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Diario de un viaje a China: Suzhou y Tongli

Este fue el día tonto del viaje y la prueba más palpable de que en China hay que informarse un poco de lo que quieres ver antes de lanzarte a la aventura y decir: "hoy vamos a visitar el pueblo de Suzhou y alguno de los otros pueblecitos conocidos como la Venecia China".
Al llegar a la estación de tren de Suzhou nos dimos cuenta de que aquello no era ningún pueblo grande sino una ciudad en toda regla, pero eso era sólo el principio de un día cargado de despropósitos que podemos considerar como un borrón en un viaje casi perfecto...

Suzhou

A continuación el relato completo del día tonto de nuestro viaje a China...


Comenzamos con alegría y entusiasmo el decimosexto día del viaje a China. Hoy viajaremos hasta Suzhou, famosa por sus típicos e idílicos jardines, pero antes tendremos que superar la prueba de sacar los billetes de tren en la inmensa y concurrida Shanghai Railway Station.

Después de tan solo tres paradas de metro hasta Shanghai railway (líneas 1,3 y 4), salimos a la superficie y nos encontramos cara a cara con el enorme edificio que alberga la estación de trenes de Shanghai, presidida por una plaza que a primera hora de la mañana parecía un gigantesco hormiguero por el que centenares de personas caminaban sin cesar.

Tras dar varias vueltas y preguntar sin mucha fortuna a varias personas logramos encontrar las taquillas.
Hay una zona de máquinas, pero la mitad no funcionaban o no lográbamos hacerlas funcionar, así que nos dedicamos a hacer cola pacientemente.
Cuando llegó nuestro turno, milagrosamente dimos con la taquilla en la que hablaban algo de inglés, así que no tuvimos muchos problemas para sacar los billetes de ida y vuelta a Suzhou y el del día siguiente hasta Pekín, todos ellos en trenes de alta velocidad.
Estos son los trenes que sacamos con sus horarios y precios:

  • Shanghai - Suzhou 40 yuanes (5€), con salida a las 9:33
  • Suzhou - Shanghai 40 yuanes (5€), con salida a las 18:20
  • Shanghai (estación de Hongqiao) - Pekín (estación sur) 555 yuanes (67€), con salida a las 9:00 del día siguiente

Con los billetes en la mano nos fuimos directamente a buscar nuestro andén, porque no faltaba mucho para que saliese el tren.
Encontrarlo no fue difícil, aunque os recomiendo ir con algo de tiempo para recorrer los interminables pasillos y coger sitio en la gigantesca sala de espera, porque cuando se abre la veda para pasar los controles y bajar al tren aquello parece una estampida típica de las rebajas.

Una vez acomodados en el tren, muy parecido tanto por fuera como por dentro a los AVE españoles, el camino se nos pasó volando, y en tan solo 45 minutos recorrimos los más de 100 kilómetros que separan Shanghai de Suzhou. Un viaje en alta velocidad por menos de 5€!

Suzhou

Según íbamos perdiendo velocidad al entrar en la estación de Suzhou nos dimos cuenta de que una estación tan grande no podía ser de un pueblo, y los grandes edificios que se veían en todas direcciones tampoco.
Nada más cruzar las puertas de salida de la estación, un enjambre de vende-tours se abalanzaban sobre todo bicho viviente. Daba igual que le hubieses dicho un NO rotundo a los siete vendedores anteriores porque el siguiente que te veía con cara de turista te volvía a ofrecer visitas guiadas por toda la ciudad en tours que duraban unas 4 o 5 horas.

Este fue nuestro segundo error, porque si hubiésemos contratado alguno de estos tours, nada caros por lo que pudimos comprobar más tarde, habríamos podido disfrutar de Suzhou en condiciones, pero optamos por ir a la ciudad en una línea de autobús urbano que nos costó menos de 1 yuan pero que tardamos en localizar más de media hora.

Junto a nosotros, otros turistas occidentales subieron al mismo autobús, pero se fueron bajando en distintas paradas, pero nosotros nos fiamos de las indicaciones de una mujer que nos dijo que nos avisaría al llegar al centro de la ciudad...y así fue.
Cuando llegamos a la altura de la calle Guan Qian Jie nos indicó que nos bajásemos. Desde aquí fuimos caminando por una calle peatonal llena de tiendas de marcas internacionales y restaurantes de comida rápida ubicados en edificios medianamente modernos, pero ni rastro de los jardines y canales que cada año atraen hasta aquí a decenas de miles de viajeros.

Lo único interesante que encontramos en esta calle fue el templo taoísta de Xuanmiao, aunque no llegamos a entrar porque veíamos pasar las horas y no encontrábamos nada de lo que nos había traído hasta aquí.
En la plaza situada frente a la entrada del templo nos paramos y empezamos a ojear un mapa turístico que habíamos conseguido de una de las personas que nos ofrecían los tours guiados, y nos lamentamos por primera vez de no haber contratado alguno de esos tours mientras decidíamos hacia donde iríamos.

