la escalera, dónde aprovechamos para descansar en una terraza desde la que había unas vistas espectaculares de todo el pico norte y la estación del teleférico.

Montaña sagrada de Huashan

La verdad es que mirando hacia abajo la rampa acojonaba más, pero si había sido capaz de subir sería capaz de bajar. ¿O no?

Montaña sagrada de Huashan

A partir de este punto la ruta sigue por unas escaleras interminables entre árboles, así que con menos calor y sin la amenaza de precipicios cercanos, realicé sin mayores problemas el tramo final de nuestro recorrido hasta Wuyuan Peak, dónde decidimos hacer una parada sentados en la ventana de un mirador desde el que se veía perfectamente el West Peak y alguno de los templos y edificios situados junto a este pico.

Montaña sagrada de Huashan

En este vídeo podéis haceros una idea de las vistas que hay desde aquí hacia el pico oeste y las montañas cercanas a Huashan:


A estas alturas del día eran ya más de las 14:00, y por lo que habíamos leído y creído entender cuando preguntamos en las taquillas, el último autobús con destino a Xi'an salía a las 17:00, así que teníamos tan sólo 3 horas para hacer el camino de vuelta, subir al teleférico, coger el autobús de los conductores kamikazes y llegar a la puerta este a tiempo para subirnos al último autobús, porque de lo contrario podíamos tener un problema, ya que no sabíamos otra alternativa para llegar hasta Xi'an.

Si vais con tiempo, un poco más arriba de este lugar arrancan los distintos caminos que van hasta el resto de los picos.
Informaros bien de cada una de las rutas hasta los distintos picos, porque el grado de dificultad y peligrosidad en todos estos caminos es muy alto. Estos son los tres caminos hacia los distintos picos ordenados de MAYOR a MENOR riesgo:

  • West Peak (pico oeste)
  • South Peak (pico sur)
  • East Peak (pico este)

Por falta de tiempo y porque no nos apetecía salir rodando ladera abajo, emprendimos el camino de vuelta hacia el pico norte, pero cuando estábamos cerca de Canglong Ling un cartel informativo nos indica que el camino de vuelta se hace por otro lado. A mí se me mezcló la euforia con el desconcierto de no saber a qué me tendría que enfrentar en este otro camino, pero al menos no tendría que bajar por la empinada escalera que tanto temía recorrer en sentido contrario.

El camino de vuelta es muy tranquilo, bastante llano y sin muchas escaleras, así que como avanzábamos deprisa, decidimos hacer un alto en el camino y preparar unos bocadillos con las últimas reservas de embutidos que nos quedaban.

Elegimos una zona boscosa en la que encontramos algunas escaleras totalmente verticales excavadas en la roca por las que de vez en cuando bajaba alguna persona, y allí estuvimos prácticamente solos durante el tiempo que tardamos en preparar y dar buena cuenta de los bocadillos.

Con el estómago lleno y energías renovadas reemprendimos la marcha por un camino desde el que de vez en cuando podíamos ver parte de la arista de roca en la que está excavada la impresionante escalera Black Dragon Ridge.

Montaña sagrada de Huashan

Este sendero presenta muchas menos dificultades que el ida, aunque transcurre por un saliente flotante bastante amplio y protegido con una barandilla que no levanta más de dos palmos del suelo.

Montaña sagrada de Huashan

Pero claro, la montaña de Huashan es lo que tiene, porque cuándo más confiado estás de repente te sorprende con un camino cortado en el que la única salida es un descenso casi vertical por una escalera de piedra excavada en la propia montaña de unos 10 metros de altura.

Montaña sagrada de Huashan

No me lo pensé dos veces y empecé a bajar agarrándome a las cadenas con una mano y a los escalones con la otra, así que en menos de 5 minutos estábamos de nuevo caminando en dirección a la estación del teleférico y disfrutando de las vistas de todo el pico norte.

Montaña sagrada de Huashan

Todavía me quedaba la última prueba de este particular peregrinaje al que me sometió la montaña, nada más y nada menos que la bajada en el teleférico. La cola para bajar no tiene ni punto de comparación con la que tuvimos que soportar a primera hora de la mañana, por lo que tras una espera de unos 15 o 20 minutos ahí estaba yo, enfrentándome de nuevo a la puerta abierta de una cabina que se dirigía hacia el precipicio de una de las montañas más peligrosas del mundo.
Elegí los asientos que miraban hacia Huashan porque prefería no ver el vacío existente hasta la estación inferior del teleférico, pero la salida de la cabina al exterior fue un poco de montaña rusa.
Comienza avanzando recto, pero en un momento dado hace una curva hacia abajo para ponerse a 45º de inclinación, y claro, esa parte no me hizo ninguna gracia. Sentí algo parecido a esas turbulencias de los aviones en las que el aparato cae al vacío durante uno o dos segundos, pero además, toda la cabina se mantiene oscilando durante un minuto hasta que se estabiliza.

