Parque "El Capricho" de Madrid ~ PhotoViajeros - Los relatos de mis Viajes, Rutas y Escapadas

Parque "El Capricho" de Madrid

A las afueras de la capital de España nos encontramos con un parque creado a finales del siglo XVIII que hoy en día sigue siendo un gran desconocido para la inmensa mayoría de turistas que visitan la ciudad e incluso para un elevado número de madrileños.

Inspirado en los románticos jardines italianos y franceses, esta zona verde que cuenta con una extensión de 14 hectáreas alberga una gran variedad de jardines, estanques, palacetes, fuentes y estatuas que son testigos mudos de un buen número de curiosidades, historias y misterios que iréis descubriendo a continuación, aunque no todos podrán ser desvelados...

Parque del Capricho


Cuando uno piensa en los principales espacios verdes de Madrid siempre nos vienen a la cabeza lugares como el Parque del Retiro, la Casa de Campo o el Jardín Botánico.
Aunque es cierto que éstos son los más conocidos y visitados, tenemos una larga e interesantísima lista de parques y zonas verdes repartidas a lo largo y ancho de la ciudad, y precisamente esto es lo que sucede con el parque del Capricho, un pequeño espacio verde situado a escasa distancia del aeropuerto de Madrid-Barajas en el barrio de la Alameda de Osuna (Barajas).

María Josefa Pimentel, mujer del noveno Duque de Osuna, fue la gran impulsora de este parque. Está considerada como una de las mujeres más inteligentes de la época, y es que además de codearse con la nobleza del momento, también era mecenas de importantes artistas, toreros e intelectuales de la época.
Corría el año 1787 cuando esta aristócrata decidió construir una villa alejada de la ciudad en la que pudiese relajarse y alejarse de la vida cortesana.
Las obras de este complejo duraron nada más y nada menos que 52 años, por lo que jamás pudo ver su sueño cumplido ni finalizado.
Tras numerosos cambios de dueño y altibajos a lo largo de su historia, en 1978 el Ayuntamiento de Madrid compra la finca y la restaura para ponerla a disposición de todos los madrileños y el resto de turistas que quieran pasear por el único jardín del romanticismo que existe en Madrid.

A la entrada nos encontraremos con un pequeño control de seguridad. A pesar de ser gratuito, hay unos tornos por los que es imprescindible pasar si queremos acceder al parque.
La función de este control es impedir la entrada de animales, bicicletas, alimentos o bebidas y contabilizar la gente que entra, ya que está limitado a 1000 personas al día. Todas estas restricciones vienen impuestas por un intento de conservar limpio y en buenas condiciones el parque y evitar el vandalismo.

La primera plaza que nos encontramos nada más pasar el control de acceso se utilizaba antiguamente para albergar corridas de toros.

Desde allí comienza el Paseo de los duelistas, dónde destacan dos columnas de mármol sobre las que se puede ver el busto de dos duelistas separados por 40 pasos de distancia, exactamente la distancia reglamentaria de este tipo de combate.
Aquí, nada más comenzar el paseo por el parque nos encontramos con la primera de sus leyendas. Según ésta, el espacio ocupado hoy en día por la plaza de los cipreses o paseo de los duelistas es el escenario en el que se batieron en duelo el infante Don Enrique de Borbón y el duque Antonio Felipe de Orleans para hacerse con el trono de España, vacante desde hacía dos años tras el derrocamiento de Isabel II.

Es fácil comprobar que esta leyenda no es real, ya que está documentado que este duelo se produjo en una zona cercana a lo que hoy es el barrio de la Fortuna.

Unos metros después a nuestra derecha aparece un edificio de dos plantas que actualmente no se puede visitar y que antaño fue un invernadero.

Al final del Paseo de los duelistas llegamos a la Plaza de los Emperadores, que toma su nombre de los doce bustos de emperadores romanos que se instalaron en ella después de la guerra de la independencia española, más o menos en el año 1815.
Posteriormente se añadió un templete custodiado por seis esfinges negras.

