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Guía de los Países Bálticos: Riga y Estocolmo

Esta es la segunda parte de la guía de los Países Bálticos con la que podrás planificar un viaje por tu cuenta a esta zona del norte de Europa y visitar las ciudades de Helsinki, Tallin, Riga y Estocolmo.

Si ya has leído la primera parte de esta guía en la que visitamos las ciudades de Helsinki y Tallin puedes seguir leyendo, de lo contrario, te recomiendo echarle un vistazo al artículo Guía de los Países Bálticos: Helsinki y Tallin.

Guía de Riga y Estocolmo


Día 5: Riga

Amanece el 5º día de nuestro viaje por los Países Bálticos en Tallin, dónde después de desayunar cogemos un taxi en dirección a la estación de autobuses situada en la calle Lastekodu nº 46 para subir al autobús que sale a las 10:00 rumbo a nuestro siguiente destino, la capital de Letonia, Riga.

Tras un agradable viaje rodeados por inmensos e interminables bosques llegamos a la estación de autobuses de Riga situada junto al Mercado Central de la ciudad sobre las 14:30.
Desde allí nos vamos caminando a nuestro hotel, ya que está a menos de 10 minutos andando. Dejamos las maletas en la habitación y salimos en busca de un lugar dónde comer.
Después de descansar un poco empezamos a recorrer la ciudad por la concurrida Kaļķu iela, y elegimos la Plaza del ayuntamiento como primer destino de interés.

Aquí se encuentra uno de sus edificios más emblemáticos y todo un símbolo de la ciudad: la Casa de las cabezas negras, dónde antiguamente tenían su sede los gremios de mercaderes de los siglos XIV y XV.

Otros edificios interesantes son la casa Schwab, el Ayuntamiento, la estatua de Roldán y el Museo de la Ocupación de Letonia.

A continuación tomamos la cercana calle Tirgoņu ielas hacia la Plaza de la Catedral (Dome Laukums), dónde paseamos entre numerosas terrazas situadas junto a la Catedral y el antiguo edificio de la Bolsa que data de mediados del siglo XIX, actualmente sede del Museo de Arte de Riga Bourse.
Nos sorprendemos por la cantidad de edificios modernistas que estamos viendo en estos primeros minutos por la ciudad, aunque como comprobaremos más tarde, esto es tan solo un pequeño aperitivo de lo que veremos en el increíble barrio art nouveau de Riga.

En uno de los extremos de la plaza nos detenemos a contemplar una pared pintada en la que aparece una alegoría al anhelo humano por poder volar en la que también podemos leer una inscripción en la que pone: "Aquellos que dicen que no se puede hacer no deberían interrumpir a la persona que lo está haciendo".

Nuestra siguiente parada la realizamos en la basílica ortodoxa de San Pedro (Pēterbaznīca), dónde os recomiendo encarecidamente que subáis a su torre-mirador para poder disfrutar de unas espectaculares vistas sobre todo el casco histórico de Riga, el río Daugava y otros puntos de interés de la ciudad.

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Después de disfrutar con las vistas panorámicas desde las alturas nos dirigimos al parque Bastejkalns, pero de camino nos cruzamos con la Torre de la Pólvora, un antiguo torreón defensivo dónde podemos visitar el Museo de la guerra (Kara muzejs).

Paseamos un rato junto al canal que atraviesa el parque Bastejkalns mientras nos acercamos hacia la zona de Riga con mayor concentración de edificaciones art nouveau.
Aquí dedicamos una hora a recorrer diversas calles contemplando asombrosas fachadas que compiten en belleza y espectacularidad con las de otras ciudades más importantes como por ejemplo Barcelona o París.
Podéis ver algunas de ellas y un mapa con las principales calles dónde encontrar este tipo de arquitectura en el artículo Riga, la capital báltica del art nouveau.

De vuelta hacia el casco antiguo "hacemos escala" en el hotel Radisson Blu para subir hasta el restaurante situado en la última planta y contemplar desde un punto de vista diferente todo el centro histórico de Riga. Y lo mejor de todo es que no os costará ni un euro, a no ser que os parezca feo subir y no consumir nada.
Si sólo queréis disfrutar con las vistas que hay desde sus ventanales no os cortéis, porque cuando yo fui me encontré con un buen número de personas que, como nosotros, sólo subió, miró y se fue.

