Algunos de los monumentos más destacados de esta zona son el castillo de Toompea, la catedral ortodoxa de Alexander Nevski y la medieval de Santa María, pero sin lugar a dudas, son sus dos miradores el principal reclamo turístico de este imprescindible rincón de Tallin.
Comenzamos el ascenso hacia el barrio de Toompea al final de la calle Pikk, dónde pasaremos bajo los arcos de una torre que nos conduce directamente hasta la calle Pikk jalg, que asciende en una suave pendiente hacia la parte alta de la ciudad.
Esta calle nos conduce directamente hasta la espectacular catedral Ortodoxa de Alexander Nevsky, símbolo palpable de la ocupación Rusa de Estonia y el edificio que da nombre a este barrio, ya que Toompea significa “Colina de la Catedral”.
Sus cúpulas bulbosas, sus mosaicos de la fachada y una arquitectura realmente llamativa y original hacen de esta catedral una joya arquitectónica que estuvo a punto de desaparecer en 1924.
Los estonios siempre la consideraron un monumento a la dominación de la Rusia zarista, por lo que las autoridades ordenaron su demolición. Afortunadamente esta orden nunca se ejecutó y hoy en día podemos disfrutar de esta bella catedral.
Construida en 1900, está dedicada al príncipe de Novgorod, Alexander Nevski Yaroslavich, quien salió victorioso en la batalla del lago Peipus en 1242.
Su arquitecto es Mikhail Preobrazhenski, un importante arquitecto de San Petersburgo que se inspiró en el antiguo modelo arquitectónico ruso y que consiguió hacer famosa esta catedral al construir la mayor cúpula de todas las catedrales ortodoxas en Estonia.
El interior es una visita muy recomendable, ya que a pesar de no haber grandes diferencias entre las distintas iglesias ortodoxas, los mosaicos, iconos y el resto de elementos dorados de sus paredes son realmente interesantes.
No puedo compartir ninguna fotografía del interior porque el día que la visitamos se estaba celebrando un funeral en su interior y no era lo más apropiado sacar la cámara y hacer fotografías con el cuerpo del difunto visible y sus familiares en un circulo rodeándolo.
Enfrente de la catedral se encuentra el castillo de Toompea, sede del Parlamento de Estonia.
Está ubicado sobre un acantilado de piedra caliza y consta de varias partes:
- la fortaleza medieval de la Orden de los Hermanos de la Espada, con el espectacular muro occidental y la impresionante torre Pikk Hermann (Largo Hermann), sobre la que ondea la bandera nacional de Estonia.
- la sede de la administración zarista, abierta hacia la Plaza del Castillo.
- el edificio rosado de estilo barroco que data de la época de Catalina la Grande, conocido como Riigikogu y que se amplió en 1920 en el patio del castillo.
Os recomiendo ir bordeando todo el castillo hasta llegar a las murallas de la zona norte, a las que podréis acceder por la calle Toom-Kooli. Aquí hay un mirador aunque las vistas no son gran cosa.
Enfrente de esta calle nos saldrá al paso la Catedral de Santa María o Toomkirik, una iglesia luterana que tiene su origen en una iglesia de madera construida 1219.
La torre barroca data de 1779, y aunque el exterior pueda parecer frío y sencillo, en su interior podremos contemplar una interesante colección de escudos familiares de los nobles alemanes del Báltico, sepulcros de los siglos XIII al XVIII y sarcófagos del XVII.
Tras visitar esta iglesia nos dirigimos al primero de los miradores de Toompea, Patkuli, desde dónde podremos observar la iglesia de San Olaf y gran parte de la muralla oeste.
En el siguiente vídeo podéis haceros una idea de lo que veréis cuando estéis allí:
Andamos unos metros hasta la siguiente plataforma de observación, conocida como Kohtuotsa, dónde perderemos la noción del tiempo contemplando imágenes como las siguientes en las que veremos la mayor parte del centro histórico de la ciudad con la silueta de los modernos rascacielos al fondo...
... la iglesia de San Olaf con la sucesión de torreones de la muralla a nuestra izquierda...
... o la imponente torre de la iglesia de San Nicolás.
Al igual que con el mirador de Patkuli, a continuación os dejo un vídeo con la impresionante panorámica que nos ofrece el mirador de Kohtuotsa:
Después de disfrutar con las vistas de Tallin desde estos dos miradores, callejeamos un poco en dirección a la catedral de Alexander Nevsky, en cuyas cercanías podemos contemplar un nuevo tramo de muralla en el que se pueden realizar diversas actividades, como por ejemplo el tiro con arco.
Paseamos por los jardines que bordean la muralla...
... hasta que abandonamos el barrio de Toompea para dirigirnos hacia la ciudad antigua de Tallin, no sin antes hacer un alto en el camino para disfrutar de un pequeño parque situado al otro lado de la muralla desde el que se pueden ver nuevas construcciones medievales en buen estado de conservación.
Subir al barrio de Toompea y asomarse a sus múltiples miradores para contemplar el casco histórico de la ciudad medieval de Tallin es una visita imprescindible y que seguramente quedará guardado en la memoria como uno de los mejores momentos de vuestra visita a la ciudad.
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