Parque del Capricho

Continuamos de frente para encontrarnos con el parterre, un cuidado jardín de estilo francés formado por setos bajos y algunas rosaledas.
En la siguiente fotografía lo podéis ver desde aproximadamente la mitad del mismo mirando hacia la Plaza de los Emperadores.

Parque del Capricho

A la izquierda de nuestra posición se puede ver el Templete de Baco en lo alto de una pequeña colina, sin lugar a dudas uno de los lugares más fotografiados y visitados de todo el Parque del Capricho.

Parque del Capricho

Un poco más adelante y a nuestra derecha se puede contemplar desde una posición elevada "El Laberinto", al que está prohibido el acceso. Este recorrido laberíntico de pasillos y callejones creados con setos de laurel tiene una extensión de 6000 metros cuadrados, y los caminos más cortos para llegar al centro del mismo tienen casi 400 metros de longitud.
En la década de los 40 del siglo XX, un avión tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en esta zona y dañó buena parte del laberinto, pero gracias a un excelente trabajo de restauración y conservación, este rincón del parque ha recuperado todo su esplendor.

Parque del Capricho

Al final del parterre nos encontramos con dos estanques simétricos que aportan frescor y sirven para diferenciar la zona de jardines de la plaza situada frente a la fachada principal del palacio.
En el centro de la plaza también podemos contemplar la conocida como "Fuente de los delfines", que toma su nombre de los cuatro delfines adosados en su base, aunque también la podrían haber llamado "Fuente de las ranas" porque en la parte más alta de la misma se encuentran varias ranas de bronce procedentes de otra fuente situada en el Jardín Bajo y que podemos ver a nuestra derecha entre el Palacio y el Laberinto.

Por fin llegamos al Palacio, que fue construido en el siglo XVIII sobre los terrenos que antiguamente ocupaba una casa de labranza. En sucesivas reformas y ampliaciones se añadieron las torres llamadas del Duque y de la Duquesa.
Durante la invasión francesa el palacio sufrió graves daños, ya que aquí se estableció el cuartel general de las tropas francesas. Una vez finalizada la contienda, sucesivas generaciones de los Duques de Osuna se harían cargo de su restauración.

Parque del Capricho

Al permanecer cerrado al público, sólo se puede contemplar su fachada exterior, dónde destaca su enorme balcón y los 8 medallones de piedra en los que están esculpidas diversas escenas mitológicas.

Parque del Capricho

Aunque no lo parezca, el interior de este palacio estuvo decorado con muebles de lujo, enormes espejos y ostentosas lámparas de araña, pero quizá lo más importante fue la amplia colección de lienzos que colgaban de sus paredes, entre los que cabe destacar un buen número de obras del genial pintor maño Francisco de Goya y Lucientes, como por ejemplo "La gallinita ciega", "Vista de la Pradera de San Isidro", "Aquelarre" y "La era o el verano".

Siguiendo con nuestro paseo por el Parque del Capricho nos encontramos con la entrada a un búnker construido por el ejército republicano junto al palacio durante la Guerra Civil Española (1936-1939), ya que establecieron en este lugar el Cuartel General de la Defensa de Madrid. En este búnker que próximamente abrirá sus puertas al público se decidió la rendición del Ejército Republicano, lo que supuso el fin de la Guerra Civil.

A partir de este punto, una serie de caminos nos conducen hacia el norte del parque, algunos más amplios como el que une el palacio con el Templete de Baco...

Parque del Capricho

y otros que se adentran a través de senderos cubiertos por una frondosa vegetación en los que de vez en cuando nos encontraremos con chimeneas que se utilizaban como respiraderos del búnker.

Parque del Capricho

De repente, en mitad de la maleza aparecerá un extraño edificio octagonal coronado por una cúpula del que salen dos naves alargadas que terminan en sendos pabellones.
El abejero, que es como se conoce a esta construcción, era utilizado por los duques para observar el trabajo de las abejas a través de unos enormes cristales situados a lo largo de las dos naves mientras tomaban algo junto a sus ilustres invitados.