Nos dirigimos hacia el este para encontrarnos con un canal situado junto a una carretera y edificios de hace unos 40 años, así que una nueva decepción.
Desde allí nos adentramos por un callejón que conducía a la calle Ping Jiang Lu, una de las calles más turísticas de la ciudad, pero de camino nos encontramos con una especie de teatro-museo de barrio gratuito y bastante interesante pero que visitamos en menos de 15 minutos.

Suzhou

Por fin llegamos a Ping Jiang Lu y empezamos a ver algunos canales más interesantes y pequeños puentes de piedra que saltaban de una orilla a otra, pero tampoco nos parecieron gran cosa.

Suzhou

Se notaba que era una zona más turística porque había numerosos restaurantes, tiendas de artesanía y rostros occidentales caminando junto al canal que discurre paralelo a esta calle.

Suzhou

Tras esta alegría a medias, localizamos en el mapa el jardín más cercano a nuestra posición, porque no nos podíamos ir de Suzhou sin entrar a visitar alguno de sus famosos jardines.
Elegimos el Jardín de los enamorados (Ou yuan), al que llegamos después de una caminata por un barrio un tanto desangelado, zonas de descampado y un canal que pasa junto a la entrada de estos jardines.

El precio de la entrada es de 20 yuanes (2,5€) y no hacen descuento con el carnet de estudiante, tarjeta ISIC...

Esto si es lo que veníamos buscando, aunque después de visitar los Jardines de Yuyuan dos días antes, no nos impresionó tanto como debería.
Rocallas, estanques, riachuelos, árboles, setos, murallas con puertas redondas y pabellones se entremezclan de una manera exquisita creando los típicos paisajes que a todos se nos vienen a la mente cuando nos hablan de los clásicos jardines chinos.

Suzhou

El día parecía que empezaba a remontar, así que volvimos a la calle Ping Jiang Lu para ver otro tramo más turístico en el que por fin logramos ver las primeras góndolas chinas.

Suzhou

Después de dar varios paseos y de sentarnos a descansar mientras combatíamos el intenso calor con unos helados de melocotón a los que nos hicimos adictos, emprendimos camino hacia las pagodas gemelas, pero media hora de caminata después seguían estando demasiado lejos, así que decidimos dar por concluida nuestra caótica visita a Suzhou y centrarnos en algún pueblo más pequeño y cercano que también tuviese canales y construcciones tradicionales y que pudiésemos visitar tranquilamente sin tener que andar grandes distancias a lo tonto y perdidos como nos había sucedido en Suzhou.

Una rápida búsqueda en la Lonely nos dejó como única opción posible el pueblo de Tongli, situado a tan solo 30 kilómetros, así que tan pronto como tomamos la decisión nos pusimos manos a la obra para buscar un taxi, una misión casi imposible en la zona de Suzhou en la que nos encontrábamos.

De nuevo nos tocó caminar sin rumbo hasta una calle principal en la que conseguimos parar dos taxis que aceptaron llevarnos hasta Tongli.
A pesar de haber dicho a nuestro taxista que esperase al taxi en el que viajaban los otros tres miembros del grupo, éste arrancó y los perdimos de vista para siempre...
En ese momento pensamos que lo tienen que hacer aposta por joder, porque no creo que sea tan difícil de entender que si somos 6 personas que no entramos en un único taxi, lo más lógico es que vayan los dos juntos hasta el mismo destino.
Después de cagarnos en nuestro taxista, seguimos leyendo la guía de viajes y descubrimos que para poder entrar en la zona más interesante de este pueblo del agua había que pagar nada más y nada menos que 100 yuanes por persona (12€), pero ya no había vuelta atrás. Una nueva cagada en un día aciago.

Negociamos un precio de 85 yuanes (10€) por cada taxi, pero claro, sin haber acordado un punto de destino con el otro taxista porque pensábamos que nos iba a seguir, cada uno de los taxis nos dejó en un lugar diferente del pueblo.

Durante más de media hora estuvimos intentando encontrarnos llamándonos por teléfono, pero como no teníamos ni idea de dónde estábamos ni había un lugar de referencia al que dirigirnos, aquello pintaba bastante mal.

Al final acabamos comprando un mapa turístico de Tongli en un quiosco de prensa, y mientras hablábamos por teléfono con la otra mitad del grupo para decirles que preguntasen por uno de los lugares que aparecían marcados en el mapa, los vimos caminando al final de la misma calle.

Después de la alegría por habernos encontrado tuvimos que darles la mala noticia de que había que pagar, y mucho, por entrar a visitar Tongli.
Yo creo que aquí ya íbamos tocados por todos los contratiempos que estábamos sufriendo en este día, así que nos mosqueamos y decidimos no pagar.
Intentamos entrar haciéndonos los suecos por varias entradas, todas ellas situadas estratégicamente al otro lado de un puente, así que la opción de colarse estaba realmente complicada.
Lo intentamos hasta en tres ocasiones pero no coló de ninguna de las maneras, así que nos tuvimos que conformar con caminar por el perímetro exterior del pueblo, rodeado por un amplio canal desde donde se podía intuir que este lugar sí que era uno de los típicos pueblos del agua que habíamos venido a visitar.

