Otros lugares de Viena

Viena, la capital de Austria, es una de las ciudades europeas que hemos de visitar al menos una vez en la vida. Ya sea por su arquitectura, su historia, o su cultura musical, la antigua capital imperial sigue regalándonos ese ambiente de la corte de los Habsburgo mientras caminamos guiados por las notas de algunas de las mejores piezas de la música clásica, que suenan en cada rincón actuando como perfecta banda sonora de la ciudad que vio nacer a genios como Johann Strauss o Franz Schubert.

A lo largo de varios artículos hemos repasado algunos de sus lugares más turísticos y conocidos, pero Viena tiene mucho más que ofrecernos.
A continuación os propongo una lista con otros 15 lugares de Viena que no os podéis perder:


En este mapa podéis encontrar la ubicación de todos los lugares de los que os voy a hablar a continuación:

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Parque de atracciones del Prater:

El parque de atracciones del Prater está situado junto al Danubio en una enorme zona verde en la que podríamos pasar un día entero caminando entre sus pinos, castaños... y en el que también hay algunos lugares que nos traen muy buenos a los Españoles, el Estadio Ernst Happel dónde España ganó la Eurocopa de 2008.

Para llegar hasta aquí, os recomiendo coger el tranvía número 1 y bajaros en la última estación (Prater Hauptallee‎). Desde allí comenzaremos a caminar por la avenida principal que lo atraviesa y que se llama Hauptallee, para poco después coger la Waldsteingartenstraße, una calle que va bordeando una zona con pistas deportivas y que nos conduce directamente hacia el parque de atracciones. En nuestro recorrido nos cruzaremos varias veces con el Liliputbahn, un pequeño tren de vía estrecha que circula por esta parte del Prater.

Desde este punto, comenzaremos a ver diversas atracciones, puestos de comida, casetas para poner a prueba nuestra puntería..., y lo mejor de todo es que la entrada al parque es gratuita, únicamente se paga en cada una de las atracciones en las que queramos subir o en los puestos que hay repartidos por todo el complejo en los que queramos participar.

Desde atracciones clásicas hasta modernos simuladores de vuelo, cafeterías, puestos de helados, teatros de marionetas... forman parte de la variada oferta de ocio con la que cuenta este parque de atracciones que tiene más de 250 atracciones en las que tanto los que van en plan tranquilo como los que buscan una descarga de adrenalina encontrarán la más adecuada a sus exigencias.

Tras pasear por todo el parque, nos dirigimos a uno de los símbolos de la ciudad, la Wiener Riesenrad.
Esta noria de 60 metros de altura inaugurada en 1897 con motivo de la coronación de Francisco José I, ha sobrevivido a 2 guerras mundiales y diversas catástrofes naturales, convirtiéndose en uno de los símbolos más conocidos y reconocidos de la ciudad de Viena.

Junto a la Noria gigante se encuentra un importante intercambiador de transportes desde el que será muy fácil regresar al centro de la ciudad en tren, metro, tranvía o autobús.

Hundertwasserhaus:

Este original complejo residencial construido en la década de los 80 es obra del pintor Friedensreich Hundertwasser.
Nada más acercarnos nos sorprenderá el colorido de sus fachadas de formas imposibles o la abundante vegetación que nace de los lugares más insospechados, que crean unos juegos de formas y luces a las que no estamos acostumbrados y que a buen seguro que os sorprenderán.

Allí mismo podéis entrar a un pequeño centro comercial realizado en el mismo estilo en el que mayoritariamente encontraréis tiendas de souvenirs con precios más o menos igual de caros que los de las tiendas del centro de la ciudad.

Casa de Mozart:

A espaldas de la catedral de Viena, en el primer piso del número 5 de la calle Domgasse, se encontraba una de las más de 10 viviendas en las que Mozart residió durante sus larga estancia en Viena.

Como atestigua la placa de su fachada, en este lugar vivió entre los años 1784 y 1787, habiéndose convertido en la actualidad en un museo dedicado al gran compositor que sin embargo pocos recomiendan.
Si a alguien le interesa, puede encontrar más información en http://www.mozarthausvienna.at/en/

Reloj Anker:

Este curioso pero desconocido reloj se encuentra cerca del centro de Viena en su plaza más antigua, la Hoher Markt, dónde cuando no se realizaban ejecuciones se instalaba el mercado de la ciudad.
Está instalado sobre un pequeño puente que une dos edificios de la compañía de seguros propietaria del edificio, que es la que da nombre al reloj.

