Catedral de Salamanca

Salamanca, la ciudad estudiantil más famosa de toda España es conocida, además de por su universidad (la más antigua de España y una de las cuatro más antiguas de Europa) y su animada vida nocturna, por su casco antiguo Patrimonio de la Humanidad, en dónde sus dos catedrales conocidas como la Catedral Vieja y la Catedral Nueva sobresalen entre todos los demás edificios de la ciudad del Tormes.

Durante la primera mitad del siglo XII se inició la construcción de la Catedral de Santa María, cuyas obras no concluyeron hasta el siglo XIII.
El promotor fue su primer obispo, Jerónimo de Perigord, el que fuese obispo de Valencia tras la reconquista del Cid.
Su arquitectura es la típica de los templos románicos, con planta de cruz latina y formada por tres naves de estilo románico rematadas por bóvedas de transición al gótico.

Lo más destacable de su interior se encuentra en el altar mayor, dónde sobresale el Retablo de la Historia de la Salvación, formado por 53 tablas en las que se muestran diferentes momentos de la vida de la Virgen María y Jesucristo.
En el centro del retablo se sitúa una imagen de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Vega, mientras que en lo más alto del ábside y coronando todo el conjunto nos encontramos con un soberbio fresco que representa el Juicio Final.

Del exterior de esta Catedral Vieja lo más destacable es el cimborrio que se eleva sobre el crucero y que popularmente se conoce como la “Torre del Gallo”, que ha tomado este nombre de la veleta en forma de gallo situada en lo más alto de la torre.

Otras dos torres datan de esta época y se sitúan a ambos lados de la entrada principal de la Catedral Vieja, son la Torre Mocha y la Torre de las Campanas.

Durante la visita guiada que se puede realizar por las cubiertas de la catedral, se observan perfectamente los diferentes estilos arquitectónicos empleados en la construcción de cada una de las dos catedrales, y como no, podréis disfrutar de unas increíbles vistas de toda la ciudad.

Otra zona que no podéis dejar de visitar es el Claustro y todas las capillas que se encuentran alrededor.
La importancia de estas estancias radica en que fue precisamente aquí dónde tuvo su germen la Escuela Catedralicia, predecesora de la histórica y prestigiosa Universidad de Salamanca. Actualmente estas salas albergan las colecciones del Museo Catedralicio.

Tan sólo un par de siglos después de su finalización, este templo estuvo a punto de ser demolido cuando su Cabildo consideró que aquella catedral románica se había quedado demasiado pequeña para una ciudad tan floreciente como la Salamanca del siglo XVI, que había visto incrementada su población gracias al impulso aportado por su Universidad.
Al final se optó por mantener esta pequeña catedral al menos hasta que finalizasen los trabajos de construcción de la nueva, porque en algún lugar habría que celebrar los cultos religiosos mientras durasen las obras.

Finalmente y con el apoyo de Fernando el Católico, las obras comenzaron en 1513.
Tras su finalización y consagración en 1733 se optó por mantener la Catedral Antigua, aunque hubo que sacrificar parte de una de las naves laterales y el brazo norte del crucero.

El resultado de este proyecto arquitectónico que prácticamente cuadriplicaba la superficie de la anterior catedral fue un colosal templo en el que se utilizó el estilo gótico, aunque también se incorporaron algunos elementos propios de los estilos renacentista y barroco.

El corredor situado sobre la Portada del Nacimiento es desde dónde mejor se puede apreciar la monumentalidad y majestuosidad de la Catedral Nueva de la Asunción de la Virgen, tal y como podéis ver en esta vista general de la nave central:

Las dos naves laterales tienen menor altura que la central, por lo que la luz que entra por sus más de 90 vidrieras procedentes de Flandes permiten que la luz natural bañe todo su interior...

...e ilumine incluso el nivel inferior, dónde podemos encontrar más de 20 capillas.

Antes de bajar os recomiendo echar un vistazo en detalle a las columnas, los arcos ojivales, los dibujos de las vidrieras o los más de 50 bustos y escudos circulares repartidos entre los distintos niveles de cada una de las naves.

Desde abajo y comenzando la visita a este nivel de la catedral junto a la Portada del Nacimiento nos encontramos en primer lugar con el trascoro, en el que aparece representada Nuestra Señora de Loreto en el centro y acompañada a los lados por Santa Ana y San Juan Bautista.