Seguimos caminando y pasamos junto a la Catedral ortodoxa de la Natividad antes de llegar a la Plaza de la libertad, otro de los lugares más concurridos y fotografiados de toda la ciudad. Continuamos descubriendo la zona del parque Bastejkalns situada frente a nuestro hotel y la Ópera nacional de Letonia, y aprovechamos la cercanía al hotel para acercarnos y ducharnos mientras hacemos tiempo para salir a cenar.

A continuación podéis ver el mapa con el recorrido que hicimos hasta este momento:

Ver Riga día 1 en un mapa más grande

Distancia Recorrida: 5,7 Km. aproximadamente

Desde el hotel nos dirigimos a la calle Šķūņu iela, dónde cenamos tranquilamente en una terraza desde la que podemos comprobar la enorme y animada vida nocturna de Riga. En toda esta zona de la ciudad encontramos numerosas discotecas, bares y clubs de streaptease que se publicitan sin ningún tipo de restricción por todas partes.

Antes de dar por finalizado el día nos vamos de paseo fotográfico nocturno hasta la Plaza del Ayuntamiento, dónde la iluminación artificial y las luces del atardecer convierten este rincón de la ciudad en un magnífico lugar dónde sacar decenas de fotografías.
Desde allí nos dirigimos a la orilla del Daugava, dónde a pesar de los millones de mosquitos que revolotean sin cesar, disfrutamos con el atardecer y los tonos anaranjados del cielo sobre el moderno puente que une ambas orillas del río.

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A continuación nos adentramos en la ciudad por la zona del castillo, dónde también paseamos junto a la Iglesia de San Jacobo, los Tres Hermanos (Tris Brali), el Parlamento de Letonia o los restos de la antigua muralla.

Terminamos caminando por los senderos tenuemente iluminados del parque Bastejkalns, dónde se pueden alquilar unas pequeñas barcas o triciclos con los que recorrer el canal que lo atraviesa y navegar bajo los puentes iluminados con neones hasta la Plaza de la libertad o la Ópera nacional.

Día 6: Sigulda, Cēsis y Riga

Madrugamos algo más que otros días para desayunar y salir temprano hacia el mercado central de Riga, dónde tenemos que encontrar una oficina en la que recoger el coche de alquiler que hemos reservado a través de una agencia de dudosa legalidad, algo de lo que nos dimos cuenta a la hora de recoger el coche.

Una vez llegamos a la oficina, vemos que allí también se pueden sacar billetes de tren, barco, autobuses o reservar hoteles, pero en ningún sitio encontramos algún tipo de cartel que nos haga suponer que esa oficina es una especie de agencia de viajes.
En el exterior, un cartel con el mismo nombre que tenemos en el papel de la reserva es la única pista para encontrarlo. Ni ventanas ni carteles publicitarios...nada de nada.
En el interior, un mostrador con propaganda y varios corchos con los horarios de autobuses y barcos colgados en un difícil equilibrio son el único mobiliario.

Tras unos minutos, nos atienden y le entregamos el papel con la reserva del coche. Acto seguido saca un teléfono móvil de su bolsillo y hace una llamada. 15 minutos más tarde entra un chaval que nos indica que le acompañemos.

Caminamos hasta un aparcamiento cercano donde nos entrega las llaves y nos dice que si queremos podemos entregarle el coche en la puerta de nuestro hotel a la hora que elijamos, que no importa que la oficina esté cerrada.
Le preguntamos por los papeles del coche o algún documento que nos sirva como justificante de que ese coche es alquilado y no lo hemos robado y dice que no nos preocupemos, que si hay algún problema que le llamemos a un teléfono que nos da y que comprobamos antes de marcharse.

Sorprendidos, entramos en el coche y encontramos los papeles. Ni rastro alguno de licencia de alquiler o algo por el estilo. Hablamos entre los tres de este curioso y extraño suceso y decidimos seguir adelante con el plan que habíamos previsto para ese día y emprender viaje hacia Cēsis, una de las poblaciones más antiguas del país y sede de los Hermanos Livonios de la Espada.

Buscamos nuestro destino en un gps que llevamos y empezamos a circular por las calles de Riga alejándonos poco a poco de la ciudad. De camino seguimos comentando la jugada y elcucubrando con que realmente es un particular que nos ha dejado las llaves de su coche durante unas horas a cambio de dinero.

