A unos 90 km de Riga, la capital de Letonia, se encuentra la pequeña localidad de Cēsis, una de las poblaciones más antiguas del país y sede de los Hermanos Livonios de la Espada.
Esta Orden de Caballeros compuesta por monjes-guerreros alemanes construyeron aquí durante la Edad Media un imponente castillo por cuyas ruinas podemos caminar, subir a sus torreones o descender hasta la fría y húmeda mazmorra con la única ayuda de la luz de un pequeño farol que nos hará retroceder en el tiempo en este enclave privilegiado situado en pleno corazón del Valle del Gauja.
Además de la visita al castillo, Cēsis nos ofrece un paseo por sus pintorescas calles plagadas de casas de madera y piedra,frondosos parques y algún que otro vestigio comunista que os invito a descubrir a continuación.
Comenzamos el recorrido por Cēsis junto al Monumento a la Victoria (Uzvaras piemineklis), un monolito que conmemora a los soldados caídos durante la Guerra de Independencia letona y que precede a un gran bulevar ajardinado llamado Vienības laukums.
Enfrente de este monumento y marcando el inicio de la calle principal, Rīgas iela, podemos ver los cimientos de la antigua Puerta de Rauna (Raunas vārti), único vestigio de la antigua muralla que protegía la ciudad.
Según bajamos por la calle Lenču iela en dirección a la entrada del castillo, nos adentramos en un pequeño parque situado a mano derecha que cuenta con un estanque alargado, varias esculturas y una zona de juegos para los más pequeños.
Tras pasear por el parque nos dirigimos hacia la puerta del Castillo Nuevo de Cēsis, dónde están situadas las taquillas y el Museo de Arte e Historia.
El precio de la entrada es de 2 Lats (2,87€) para la entrada normal, y 1 Lat (1,44€) para estudiantes, un precio realmente ajustado.
Lo más sorprendente es que con cada entrada te dan un farolillo de madera con una vela en su interior. Al preguntar a la chica de la taquilla que para qué lo necesitábamos, nos comentó que algunas zonas del castillo están completamente a oscuras y que la única fuente de luz que tendríamos sería el farolillo.
Es un original detalle que convierte la visita al castillo en una pequeña aventura parecida a esas que de pequeños se nos ocurrían y que nos convertían en un explorador o un detective que intenta resolver algún misterioso caso.
Agarrando nuestro farolillo nos dirigimos hacia uno de los torreones...
...dónde podemos bajar por una escalerilla metálica hasta una mazmorra tenuemente iluminada en la que, pese al calor del exterior, no logro pasar más de 5 minutos por culpa del frío y la tremenda humedad de este lugar de castigo.
Me imagino que los presos que acabasen aquí no durarían mucho tiempo con unas condiciones tan insalubres, condiciones que en invierno deberían ser aún más extremas.
Después de contemplar esa pequeña habitación situada en la base de la torre, subo las escaleras y trepo de nuevo por la estrecha escalerilla para seguir descubriendo nuevos rincones de este castillo.
Bordeamos una parte de los muros del castillo y entramos en una amplia pradera de césped desde la que empezamos a hacernos una idea de las dimensiones y la estructura del mismo.
Una maqueta situada en medio del camino nos muestra un castillo mucho más robusto que el que podemos ver en la actualidad.
En los jardines del castillo nos encontramos con varios juegos medievales como por ejemplo una bolera y unas dianas dónde practicar el tiro con arco, pero no encontramos a ninguna persona que nos dejase los arcos o los bolos, así que no se si será simple decoración o si en ocasiones permitirán jugar a Robin Hood...
Junto a la muralla exterior de los jardines también encontramos una enorme estatua de Lenin tumbada dentro de una caja de madera que se asemeja a un ataúd.
En un panel situado junto a la misma, explican que durante la ocupación de la antigua URSS esta estatua se erigía en el mismo lugar que el Monumento a la Victoria que vimos al principio de este artículo, pero que tras la independencia Letona del régimen comunista en 1990, fue retirada y depositada en esta zona de los jardines del castillo.
Si miramos hacia fuera de la muralla, vemos como sobresale la torre de la cercana iglesia de San Juan.
Antes de cruzar por el puente de madera que nos conducirá al interior del castillo, nos acercamos al borde del foso para contemplar el ruinoso estado de esta fortaleza que entre los siglos XIII y XVI fue uno de los principales baluartes de la Orden de Livonia.
Tras más de media hora caminando con el farolillo a la luz del sol, decidimos darle uso antes de que la vela terminase por consumirse sin haber podido aprovechar su escasa luz.
Comenzamos nuestro recorrido por el interior de la ajada fortaleza adentrándonos en la oscuridad de rampas de arena y peldaños desgastados que a cada paso se iban haciendo más y más estrechos conforme ascendíamos hacia la parte más alta de uno de los torreones.
El último tramo es una escalera de caracol sumida en la más profunda oscuridad, dónde únicamente la tenue luz del farolillo y el tacto de nuestras manos sobre los fríos muros nos sirvieron de guía para llegar a nuestro destino, una amplia habitación circular de techos abovedados.