Puntualmente desde principios del siglo XX se repite el mismo ritual. Cada hora suena una música de órgano y aparece un personaje histórico relacionado con la historia de Austria, entre ellos están Haydn, Carlomagno, el emperador Marco Aurelio, el duque Rodolfo IV o la emperatriz María Teresa.

A las doce del mediodía todos los personajes desfilan al son de una melodía de música clásica vienesa, por lo que es el mejor momento para ver este curioso reloj Art Decó construido en bronce y cobre que tiene otro reloj mucho más discreto en su parte trasera.

En esta misma plaza, destaca también la fuente barroca de Vermählungsbrunnen, construida como ofrenda por el emperador Leopoldo I tras el regreso de su hijo José I de Habsburgo del asedio a la Fortaleza de Landau.

Como curiosidad de esta plaza, comentar que en este mismo lugar se ubicaba el viejo campamento romano de Vindobona, donde murió el gran emperador Marco Aurelio en el año 180.

Monumento conmemorativo del Holocausto Judío:

Situado muy cerca de la calle Graben y la iglesia de San Pedro en la Judenplatz, a simple vista no es más que un bloque de hormigón simple con una puerta que aparentemente es imposible de abrir pues carece de bisagras, pero al acercarnos descubrimos que su significado va mucho más allá de lo que una primera impresión nos pueda hacer creer.

Cada pared del bloque está dividido en celdas que representan libros que no están colocados como lo haríamos normalmente en una librería con el lomo y el título hacia nosotros, sino que están girados mostrando la parte de las páginas hacia afuera.
De esta manera, su autora Rachel Whiteread quiere simbolizar las historias de los miles de judíos asesinados por los Nazis y que quedarán silenciadas para siempre.
En el zócalo, están marcados los nombres de los distintos campos de concentración en los que 65.000 judíos austríacos murieron durante la II Guerra Mundial.

En esta misma plaza, corazón del barrio judío de Viena, está situado el museo judío de la ciudad, y bajo la Judenplatz se encuentran los restos de la antigua sinagoga, unos baños públicos, un hospital, la casa del rabino y una escuela.
También podemos ver una estatua de Lessing, un importante poeta alemán de la ilustración.

Plaza Am Hof:

A escasos metros de la Judenplatz llegamos a la plaza Am Hof, lugar en el que se encuentran varios edificios curiosos e importantes.
En el centro de la plaza nos encontramos con la Columna de Nuestra Señora (Mariensäule), un monumento que conmemora el fin de la guerra de los 30 años.

Uno de los edificios más importantes por el significado que tiene es el Palacio Collalto, el lugar en el que un jovencísimo Mozart de tan sólo 6 años dio su primer concierto público en 1792.
Una fachada blanca nos indica el lugar de la Iglesia barroca am Hof o de los Nueve Coros de Ángeles, fundada por los carmelitas a principios del siglo XV.
A continuación está el Banco central de Austria, con su característico tejado verde.

Café central y Palais Ferstel:

No muy lejos del Burgtheater se encuentra el café Central, probablemente el más famoso y conocido de Viena.
Abierto desde 1860, pronto se convirtió en uno de los lugares preferidos por la aristocracia vienesa, políticos, escritores, intelectuales o filósofos de la talla de Freud para pasar la tarde debatiendo e intercambiando ideas, o participando en alguno de los torneos de ajedrez que se celebraban aquí mientras disfrutaban de un café vienés sentados en esta cafetería que cuenta con pilares de mármol y una construcción en estilo gótico que nos hace sentir como si estuviésemos tomando café en el palacio de algún rico e influyente personaje de la Viena imperial.

A escasos metros se encuentra la entrada a uno de los centros comerciales más elegantes de la ciudad, el Palais Ferstel construido en estilo Veneciano. Os recomiendo visitar su interior, en el que el tipo de comercios que encontramos son anticuarios, joyerías, tiendas de decoración... con precios prohibitivos, pero que están ubicadas en antiguos palacios que conservan buena parte de su esplendor de antaño y en el que destacan sus escaleras de mármol, fuentes como la Donauweibchenbrunnen, con una estatua que representa el espíritu del Danubio, o cristaleras que sirven para iluminar naturalmente las galerías y plazas interiores.