Nada más salir de la ciudad empezamos a estar rodeados por árboles centenarios que custodian una "autovía" en la que no se si era más peligroso el firme o la forma de conducir de los letones.

Grandes socavones y baches, pasos de peatones, semáforos, vías del tren (algunas sin barreras), paradas de autobús sin apeadero... eran algunas de las pruebas de la gymcana que supone ir conduciendo por las carreteras de Letonia.
Si a esto le sumamos los cambios de sentido que se podían hacer en medio de la autovía, los camiones parados en el inexistente arcén izquierdo, coches que circulan a 20 y otros que lo hacen a 200, tenemos un entretenidísimo viaje en el que nuestros 6 ojos estaban clavados en la carretera intentando evitar un accidente que parecía inminente a cada kilómetro que recorríamos.

Cuándo pensábamos que nada nos podría sorprender más, vemos un parque infantil en la mediana que separa los dos sentidos de la autovía y su correspondiente paso de peatones que permite el paso a tan seguro lugar. Sin comentarios.

Cerca de nuestro destinos nos tocó circular por una carretera de doble sentido en el que realmente había 3 carriles, o 4, o los que hiciesen falta!
La línea que separa ambos carriles es decorativa, y es que los coches circulan por dónde prefieren, normalmente con la línea que separa el arcén del carril entre las 4 ruedas algo que acabamos haciendo nosotros también cuando tuvimos varios sustos con camiones y otros vehículos que adelantaban invadiendo nuestro carril sin inmutarse por encontrarse con nosotros de frente.

Después de 1:30 de gymcana, llegamos a Cēsis, dónde pudimos comprobar que cerca de la zona que queríamos visitar todas las plazas de aparcamiento estaban pintadas de azul, así que dimos un par de vueltas, nos perdimos otras 3 veces y acabamos aparcando cerca de la estación de tren, concretamente aquí, aunque según pudimos comprobar, junto a la estación de autobuses hay una gran explanada dónde es más fácil aparcar.
Desde cualquiera de estos dos sitios, no tardaréis más de 5 minutos en llegar andando al inicio de la calle Rīgas iela, situada junto a los principales atractivos turísticos de esta pequeña población de unos 20000 habitantes.

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Podéis leer el artículo completo de Cēsis y el castillo de la Orden de Livonia para saber qué visitar y ampliar la información sobre esta localidad.

Después de comer, volvemos a por el coche y ponemos rumbo al castillo de Turaida, situado en el corazón del Valle del Gauja y a poca distancia de la población de Sigulda.

Una tremenda tromba de agua que duró unos 10 minutos le puso más aliciente a la conducción por las ya de por si peligrosas carreteras letonas, pero llegamos sin contratiempo en unos 45 minutos.
Tras pagar algo menos de 1€ por el aparcamiento situado junto al complejo del Castillo de Turaida, nos dirigimos a las taquillas para sacar la entrada al propio complejo que cuesta unos 3€ al cambio.

El resto de la visita al castillo así como los demás lugares que visitamos en Sigulda los podéis encontrar en el artículo Sigulda, tres castillos y una cueva con leyenda.

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Sobre las 19:00 decidimos dar por finalizada nuestra escapada de un día por los alrededores de Riga y emprender el camino de vuelta hacia la capital Letona.
Al llegar a Riga llenamos el depósito y nos dirigimos a nuestro hotel, dónde aparcamos el coche y empezamos a esperar a que llegue el dueño del vehículo.
Habíamos quedado a las 20:00 y se presentó casi una hora después en otro coche conducido por una chica (imaginamos que sería su novia), que se marchó inmediatamente. Le entregamos las llaves, se despide de nosotros y se marcha, dando así por concluido este atípico alquiler y respirando tranquilos por no haber tenido ningún problema con el coche, con el tráfico ni con el extraño alquiler del coche.

Al ser un día bastante movidito, nos duchamos y salimos a cenar de inmediato, pero volvemos pronto al hotel a recuperar horas de sueño y coger fuerzas para el día siguiente.