Un nuevo tramo de escaleras nos conduce a una estancia superior situada sobre el techo abovedado anterior. Allí se puede ver toda la estructura de madera que soporta el característico tejado triangular.
Desde aquí, podemos contemplar unas magníficas vistas de la parte antigua de Cēsis...
...y de los inmensos bosques del Valle del Gauja que se extienden más allá de dónde abarca nuestra vista. Sólo subiendo a lo más alto de esta torre podemos comprobar la excelente situación del castillo, enclavado estratégicamente sobre una colina desde la que es posible divisar una amplia zona de esta región báltica.
Bajamos de la torre y seguimos descubriendo nuevas estancias, escaleras que nos conducen a huecos en los muros del castillo por los que si no vas con cuidado puedes caer una decena de metros, trepamos entre ruinosas paredes y entramos en otra de las torres antes de volver a la entrada, dónde nos despedimos del farolillo y abandonamos definitivamente el castillo de Cēsis.
Desde una de las torres localizamos un parque situado a los pies de la colina en la que se encuentra el castillo, así que nos dirigimos hacia allí bajando por la calle Lenču iela, dónde nos encontramos con una antigua cervecería del siglo XIX.
Está considerada como una de las cervecerías más antiguas de los países bálticos, y algo que me pareció muy curioso fue esta chimenea decorada en su parte superior como si fuese una botella de cerveza.
En pocos minutos llegamos a este parque dónde damos un paseo entre los árboles de gran porte que nos acompañan en un recorrido por la orilla del estanque.
Diseminadas tanto por el parque como en el propio estanque podemos ver varias esculturas que sirven para dotar de mayor belleza a este espacio verde que cuenta con un castillo medieval como telón de fondo.
Para volver hacia el centro de Cēsis elegimos un camino alternativo que asciende por unas escaleras desde la que echamos un último vistazo al tranquilo parque que acabamos de visitar...
...y que nos permite descubrir una iglesia ortodoxa a nuestra derecha.
Unos metros después comprobamos que definitivamente, este camino es mucho mejor que el de bajada y que ha merecido la pena "aventurarnos" por caminos que no teníamos ni idea de a dónde nos conducirían o si tendrían salida.
El tramo final es una escalinata que nos conduce directamente hasta el patio de entrada situado junto al Castillo Nuevo de Cēsis.
Antes de marcharnos decidimos caminar sin rumbo por las pintorescas calles de Cēsis y así poder ver con más detalle y detenimiento algunas de las casas típicas de la zona que vimos desde el coche al llegar a la ciudad, como por ejemplo las que encontramos en calles como Lielā Skolas iela o la que aparece en la siguiente fotografía, Rīgas iela.
Durante un corto paseo disfrutamos de las tranquilas calles de una ciudad con poca presencia de turistas y con unos habitantes que me dieron la sensación de ser gente sencilla y humilde viviendo en un apacible enclave en pleno Valle del Gaujas.
Mientras callejeábamos pasamos junto a la iglesia de San Juan, cuya puerta entreabierta nos invitó a pasar.
En su interior observamos algunos detalles propios de la arquitectura gótica como los arcos ojivales presentes en los laterales de la nave principal o las bóvedas de crucería.
Destacaría las amplias vidrieras que inundan de luz natural todo su interior, el retablo del altar mayor, el coro y el órgano que podemos ver sobre la puerta.
Habíamos leído que se puede subir a la torre por 0,5 Lats (0,70€), pero no encontramos a nadie en la iglesia a quién pudiésemos preguntar, así que nos quedamos con las ganas de trepar hasta lo alto de la torre para contemplar tanto el pueblo como el castillo desde un punto de vista elevado.
Para despedirnos de Cēsis nos acercamos hasta la plaza de Livu (Līvu laukums), el centro neurálgico de la ciudad hasta el siglo XIII, y desde allí nos dirigimos hasta su plaza principal, Rožu laukums, también conocida como la plaza del mercado.
Desde el siglo XIII este ha sido el lugar de reunión de sus habitantes, dónde se celebran los eventos más importantes y el lugar en el que antiguamente se encontraba el pozo de la ciudad.
La visita a Cēsis nos llevó unas tres horas y media, viendo todo con calma y recreándonos en los parques y callejuelas de esta pintoresca población que conserva el sabor de la antigua y tradicional Letonia.
Dirección Castillo de Cesis: Pils laukums, Cēsis, Cēsu novads, Letonia
Horario: de Martes a Domingo, 10:00 - 18:00
Precio Castillo: Entrada de adulto 2 Lats (2,87€) y Entrada precio reducido 1 Lat (1,44€)(año 2011)
Página Web de Turismo de Cesis: www.tourism.cesis.lv/en/start-page/
4 comentarios:
Me gusta mucho el etilo de tu blog.
Saludos viajeros
El LoBo BoBo
Muchas gracias por tu comentario Paco, me alegro de tener visitantes como tú en mi blog.
Saludos viajeros!
Estaba repasando este lugar porque fui hace un año y algo y me ha encantado leerte. Por un momento me has recordado todo tal cual lo visité yo.
Un abrazo!
Víctor, me alegro de haberte ayudado a recordar tu visita a este lugar a través de este artículo. Un saludo!
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