Parque del Capricho

El estudio de las abejas era una característica típica de la masonería, al igual que muchos otros elementos decorativos presentes en el parque que hacen referencia a la alquimia y la magia, por lo que se supone que los Duques de Osuna eran Masones.

A poca distancia de allí nos encontramos con una plaza de la que salen seis caminos radiales rodeados por otro camino circular. Todo este conjunto es conocido como Rueda de Saturno, y es que sobre una columna situada en el centro, se erige una estatua de Saturno devorando a sus hijos que simboliza el paso del tiempo encarnado por el dios Cronos.

Parque del Capricho

Siguiendo el camino que continúa de frente llegamos al Estanque de las Tencas, el mayor del parque aunque actualmente está vacío.
Volviendo sobre nuestros pasos hasta la Rueda de Saturno nos encontraremos en otro de los caminos que parten de esta plaza con las ruinas de la Casa del Artillero. Aunque parezca abandonado, este edificio se construyó así para dar un toque de realismo al parque y complementar la idea del paso del tiempo que simboliza la cercana estatua de Saturno.

Parque del Capricho

A escasos metros nos sorprenderá otro de los lugares más singulares del parque: la Batería o Fortín, una curiosa construcción que se asemeja, a pequeña escala, a una fortaleza que antaño aparecía "protegida" por varios cañones de bronce, una garita con su correspondiente soldado y hasta un puente levadizo de madera.

Parque del Capricho

Dejando atrás el Fortín...

Parque del Capricho

...volvemos por uno de los caminos anteriores hasta el Templete de Baco, uno de los típicos elementos que podemos encontrar en cualquier jardín paisajista que se precie.
Se cree que está inspirado en el Templo del Amor de los jardines de Versalles o los Templos de Villanueva en Aranjuez, y aunque actualmente está descubierto, unos documentos del siglo XVIII lo describen cubierto por una cúpula bajo la que se situaba una estatua de Venus que posteriormente fue sustituida por la del dios Baco, que es la que se puede contemplar en la actualidad.

Parque del Capricho

Como os comentaba anteriormente, este es el lugar más fotografiado y concurrido de todo el Parque del Capricho, ya que además de los visitantes que vienen a disfrutar de la tranquilidad de este parque, son numerosas las sesiones fotográficas de bodas, comuniones y hasta agencias de modelos que eligen este idílico paisaje como telón de fondo de sus fotografías.

Parque del Capricho

Siguiendo con nuestro recorrido por el parque, pasamos por caminos rodeados de flores...

Parque del Capricho

...y contemplamos otras zonas de los jardines por las que comenzamos la visita no sin sentir la tentación de sentarnos a descansar y disfrutar de las cuidadas praderas de césped tal y como hacen otros muchos visitantes.

Parque del Capricho

Tras cruzar un pequeño arroyo por uno de los puentes de piedra habilitados llegamos al estanque de los patos, junto al que se encuentra una pequeña ermita que también es protagonista de otra curiosa leyenda.

Según esta leyenda, un mendigo que pasaba junto al parque pidió ayuda a los Duques de Osuna, los cuales le permitieron quedarse a vivir en esta pequeña ermita con la condición de que se convirtiese en ermitaño y cuidase la ermita a cambio de comida y manutención.
Este hombre dedicó el resto de su vida a rezar por los duques, y como buen ermitaño, no volvió a cortarse el pelo ni las uñas hasta que murió.

Cuando murió en 1802, Fray Arsenio (que así se llamaba el ermitaño) fue enterrado junto a la ermita, y un amigo suyo llamado Eusebio se convirtió en su sucesor hasta que en 1816 murió y fue sustituido por un muñeco autómata que sorprendía a todos los que pasaban por allí. Otra de las excentricidades de los duques.

Desde entonces, cuentan que hay un fantasma de larga cabellera y uñas casi infinitas que vaga por los alrededores de la ermita...

