Su ubicación estratégica entre Europa y Asia hicieron de esta metrópoli el punto de entrada a centenares de preciadas mercancías procedentes de la India y China que se distribuían desde aquí al resto de la vieja Europa, lo que impulsó la construcción de uno de los mercados cubiertos más grandes y antiguos del mundo.
Fue tras la conquista de Constantinopla por el sultán Mehmed II en 1453 cuando se inició la construcción de varios bazares cubiertos o Bedesten dedicados a la venta de telas y sedas para las sultanas, aunque su éxito propició que pronto se comenzasen a vender todo tipo de objetos y artículos de valor.
Uno de estos nuevos bazares fue mucho más ambicioso que los demás, ya que los diferentes gremios de artesanos se distribuyeron en calles dependiendo del tipo de producto que vendían, lo que provocó que en los siglos posteriores el bazar se ampliase y creciese hasta las gigantescas dimensiones que podemos encontrar hoy en día. Su nombre, Kapalıçarşı o Gran Bazar.
A pesar de los numerosos incendios y terremotos que han estado a punto de hacerlo desaparecer en varias ocasiones, el Gran Bazar de Estambul sigue siendo hoy en día uno de los principales motores económicos de la ciudad.
Cada día unas 20.000 personas acuden hasta este lugar para trabajar en alguna de las cerca de 4.000 tiendas distribuidas en un laberinto de 64 calles y avenidas, 16 patios y 4 entradas principales, aunque en total podemos contar hasta 22 puertas de acceso. Os reto a intentar entrar y salir por la misma puerta después de unas horas deambulando por allí.
Pero el Gran Bazar no solo alberga tiendas en su interior, sino que también encontraremos mezquitas, casas de cambio, bancos, teterías, pequeños restaurantes, una oficina de correos y hasta un hamam (baño turco). Vamos, lo que viene siendo una ciudad dentro de la ciudad.
Simplemente paseando por su interior uno puede intuir qué zonas pertenecen al Bedestan interior, la parte más antigua del bazar, y cuales al Bedestan de la Sandalia, la sección de mayor tamaño y en la que encontramos la mayoría de puestos turísticos.
Aunque este lugar también es frecuentado por los estambulitas, son principalmente turistas los que abarrotan su interior, y es que se estima que diariamente el Gran bazar recibe entre 250.000 y 500.000 visitantes (dependiendo de la época del año), unas cifras absolutamente apabullantes.
Se cuentan por centenares los turistas que entran solo para curiosear pero... al final siempre acaban cayendo, y es que es difícil no sucumbir a tal despliegue de olores, colores y sabores o a las técnicas de sus comerciantes para atraer tu atención. El idioma no es un problema porque poseen un sexto sentido para detectar cualquier nacionalidad y llamar nuestra atención con un "mira mira, más barato que el carrefour" o cualquier frase hecha que a los españoles siempre nos sacará una sonrisa.
En ese momento estás perdido porque ya estarás en su tienda mirando algún artículo y a punto de pasar a la fase del regateo, una experiencia para nosotros y una forma de vida para ellos.
Lo primero que debes saber es que el precio de salida de cualquier artículo está inflado en un 40% como poco, y aunque te tires 4 horas regateando y al final consigas un descuento sobre el precio inicial que te haga sentirte como el vencedor de una dura batalla, en el 99% de los casos te la habrán colado doblada.
Conseguir un buen precio depende de las dotes regateadoras de cada uno y de las ganas que tengáis de perder más o menos tiempo jugando a este "juego" centenario que ellos llevan practicando cada día desde el origen de su milenaria cultura.
En cuanto a los productos que allí se venden, pues hay de todo lo que os podáis imaginar y de todos los precios y calidades.
Encontramos productos de imitación, sobre todo ropa, bolsos, relojes, productos de cuero y calzado, por lo que habrá que andarse con ojo a la hora de elegir e intentar buscar la mejor relación calidad-precio y no fijarnos sólo en el precio.
Los negocios más tradicionales y que han hecho mundialmente famoso este bazar desde hace siglos son sus puestos de joyería, orfebrería, antigüedades, artesanías o las tiendas de alfombras, aunque al final los más frecuentados acaban siendo los que venden los típicos recuerdos de Turquía y Estambul, como son las cajas de especias, paquetes de té, dulces típicos, shishas o lámparas, además del omnipresente ojo turco (nazar), un amuleto que protege contra el mal de ojo y que está presente en todo tipo de artículos.
Los alrededores del Gran Bazar están plagados de tiendas en las que se pueden encontrar mejores precios, así que si no encuentras lo que buscas en el interior, date una vuelta por este caótico entramado de calles que rodean el corazón comercial de Estambul.
Organiza tu visita:
- Horario: abre todos los días de 9:00 a 19:00 excepto los domingos que permanece cerrado.
- Precio de la entrada: entrada gratuita.
- Duración de la visita: hasta que el cuerpo aguante o hasta que encuentres la salida.
- Cómo llegar: El Gran bazar está en el centro de Estambul, entre la mezquita de Beyazit y la mezquita de Nuruosmaniye.
- Transporte: Tranvía (línea T1): Estación de Beyazıt-Kapalıçarşı.
- Más información: www.grandbazaaristanbul.org/
1 comentarios:
Amigo te dejo una entrada sobre el gran bazar para dejes tu comentario https://viajesdave.com/lugares-del-mundo-gran-bazar-de-estambul/
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