Después de dar una vuelta por este elegante centro comercial, salimos a la plaza Freyung, una plaza triangular en la que nos encontramos otra fuente, la Austriabrunnen, que representa a varios de los ríos de la Austria Imperial, así como otros palacios como el Palacio Kinsky.
El edificio que más destaca en esta plaza es la iglesia de los Escoceses (Schottenkirche), fundada a finales del S.XII por monjes benedictinos irlandeses, (de ahí el nombre de iglesia de los Escoceses).

Durante la Edad Media, en las cercanías de la Schottenkirche había un asilo (freyung) en dónde los fugitivos encontraban refugio, ya que mientras permaneciesen allí no podían ser amonestados ni detenidos.

Museo De Sigmund Freud:

En el número 19 de la calle Bergasse, cerca de la iglesia Votiva, está el lugar dónde Sigmund Freud vivió y trabajó durante más de 30 años.
Ahora reconvertida en museo, en su interior podemos hacer un viaje por la vida del padre del psicoanálisis a través de los más de 400 objetos entre muebles, fotografías, cartas, dibujos, bocetos o grabados que acompañaron a Freud entre 1891 y 1938, cuando tuvo que huir a Inglaterra por el acoso de los Nazis.

En mi recorrido por Viena solo llegué a ver la fachada pero no entré al museo. Si a alguien le interesa, puede encontrar más información sobre precios y horarios en:
http://www.freud-museum.at/cms/index.php/en_home.html
Para llegar allí lo más sencillo es hacerlo caminando desde la iglesia Votiva o en transporte público eligiendo alguna de las siguientes opciones:

• Metro: Schottentor, línea U2.
• Tranvía: Schlickgasse, líneas 1 y D.
• Autobús: Berggasse, línea 40A.

Estatua de Haydn:

Esta estatua dedicada al importante compositor austríaco Joseph Haydn está situada a la altura del número 65 de la calle Mariahilferstraße, una de las más transitadas y comerciales de Viena.

Detrás de la estatua está la iglesia de María Auxiliadora (Mariahilferkirche),conocida también como iglesia Barnabita o Barnabitenkirche.

Pabellón de la secesión y Naschmarkt:

En nuestro recorrido por las calles de Viena nos encontramos con este curioso edificio que parece desentonar con todos los palacetes que le rodean. Se trata de un pabellón de exposiciones que se construyó a finales del siglo XVII como respuesta de una asociación de aristas vieneses conocida con el nombre de la Secesión de Roma que crearon un estilo modernista austríaco propio con el que trataron de reinterpretar el estilo arquitectónico y renovar el arte de una Viena que, según ellos, abusaba de un estilo recargado y ostentoso.
En la fachada podemos leer el lema “A cada época su arte, a cada arte su libertad”, con su cúpula de hojas doradas coronando el edificio.

A partir de aquí arranca la calle Naschmarkt, dónde cada día excepto los domingos se monta un mercadillo muy concurrido en el que se amontonan puestos de frutas, verduras, florsiterías, carnicerías... junto a restaurantes internacionales o puestos de comida rápida de cualquier rincón del mundo.

Aunque la mayoría de gente recomienda ir en sábado, cualquier día es bueno para visitarlo ya que los sábados se llena hasta los topes de turistas.
El horario de lunes a viernes es de 06:00 a 18:30 horas, y los sábados de 6:00 a 14:00 horas.
Para llegar hasta aquí en transporte público hay dos opciones:

• Metro: Kettenbrückengasse, línea U4.
• Autobús: Verkehrsbüro, línea 59A.

Schillerpark:

Este pequeño parque situado a escasos metros de la Ringstraße y el pabellón de la secesión, tiene como mayor punto de interés una estatua de bronce dedicada al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, el primer artista al que se le dedicó una plaza pública en Viena.

Detrás de la estatua podemos ver la fachada de la Academia de Bellas Artes, y acompañando a la estatua de Schiller, podemos ver hasta 4 estatuas y bustos más dedicados a otros poetas y escritores.