Tongli

Agotados y muertos de hambre, nos pusimos a buscar algún lugar donde comer a las 16:00, pero cuando todo apuntaba a que también nos quedaríamos sin comer después de caminar durante más de 30 minutos sin encontrar ningún restaurante, apareció un clon chino del KFC para salvarnos de la inanición.

Antes de entrar en el restaurante, Jesús se encontró un par de españoles que pasaban por allí y aprovechó para preguntarles.
Tras una breve charla, consiguió dos entradas con las que al menos dos miembros del grupo podrían entrar y dar una pequeña vuelta por Tongli, porque según le comentaron merecía la pena. También le dijeron que se podía volver hasta la estación de trenes de Suzhou en un autobús que salía de la estación de autobuses de Tongli, situada a poca distancia de dónde nos encontrábamos.

Mientras comíamos y tras arduas deliberaciones, decidimos que entrasen Bea y Jesús a dar una mini vuelta de tan solo 30 minutos mientras el resto nos acercábamos a la estación de autobuses en busca de los billetes de autobús.
Este es el resultado de su incursión por las callejuelas y canales de Tongli, y de nuevo nos arrepentimos de no haber pagado los 100 yuanes y haber visitado con calma este pequeño pueblo del agua.

Tongli

Tongli

Tongli

Mientras tanto, el resto fuimos lentamente caminando hasta la estación de autobuses, donde sacamos los billetes a Suzhou para las 17:30, justo para coger el tren de las 18:20 con el que volveríamos a Shanghai.

El precio de este billete es de tan solo 8 yuanes (1€) por persona, y la duración del trayecto son 35 minutos, así que es una opción a tener muy en cuenta si decidís visitar Tongli.

Pocos minutos antes de salir el autobús llegaron Bea y Jesús, y ya de camino a la estación de trenes de Suzhou nos fueron contando lo que habían visto en su carrera contrarreloj por el casco antiguo de este pueblo del agua.

No tuvimos que esperar mucho para coger el tren con el que regresamos a Shanghai en tan solo 35 minutos al hacer menos paradas que el tren que cogimos por la mañana.

Desde la estación nos fuimos directamente al hostel a descansar, pero tan solo una hora más tarde nos marchamos hasta el Bund para no perder las buenas costumbres y despedirnos de ese fascinante skyline que noche tras noche contemplamos embelesados.

Shanghai

Shanghai

Shanghai

Aproveché para grabar un vídeo con el que poder recordar ese juego de luces y reflejos que tanto nos cautivó cada vez que echásemos de menos esos paseos nocturnos hasta el Bund, así que aquí os dejo un enlace a esa pequeña ventana por la que me asomo cada vez que me entra la morriña de los rascacielos del distrito financiero de Shanghai:


De vuelta al hostel nos duchamos y subimos a la terraza para decidir si buscábamos algún hotel para los días que estaríamos en Pekín o lo buscábamos directamente cuando llegásemos.
Como no nos decidíamos, se me ocurrió que el destino eligiese por nosotros, así que saqué una moneda de 1€ y dije: "que decida Vitruvio".
Como muchos sabréis, en una de las caras de las monedas de euro italianas aparece el hombre de proporciones perfectas creado por Leonardo Da Vinci, así que les dije a mis compañeros de viaje que tiraría la moneda de 1€ al aire y que si salía el hombre de Vitruvio buscaríamos alojamiento al llegar a Pekín, mientras que si salía el valor de la moneda, haríamos la reserva del hotel en ese mismo momento.

Todos estuvimos de acuerdo, aunque tampoco es que nos entusiasmase la idea de dejar el destino de las 4 noches siguientes al azar, pero al final lancé la moneda al cielo de Shanghai...y cayó del lado del hombre de Vitruvio, así que nos olvidamos de buscar hotel y seguimos disfrutando de nuestras últimas horas en Shanghai.
Antes de acostarnos dejamos preparadas las mochilas para el día siguiente, cuando emprenderíamos el viaje hasta Pekín para dar comienzo a la última parte de nuestro viaje a China...


5 comentarios:

Alejandro Raele dijo...

muy buenas fotos

photoviajeros dijo...

Gracias por tu comentario Alejandro. Un saludo!

Unknown dijo...

buenas tardes,

Estoy leyendo esto post y me gustaria comunicarme con la persona que lo ha escrito.

me voy una semana solo a china y me gustaria alguna recomendacion

mi email es kepita09@gmail.com

un saludo

photoviajeros dijo...

Hola Kepa, puedes contactar conmigo en la dirección de correo que encontrarás en el menú superior del blog: Mas-->Contacto. Cuéntame que dudas tienes y estaré encantado de ayudarte en lo que pueda. Saludos!

Le petit voyeur dijo...

Hola Kepa, me marcho en dos semanas a china y shangai lo tengo aun algo verde, lo que mas dudo es si dedicar un dia a algun pueblo de agua, y la siguiente duda es si de ir hacerlo por mi cuenta o con algun tour, despues de leerte me entran dudas jaja, con la distancia, recomiendas ir a ver alguno? gracias.

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