Día 7: Riga

Empezamos el 7º día de viaje visitando el Mercado Central de Riga, por el que hemos pasado de largo en varias ocasiones durante los dos días anteriores.
A las 9:30 el mercado está en plena ebullición de ciudadanos realizando sus compras y algún que otro turista despistado que camina como nosotros por alguno de los 5 antiguos hangares de dirigibles alemanes reconvertidos en grandes naves dónde podemos encontrar más de 3000 puestos en los que se venden todo tipo de alimentos como por ejemplo frutas y verduras, pescado, carne, productos lácteos y ultramarinos.

En los alrededores, los antiguos almacenes y depósitos acogen desde restaurantes a galerías de arte o salas de conciertos, y entre medias de todos ellos, también se monta un mercado callejero en el que podemos encontrar todo tipo de productos.

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Podéis encontrar más información sobre este mercado en el artículo: Mercado Central de Riga

Desde aquí nos acercamos al enorme edificio que alberga la Academia de las ciencias de Letonia (Latvijas Zinātņu akadēmija) y caminamos por las calles aledañas dónde realmente no hay nada interesante que visitar.

De vuelta al casco histórico de la ciudad, nos dirigimos hasta la Plaza del ayuntamiento para visitar el Museo de la Ocupación de Letonia.
100% recomendable pero un poco duro ver las recreaciones de las habitaciones de los campos de concentración, diverso material de los invasores Nazis y Comunistas, propaganda bélica y la sucesión de acontecimientos que llevaron a los Letones a pasar de estar sometidos por el régimen comunista a ser masacrados por las tropas nazis para acabar volviendo al régimen comunista que durante 4 décadas sembró el terror y recortó brutalmente todas las libertades de la población Letona.

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Tras este instructivo viaje por la historia del país, nos dedicamos a caminar por sus calles visitando de nuevo alguno de los lugares más turísticos de la ciudad mientras nos dirigimos al encuentro de otros lugares de Riga como por ejemplo la Plaza de Alberto, la Mentzendorffs House, la Merchant Reitern house o la Iglesia de San Juan.
Aprovechamos para comer en un italiano situado en un tranquilo patio cercano al Konventa Seta, el mismo lugar que visitamos después de reposar la comida.

A continuación visitamos la Plaza Livu (Livu Laukums), dónde destacaría los edificios del Gran Gremio y el Pequeño Gremio, además de la cercana Casa de los Gatos.
Desde el mismísimo centro de la ciudad nos dirigimos hasta la zona del castillo, dónde visitamos la iglesia de la virgen de las Angustias, la iglesia de San Jacobo y el mayor exponente de la arquitectura medieval letona: el grupo de edificios conocido como los Tres Hermanos (Tris Brali).

Continuamos por la calle en la que se encuentra el Parlamento de Letonia y otros edificios oficiales en dirección a la parte de la muralla que aún se conserva, a dónde llegamos tras cruzar bajo la Puerta de los suecos, situada al final de la calle Aldaru iela.

Hacemos las fotos correspondientes al trozo de muralla que se conserva y seguimos caminando hasta la torre de la pólvora, por donde cruzamos hasta el parque Bastejkalns para pasear por la Colina del Bastión y emprender un agradable paseo por los caminos de tierra hasta las inmediaciones de nuestro hotel.

Nos acercamos al hotel para dejar las cámaras y todo el equipamiento de turista y a continuación nos vamos a la plaza situada en el cruce de las calles Tirgoņu ielas y Kaļķu ielas, dónde pasamos media tarde sentados en una terraza tomando mojitos y escuchando música en directo.

Por la noche, cenamos en una calle cercana y después de dar una vuelta por la Plaza Livu volvemos al hotel para pasar nuestra última noche en Riga.

Ver Riga día 2 en un mapa más grande

Distancia Recorrida: 7,5 Km. aproximadamente

Día 8: Riga y Estocolmo

Último día en Riga. Desayunamos y hacemos la maleta antes de salir a dar una vuelta para hacer tiempo por el parque Bastejkalns, la plaza de la libertad y nos acercamos hasta la Catedral ortodoxa de la Natividad para visitarla por dentro.

A continuación hacemos el check-out y nos vamos hasta la para del autobús nº 22, que por menos de 1€ (0,5 lats) nos lleva en unos 30 minutos desde las inmediaciones del mercado central de la ciudad hasta la terminal del aeropuerto de Riga (Rīgas Starptautiskā Lidosta).