Según nos íbamos acercando al fondo del valle las manos dejaron de sudarme y se me pasó la angustia el acojone, así que al bajar del teleférico y pisar tierra firme sentí una gran sensación de alivio y relax.

Desde allí nos fuimos en busca del autobús que nos llevaría hasta la puerta este para coger el otro autobús que nos devolvería a Xi'an. Nos subimos y en vista de que tardaba en arrancar algunos se fueron al baño, pero prácticamente al instante llegó el conductor y encendió los motores.
Pensábamos que el autobús se iba dejando a la mitad del grupo en tierra, pero únicamente cambió el lugar dónde estaba aparcado sin hacer caso a nuestro intento de hacerle comprender que no se podía ir, que nos faltaban 3 personas que habían ido al baño.

Para variar, el autobús bajó por una carretera llena de curvas y con bastante desnivel como si fuese un coche de rally, haciendo que todos los pasajeros fuésemos dando bandazos la mayor parte del camino.
Para que os hagáis una idea de la carretera y de lo que sufren los frenos, casi al final de la misma hay un desvío lleno de agua procedente de un río que pasa por allí en el que los autobuses se meten para refrigerar neumáticos y frenos en una especie de piscina dónde el agua llega a cubrir casi toda la rueda. Es alucinante ver cómo sale el vapor de agua al entrar en contacto el agua del río con las ruedas de los autobuses.

Llegamos a la puerta este a las 16:45, y enseguida nos fuimos a hacer cola detrás de una veintena de personas que estaban esperando nuestro mismo autobús.
A las 17:00 en punto el autobús partió de las inmediaciones de la montaña sagrada de Huashan rumbo a la estación de trenes de Xi'an, dónde llegamos un par de horas y media más tarde después de haber dado alguna que otra cabezada por el camino.

A continuación os dejo el importe total de ir hasta Huashan por vuestra cuenta (precios de verano de 2012):

  • Autobús Xi'an- Huashan: 22 yuanes cada trayecto
  • Bus de ida desde la puerta este a donde se coge el teleférico: 20 yuanes
  • Entrada al parque: 180 yuanes, con carnet de estudiante 90 yuanes
  • Teleférico de ida y vuelta: 150 yuanes

Total: 414 yuanes (50€)
Total con carnet de estudiante: 324 yuanes (40€)

Si decidís visitar Huashan con una excursión organizada debéis tener en cuenta que en muchas de ellas no está incluido el precio del teleférico, pero si encontráis alguna agencia en la que os incluya todo por un precio similar al que pagamos nosotros haciéndolo por nuestra cuenta a lo mejor os compensa, pero seguramente dispondréis de menos tiempo al tener que hacer alguna parada de turisteo en algún taller de jade o fábrica de jarrones...
Conociendo las dos opciones, cada uno que elija la que mejor se adapte a sus preferencias.

Siguiendo con el relato de este sexto día en China, desde la estación de trenes cogimos dos taxis hasta el hotel, dónde unos aprovecharon para ducharse, otros para comprar algún bote de fideos deshidratados que se preparan con agua caliente y otros para reservar una noche más en el hotel.

¿Os acordáis de la escenificación en el herbolario del día anterior?, pues bien, en esta ocasión nos tocó representar una variante en la que pedíamos un rollo de papel higiénico.
Esta vez el escenario fue la recepción del hotel, delante de los dos recepcionistas y unos 4 o 5 clientes más haciendo el movimiento de limpiarse el culo...
Otro momento de risas tanto nuestras como de los recepcionistas del hotel.

Después de estar una hora aproximadamente descansando, nos fuimos dando un paseo hasta el barrio musulmán, dónde volvimos a recorrer las mismas calles de la noche anterior hasta que elegimos un local para cenar en el que estaban preparando una especie de rollitos de primavera que nos llamaron la atención, pero que a la hora de la verdad no estaban muy buenos.

Montaña sagrada de Huashan

Además, los palillos con los que teníamos que comer estaban utilizados y mordisqueados, por lo que no os recomendaré este lugar para comer o cenar, bueno por eso y porque no tengo ni idea de dónde está ;)

Con otro tranquilo paseo de unos 20 minutos regresamos al hotel, y de camino nos pareció muy curioso encontrarnos con varios telescopios montados sobre remolques en los que por 10 yuanes cada uno, tenías unos 5 minutos para contemplar la luna, Júpiter o Saturno.

Después de fijar la hora a la que nos levantaríamos, nos fuimos a dormir pensando ya en el día siguiente, cuándo veríamos cumplido otro de los motivos principales de este viaje a China: visitar el yacimiento de los 7000 soldados de terracota conocidos mundialmente como los Guerreros de Xi'an...


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