Aunque la pequeña ermita no se puede visitar por dentro, merece la pena acercarse hasta allí para ver el empedrado de la entrada y la decoración a base de trampantojos y pinturas que incluso hoy en día todavía se conservan bastante bien.

Parque del Capricho

Seguimos caminando hacia el norte para encontrarnos con un canal artificial navegable que comienza junto al Fortín y que a lo largo de 500 metros, serpentea de una manera bastante natural.

Otro de los puntos imprescindibles del Parque del Capricho es el lago, dónde se encuentra el puente de hierro más antiguo de España.
Junto al puente se sitúa un pequeño embarcadero llamado Casa de Cañas, ya que este es el material con el que está recubierto.

Parque del Capricho

En el interior del embarcadero se pueden ver unas pinturas que decoran su interior utilizando la técnica del trampantojo y que simulan paredes tapizadas en la que se encuentra una ventana con las cortinas recogidas a través de la que se puede ver un templete en un jardín. Muy curioso.

Parque del Capricho

Seguimos bordeando el lago para detenernos por un instante junto a los restos del antiguo Pabellón de Esteras, del que tan solo se conserva su pavimento.

Parque del Capricho

En el centro del lago hay una isla en la que destaca un monumento funerario dedicado al tercer Duque de Osuna del que brota una cascada que vierte sus aguas en un lago...

Parque del Capricho

...que también es el hogar de numerosos patos y cisnes negros que no dudarán en soltaros un picotazo si os acercáis demasiado a la orilla. Comprobado.

Parque del Capricho

Continuamos por el camino que bordea el canal hasta encontrarnos con el Casino de Baile, un pequeño edificio presidido por una doble escalinata (una para las damas y otra para los caballeros) y la amenazante escultura de un jabalí de grandes dimensiones.

Parque del Capricho

Como ya indica su nombre, este pabellón de dos plantas albergaba un majestuoso salón de baile en el que los Duques de Osuna celebraban numerosas y ostentosas fiestas.

Parque del Capricho

Desde la terraza situada en la segunda planta del pabellón (a la cual no se puede subir), tiene que haber unas magníficas vistas del Jardín de flores, llamado así por sus grandes parterres atestados de flores, aunque a ras de suelo el paisaje que se puede contemplar tampoco tiene nada que envidiar.

Parque del Capricho

Tras recorrer algunos de los senderos de este jardín de flores durante unos minutos, echamos la vista atrás unos instantes para ver el Casino de baile y la alfombra de flores rosas y blancas que se extiende a sus pies antes de coger el camino que nos conduce hacia la salida.

Parque del Capricho

En el camino que va dirección sur hacia la puerta de salida nos cruzamos con la entrada al polvorín del búnker y la Casa de la Vieja, una construcción que trata de imitar a una antigua casa de labranza en la que se instalaron varios autómatas a tamaño natural que representaban a un labriego y a una vieja hilando acompañada por un joven.
En la actualidad la casa no se puede visitar por dentro y los autómatas también fueron retirados.

Parque del Capricho

Al final de este camino llegamos a la plaza de toros, por dónde saldremos a la calle poniendo punto y final a este recorrido por uno de los parques más desconocidos y a la vez más bellos de todo Madrid.


Horario:

  • Invierno (del 1 de Octubre al 31 de Marzo): sábados, domingos y festivos de 9:00 a 18:30
  • Verano (del 1 de Abril al 30 de Septiembre): sábados, domingos y festivos de 9:00 a 21:00

Precio:

Entrada gratuita.

Cómo llegar:

Si vienes en coche puedes calcular la mejor ruta hasta el Parque del Capricho desde el siguiente enlace a google maps, dónde únicamente tendrás que escribir tu punto de partida en el recuadro situado en la parte superior izquierda:
Como llegar hasta el Parque del Capricho desde cualquier lugar

A escasos metros de la puerta hay un aparcamiento de tierra en el que suele haber sitio.

Si vienes en transporte público:

  • Metro: El Capricho (línea 5)
  • Autobús: 101,105,151

Más información en www.esmadrid.com

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