A las 14:25 despega nuestro vuelo, que llega al aeropuerto de Skavsta a las 14:30. No es que hayamos viajado en un avión supersónico, sino que durante la hora escasa que dura el vuelo hay que atrasar una hora los relojes.

El aeropuerto de Skavsta está algo lejos de Estocolmo, así que nos dirigimos a una taquilla cercana para sacar la Stockholm Card de 72 horas, una tarjeta con la que tendremos todo el transporte gratuito y todas las entradas a museos incluidas por el "módico" precio de 95€. Empezamos a familiarizarnos con los altos precios de esta ciudad.
También compramos un billete de autobús de ida y vuelta a Estocolmo que nos cuesta 28€.
Con este autobús, recorremos los 100 Km. que nos separan de la capital sueca en 1:30, y lo mejor de todo es que el autobús te deja en la estación central de Estocolmo, dónde podemos coger otros autobuses urbanos, enlazar con todo el sistema ferroviario del país o coger cualquiera de las 3 líneas de metro que pasan por aquí.

Nosotros cogemos la línea 1 del metro (línea verde) hasta la estación de Rådmansgatan T-bana, la más cercana al 2Kronor Hostel Vasastan, nuestro alojamiento durante las próximas 3 noches.

Tras asignarnos la habitación, una buhardilla con 3 camas pero sin baño propio, deshacemos la maleta, nos cambiamos de ropa y buscamos un sitio para llenar la barriga cerca del hostel. Acabamos comiendo en un subway un menú de bocadillo + patatas + cocacola que nos cuesta la friolera de 10€. Muy cara esta ciudad.

Comenzamos la visita a la ciudad bajándonos en la estación de metro de Medborgarplatsen T-bana para dar un paseo por el barrio de Södermalm y asomarnos a varios de sus miradores para contemplar las vistas sobre el barrio antiguo (Gamla Stan). También íbamos buscando el famosos ascensor de Katarina (Katarinahissen), pero a pesar de haber pasado muy cerca, no logramos localizarlo.

Una hora más tarde y después de haber callejeado por Södermalm volvemos al metro para dirigirnos hasta la parada de Östermalmstorg T-bana, desde dónde caminamos hasta el Kungliga Dramatiska Teatern, el lugar dónde debutaron actrices de la talla de Ingrid Bergman o Greta Garbo.

Enfrente está el parque Berzelii, desde dónde podemos contemplar una magnífica perspectiva de uno de los múltiples puertos y canales de la ciudad, además de tener como telón de fondo los enormes edificios del Museo Vasa y el Nordiska museet.

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Seguimos caminando junto a las aguas del lago Mälaren hasta llegar a las puertas del Museo Nacional de Estocolmo, desde dónde podemos ver por primera vez el Palacio Real de Estocolmo y la isla de Gamla Stan.

Reemprendemos la marcha en dirección al Kungsträdgården o "jardín del rey" para visitar las distintas zonas en las que se divide esta plaza de 350 metros, seguimos hasta la cercana plaza de Norrmalmstorg y callejeamos hasta llegar al comienzo del Humlegården, dónde un grupo de hienas con los ojos inyectados en sangre nos dan la bienvenida.

Atravesamos el parque y pasamos junto a la Biblioteca Nacional de Suecia antes de emprender un largo paseo por el bulevar de Karlavägen hasta la plaza de Karlaplan, una zona que me recordó mucho al barrio de Salamanca de Madrid.
Desde esta plaza, seguimos paseando por otro bulevar llamado Narvavägen que pasa por delante del Museo Sueco de Antigüedades y que desemboca en una especie de paseo marítimo muy animado con gran cantidad de pequeñas y medianas embarcaciones situadas junto a un buen surtido de edificios modernistas de los siglos XVIII y XIX en la avenida Strandvagen.

Se acerca la hora de cenar, así que ponemos rumbo a Sergels torg, el centro neurálgico de la ciudad y el lugar dónde mayor concentración de tiendas y locales para comer podemos encontrar de todo Estocolmo.

Después de cenar en un Burguer King, dónde los precios suben por la noche a la vez que se reducen los menús a uno o dos, cogemos el metro y volvemos al hostel para poner punto y final a nuestro primer día en Estocolmo.