Iglesia de los Capuchinos y Cripta Imperial:

En la plaza de la NeuerMarkt se encuentra la iglesia barroca de los Capuchinos (Kapuzinerkirche), dónde lo que más destaca no es la propia iglesia, sino lo que se esconde bajo la misma.
Construida en el siglo XVII por el emperador Fernando II, fue elegida como el lugar oficial en el que recibirían sepultura los miembros de la casa imperial, convirtiéndose así en la Cripta Imperial (Kaisergruft).

Tras pagar una entrada de aproximadamente 5€, descendemos unas escaleras y nos encontramos con la Bóveda de los fundadores, la más antigua y en la que podemos apreciar una escasa ornamentación.
Continuamos con la Bóveda Leopoldina y la Bóveda Carolina, dónde podemos ver 12 pequeñas tumbas de niños y otras mayores de duques, archiduques y algunos antiguos emperadores y emperatrices.

A partir de aquí, los sarcófagos son mucho más elaborados y espectaculares, como el de la emperatriz María Teresa y su esposo el emperador Francisco I, situados en la Bóveda de María Teresa.

Otra de las salas más visitadas es la que contiene las tumbas de Francisco José I, la emperatriz Sisí y el príncipe heredero Rodolfo.

Desde 1632 hasta la actualidad se han juntado aquí las urnas de 146 miembros de los Habsburgo, entre ellos 12 emperadores y 19 emperatrices.

Al salir, nos acercamos a la Donnerbrunnen, la fuente dedicada al Danubio y que cuenta con cuatro esculturas representativas de los cuatro afluentes del Danubio en Austria: el Traun, el Enns, el Ybbs y el March.

KonzertHaus y Estatua de Beethoven:

La Sala de Conciertos o Konzerthaus de Viena es sede de la Orquesta Sinfónica de Viena, aunque también se realizan numerosos festivales de música contemporánea, conciertos de música clásica, jazz o espectáculos de danza moderna.
Además, es muy solicitada para realizar allí congresos, conferencias...

Está situada a poca distancia de la Ringstraße y la Karlskirche, por lo que recomiendo ir andando desde cualquiera de estos dos lugares.
Y casi enfrente de la Konzerthaus en una pequeña zona verde se encuentra el monumento dedicado a Beethoven, una estatua del compositor rodeado de figuras alegóricas de su Novena Sinfonía que aparece sentado contemplando el devenir diario de la vida en la ciudad.

Schwarzenbergplatz:

Esta plaza alargada situada junto a la colina en la que se levanta el palacio Belvedere, es una de las pequeñas joyas desconocidas por muchos de los que visitan la ciudad de Viena.

En un extremo de la plaza se encuentra la estatua ecuestre del militar Schwarzenberg, y en el otro la espectacular Hochstrahlbrunnen, una fuente construida en 1873 para conmemorar la construcción de la primera tubería que trajo a la ciudad las aguas de los alpes.
En el borde de la fuente hay 365 chorros de agua que representan los días del año, mientras que en el centro, los 12 chorros de mayor tamaño representan a los meses del año.

Detrás de la fuente está el monumento que los soviéticos dedicaron a los soldados caídos en la liberación de Viena durante la II Guerra Mundial, el Sovjetischen Befreiungsdenkmales.

En esta misma plaza también podemos ver el palacio en el que tiene su sede la embajada Francesa, dónde que destacan sus llamativos relieves dorados, y el edificio que alberga el Instituto Cervantes de Viena.

Karlskirche o iglesia de Carlos Borromeo:

Para terminar nuestro recorrido particular por estos otros lugares de Viena, nos dirigimos a la Karlsplatz, dónde destaca la Karlskirche o Iglesia de San Carlos Borromeo.
Se construyó por orden del emperador Carlos VI tras superar la epidemia de peste que asoló la ciudad en 1713, ya que el propio emperador prometió a los vieneses que construiría un templo dedicado al patrón de la lucha contra la peste, San Carlos Borromeo, cuando la ciudad consiguiese superar la enfermedad.

Es una de las iglesias más bonitas e importantes de la ciudad, de estilo barroco, sus inconfundibles columnas inspiradas en la Columna de Trajano de Roma son su seña de identidad.
Delante de la iglesia hay un estanque en el que podemos "jugar" con los reflejos de la Karlskirche o sentarnos a descansar junto al estanque para recibir el frescor en las calurosas tardes de Julio.