Nos dirigimos a la nave de la derecha para detenernos en primer lugar frente a la capilla Dorada, que aparece profusamente decorada por 110 estatuas de Santos, Apóstoles y Profetas.
Unos metros después nos encontramos con el Órgano de la Epístola, uno de los dos órganos con que cuenta esta catedral.

El siguiente punto de interés es el espacio comprendido entre el Coro y el altar mayor, desde dónde se puede contemplar tanto el coro con sus dos niveles de sillería protegidos por una impresionante reja como la capilla mayor, que sorprendentemente carece de retablo.

Un espejo situado bajo la cúpula nos permite contemplarla sin dejarnos las cervicales...

...aunque no es el único elemento ornamental que llamará nuestra atención, ya que en cada una de las cuatro esquinas del crucero podremos contemplar unas pechinas en excelente estado de conservación.

Seguimos caminando hacia el fondo de esta nave de la derecha, dónde se encuentra la Capilla de San José...

...mientras que en la de la izquierda podremos observar una de las imágenes más queridas por los Salmantinos: Nuestra Señora de la Soledad.

Continuando por la nave de la izquierda iremos viendo las capillas situadas en esta nave lateral...

...antes de terminar de nuevo en el espacio comprendido bajo el crucero, desde dónde echaremos un último vistazo a la cúpula, el púlpito y la otra cara del Órgano de la Epístola.

Abandonamos la Catedral Nueva por la Portada del Nacimiento para observar su fachada principal, en la que se pueden apreciar perfectamente tres grupos de puertas que permiten el acceso directamente a cada una de las tres naves.

La más interesante es la central, en dónde destacan los relieves en los que se representan diversos momentos del nacimiento de Jesucristo. En lo más alto se encuentra la figura de Cristo Crucificado flanqueada por San Pedro y San Pablo.

A pesar de ser esta la puerta principal, desde 1993 la conocida como Puerta de Ramos le ha robado en gran parte el protagonismo que se merece.
Con motivo de la exposición Las Edades del Hombre que se celebró en esta catedral aquel año, se aprovechó para restaurar esta entrada lateral.
Durante la restauración, el cantero Miguel Romero labró la figura de un astronauta que se ha convertido en todo un foco de atención para los cientos de visitantes que cada día se acercan hasta esta puerta para buscar tan peculiar escultura.

A pesar de ser ésta la figura más famosa y conocida de la Portada de Ramos, muy cerca del astronauta podemos contemplar un toro, un lince y un dragón comiéndose un helado de tres bolas.

No os voy a decir dónde están situadas exactamente porque la gracia es encontrarlas por vuestra cuenta y a la vez descubrir otros detalles originales de la portada que de otra manera pasarían desapercibidos, pero si os pasáis por allí me gustaría saber si habéis conseguido encontrar las cuatro figuras, así que os animo a dejar un comentario en el que me contéis si habéis logrado localizar las cuatro figuras.

Siguiendo con el paseo por el exterior de la catedral nos encontramos con una decoración predominantemente gótica en la que podemos contemplar sus característicos arcos conopiales, arbotantes y estilizados pináculos que ayudan a soportar el peso de las bóvedas de crucería que vimos en el interior.
Sin embargo, los ventanales, vidrieras y rosetones son más propios del renacimiento, y es que la Catedral Nueva de Salamanca junto a la de Segovia fueron las dos últimas catedrales de estilo gótico que se construyeron en España, por lo que durante su construcción se comenzaron a utilizar elementos propios de los nuevos estilos arquitectónicos de la época.

Acceder a la Catedral Nueva no cuesta dinero, pero para poder ver la Catedral Vieja, el Claustro y el Museo hay que sacar una entrada que cuesta 4,75€ aunque hay precios especiales para mayores de 65 años, estudiantes, familias numerosas...

Podéis consultar los horarios y tarifas actualizadas, así como ampliar toda la información sobre la catedral en su web oficial: http://www.catedralsalamanca.org

Esta es tan solo una muestra de las muchas maravillas arquitectónicas que atesora esta ciudad impregnada por el ambiente estudiantil, así que después de visitar las dos Catedrales de Salamanca no os podéis perder lugares como la Casa de las Conchas, la Universidad (dónde tendréis que buscar la pequeña rana esculpida en su fachada), la iglesia de San Sebastián o la Plaza Mayor.

Si queréis calcular la mejor ruta para venir hasta aquí en coche, podéis hacerlo en el siguiente enlace a google maps, dónde únicamente tendréis que escribir vuestro punto de partida en el recuadro situado en la parte superior izquierda:
Como llegar hasta la Catedral de Salamanca desde cualquier lugar