Este es el recorrido que realizamos desde la estación de metro de Östermalmstorg T-bana hasta Sergels torg:

Ver Estocolmo día 1 en un mapa más grande

Distancia Recorrida: 6,5 Km. aproximadamente

Día 9: Estocolmo

En el hostel dónde nos alojamos no tenemos incluido el desayuno, así que después de ducharnos nos bajamos en busca de un supermercado dónde comprar algo para desayunar. Algo tan básico como un batido y un par de bollos nos sale por unos 4€, así que de nuevo comprobamos el elevado precio que supone alimentarse en esta ciudad.

Cogemos el metro y empezamos a descubrir alguna de sus espectaculares estaciones, concretamente las de Fridhemsplan y Rådhuset.

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Queríamos haber visitado también las estaciones de T-Centralen y Kungsträdgården, pero como estaban en obras tuvimos que cambiar los planes, tanto de las visitas como la forma de llegar hasta nuestro siguiente destino, el Palacio Real de Estocolmo.

Desde las 11:00 de la mañana hasta las 14:00 estuvimos visitando varios museos situados en el Palacio, viendo el cambio de guardia y visitando la Storkyrkan ó gran iglesia.
Podéis leer el relato de mi visita al Palacio y la Storkyrkan en el artículo Palacio Real de Estocolmo.

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A continuación nos dirigimos a la plaza de Stortorget, situada en el corazón del casco antiguo de la ciudad (Gamla Stan). Aquí podemos ver numerosos numerosos edificios medievales perfectamente conservados, pero sin lugar a dudas, el mayor atractivo es el antiguo edificio de la bolsa (Borshuset), sede de la academia sueca, el museo Nobel (nobelmuseet), y de la biblioteca Nobel.

Entramos en el museo para realizar un viaje en el tiempo por los principales avances científicos del último siglo a través de fotografías, objetos y vídeos relacionados con los premiados en los nobel a lo largo de la historia.

Hasta la hora de comer, nos dedicamos a pasear sin rumbo por las callejuelas de Gamla Stan, entramos a visitar la Tyska kyrkan (iglesia de los alemanes) y hacemos un alto junto a la estatua de San Jorge matando el Dragón que hay a la altura del nº 17 de la calle Österlånggatan.

A continuación podéis ver el recorrido que hicimos por Gamla Stan:

Ver Gamla Stan en un mapa más grande

Distancia Recorrida: 6,5 Km. aproximadamente

Aprovechamos para comer por la zona antes de coger un tranvía que nos lleva hasta las inmediaciones del Museo Vasa, situado en la isla de Djurgården.
Estamos ante el museo más visitado de la ciudad y de toda la región escandinava, así que millones de personas no pueden estar equivocadas. Podéis encontrar toda la información sobre este museo en el artículo Museo Vasa, la historia de un navío sin historia.

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A la salida del museo damos una vuelta por la zona y más tarde cogemos de nuevo un tranvía hasta las inmediaciones del Ayuntamiento de Estocolmo, dónde iniciamos un recorrido en barco que sale desde el muelle situado junto al ayuntamiento que se llama Historical Canal Tour.
El recorrido dura una hora aproximadamente y en él descubriremos algunos datos muy interesantes de la historia de Estocolmo mientras navegamos por varios de los canales que separan las islas que forman la ciudad.

Una hora más tarde el recorrido en barco termina de nuevo junto al ayuntamiento, así que buscamos una parada de metro para dirigirnos hasta la otra punta de la ciudad y subir al Skyview situado en el complejo del Ericsson Globe Arena.

A pesar de perdernos por las calles de un polígono cercano en el que no nos cruzamos con una sola persona ni vehículo, acabamos llegando a la enorme esfera de 130 metros de altura a la que subiríamos minutos después.

Tras enseñar la Stockholm card nos entregan las entradas y subimos a una cápsula de cristal en la que viajaremos nosotros 3 solos. El cielo nublado, la hora y la lejanía a cualquier zona medianamente habitada de Estocolmo fueron los motivos de encontrarnos ante tan desolado panorama.

El viaje dura unos 20 minutos, y desde lo alto se puede contemplar una panorámica de 360º de la ciudad, aunque al estar tan alejado de los principales atractivos turísticos, las vistas no son muy interesantes.

No obstante, al estar incluido en la Stockholm card, si tenéis algún rato libre en el que no sabéis que visitar esta puede ser una buena opción.

A las 22:00 volvemos al hostel después de cenar en un kebab situado en las cercanías. Llevamos sólo 2 días en la ciudad y estamos cansados de comida basura, pero es lo único que nos podemos permitir, ya que cuando miramos los precios de restaurantes "normales", comprobamos que el precio de cada plato ronda los 10€-15€.

Día 10: Estocolmo

El 10º día de viaje repetimos el protocolo del día anterior para desayunar. Más tarde cogemos el metro y llegamos hasta el Ayuntamiento de Estocolmo sobre las 9:30 para conseguir las entradas que nos permitan visitar su interior a una hora decente y poder subir a la torre en el primer turno.

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A las 10:00 en punto subimos a la torre, y a continuación realizamos la vista guiada al interior del ayuntamiento. Podéis ver todos los detalles de ambas visitas en el artículo Stadhuset, el ayuntamiento de Estocolmo.

Al salir cogemos varios tranvías hasta llegar a las puertas de Skansen, el museo etnológico al aire libre en Estocolmo.

Skansen es una mezcla de museo al aire libre, zoológico, parque y granja-escuela para niños y adultos situado en Djurgården, una de las catorce islas que forman la ciudad de Estocolmo.
Aquí podremos pasear entre unas 150 construcciones traídas de toda Suecia que nos permitirán conocer la cultura tradicional sueca de diversas épocas, tanto de sus habitantes más humildes como de la nobleza.
Todo esto junto con un pequeño parque de atracciones, restaurantes o las vistas sobre la ciudad son motivos más que suficientes para dedicar medio día a pasear por sus 300.000 m² de superficie.

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Durante 3 horas visitamos cada rincón del parque, y aprovechamos para comer en uno de los múltiples locales situados en la market street o calle del mercado, ubicada en el centro del parque.

Desde aquí cogemos un tranvía hasta la isla de Skeppsholmen para visitar el Moderna Museet (Museo de arte moderno), y a continuación entramos al Museo Nacional de Estocolmo.
Terminamos el día caminando por las concurridas calles comerciales de Hamngatan, Drottninggatan y otras cercanas a la plaza Sergels torg.
Cenamos por la zona y volvemos al hostel en metro.

Día 11: Estocolmo y vuelo a Madrid

El viaje llega a su fin, pero hasta las 18:30 horas que sale nuestro avión aprovechamos para descubrir nuevas estaciones de metro entre las que destacaría Solna Centrum, Näckrosen y Hallonbergen.

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El resto de la mañana paseamos por Gamla Stan y comemos en un lugar decente (por fin), el restaurante Valpiano por unos 13€.
Después de comer volvemos al hotel a recoger las maletas y cogemos el metro hasta la estación central de autobuses, un gigantesco edificio en el que os recomiendo llegar con tiempo para encontrar el lugar desde el que sale el autobús.

Un problema mecánico con uno de los autobuses nos hizo perder el nuestro y ponernos un poco nerviosos mientras veíamos que la cola de gente en dirección al aeropuerto crecía pero no llegaba ningún autobús.
Lo único bueno de la espera fue conocer a una chica que justamente viajaba a Madrid para pasar las vacaciones de verano y con la que estuvimos charlando tanto en la estación de autobuses como en el recorrido del autobús hasta el aeropuerto.

Con mucha pena como siempre sucede cuando un viaje toca a su fin, nuestro avión despegó del aeropuerto de Skavsta rumbo a Madrid.
4 horas más tarde nos encontrábamos de vuelta en casa con un montón de momentos y lugares inolvidables y nuevos lugares que podemos tachar del interminable listado de rincones del mundo pendientes de visitar.

Si os ha picado el gusanillo y queréis averiguar cómo organizar por vuestra cuenta un viaje a los países bañados por el báltico, el presupuesto que necesitáis, las formas de moverse entre los distintos países y todo lo necesario para organizar un viaje parecido al que aparece en esta guía, no os podéis perder el artículo Organiza un viaje a los países bálticos por tu cuenta.

Recuerda que puedes ver todas las fotografías de cada una de las ciudades que aparecen en esta guía en su correspondiente galería fotográfica:

Galería fotográfica de Riga
Galería fotográfica de Cesis
Galería fotográfica de Sigulda
Galería fotográfica de Estocolmo

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