Ver Distrito financiero - Downtown en un mapa más grande
Empezamos en la terminal de Ferrys a Staten Island, desde dónde empezamos nuestra ruta por Battery Park, un pequeño pulmón verde en el extremo sur de la isla de Manhattan.
Desde este parque, si miramos hacia el mar podemos ver al fondo la estatua de la libertad, Ellis Island y un poco más cerca la vecina New Jersey.
Además de ser una buena zona para descansar a la vez que disfrutamos de unas buenas vistas de los rascacielos más cercanos al mar, también nos encontramos con varias referencias históricas, y es que en mitad del parque está el East Coast War Memorial, un conjunto de 8 placas de mármol en el que están grabados los nombres de los caídos durante la II Guerra Mundial, todas ellas custodiadas por un enorme águila de bronce.
Un poco más adelante, nos encontramos con el fuerte de Castle Clinton, ahora reconvertido en taquillas dónde podemos comprar los billetes para la visita a la estatua de la libertad y Ellis Island. Por todo el parque, pero especialmente en los alrededores de Castle Clinton, hay un montón de puestos dónde comprar algún recuerdo de la ciudad o recuperar fuerzas con un Hot Dog.
Antes de abandonar Battery Park y sumergirnos de lleno en las estrechas calles que forman los rascacielos del distrito financiero, nos encontramos con La Esfera, una escultura que se encontraba en la plaza central de las torres gemelas y que tras los atentados del 11 de Septiembre de 2001 se trasladó a este lugar como homenaje a todos los que perdieron la vida en ese día.
Junto a ella hay un fuego que permanece siempre encendido en recuerdo de las víctimas y de todos los que ayudaron en aquel día.
El siguiente punto de interés es Bowling Green, el parque más antiguo de la ciudad y lugar de nacimiento de la ciudad de Nueva York, porque fue aquí dónde Peter Minuit compró la isla de Manhattan a los indios del lugar por la módica cantidad de 24 dólares.
Y como no podía ser de otra forma, es aquí donde está situado el Museo de los indios Americanos.
Por si eran pocas las razones para visitar este pequeño parque, vamos a sumarle el que éste sea el inicio de una de las calles más conocidas de la ciudad, Broadway, y el lugar dónde nos encontramos con el Charging Bull, un intimidante toro de bronce que se ha convertido en el símbolo de Wall Street, ya que originalmente estaba situado frente al edificio de la bolsa en la cercana Wall Street.
Seguimos caminando por Broadway hasta encontrarnos con la Trinity Church, una iglesia encajonada entre enormes edificios de oficinas y residenciales.
Después de visitar el interior de la Trinity Church, bajamos por la calle que hay justo enfrente de la puerta principal para encontrarnos con el corazón mismo del distrito financiero, el lugar dónde están el Federal Hall National Memorial y la sede de la bolsa de Nueva York, la NYSE.
Si miramos hacia atrás por la calle que acabamos de bajar, podemos ver cómo la torre de la Trinity Church aparece encerrada entre dos edificios que forman una estrecha calle.
El Federal Hall National Memorial ha servido cómo ayuntamiento, aduana o banco, pero su uso más importante ha sido sin duda la de ejercer cómo primer capitolio del país, ya que fue en este lugar dónde el primer presidente de los EEUU, George Washington, prestó juramento en 1789.
En la calle de enfrente está otro edificio conocido en el mundo entero, el New York Stock Exchange o bolsa de Nueva York, aunque muchos le llaman directamente Wall Street.
Este edificio ha sido testigo de grandes desastres económicos como el famoso crack del 29, y más recientemente el de 2008 que aun hoy estamos sufriendo, y es que cualquier euro, yen o libra que se mueve en el mundo, ha pasado en algún momento por el parquet de esta bolsa.
Desde aquí, seguimos por Wall Street y bordeamos el Trump Building, uno de los rascacielos más emblemáticos del bajo manhattan hasta llegar a la Chase Plaza, dónde nos sentiremos realmente pequeños rodeados de rascacielos de casi 300 metros.
Desde otra plaza cercana podemos ver el edificio de la Federal Reserve Bank of New York, el equivalente estadounidense de nuestro banco de España.
Desde este lugar, divisamos nuestro siguiente destino, la zona 0, pero antes de llegar cruzamos por el Zuccotti Park, un lugar con dos esculturas muy curiosas, la que aparece en la foto y el más conocido “Red Cube”, un enorme dado rojo que se apoya en una de sus esquinas.
Justo al final del Zucotti Park, nos paramos a ver el enorme espacio vacío que se abre ante nosotros, la zona 0. Aun estando totalmente reconstruidos o a punto de acabar los edificios que bordean el solar, la imagen es bastante impactante y es difícil no detenerse un momento a pensar lo que tuvo que ser ese lugar aquel lejano 11 de Septiembre de 2001.
Enfrente del solar en construcción están los almacenes Century 21, dónde dejamos aparcada por un rato la ruta turística del distrito financiero mientras rebuscamos alguna oferta entre mostradores desordenadísimos y gran cantidad de gente. Para resumir, aquí lo que vais a encontrar son buenas ofertas en ropa interior de marca y complementos como por ejemplo guantes, gorros y bufandas, con el resto de artículos vais a perder el tiempo aunque a primeras horas de la mañana si que he leído que se pueden encontrar buenos chollos.
Después de la vorágine compradora seguimos, bolsa en mano, nuestra ruta por el downtown, y la siguiente parada es la St. Paul´s Chapel, una pequeña iglesia situada a unos 100 metros del lugar dónde se erigían las torres gemelas y que milagrosamente no sufrió prácticamente daños durante los atentados, por lo que se convirtió en uno de los principales lugares dónde buscar información sobre los desaparecidos. De hecho, en su interior hay una extensa colección de objetos, fotografías y mensajes recogidos durante los días posteriores a los atentados y que permanecieron en las verjas del pequeño cementerio que bordea la iglesia junto a las velas y flores que miles de personas depositaron como muestra de apoyo a las víctimas.
Desde aquí, bordeamos el solar en dirección a los edificios situados al otro lado, y al pasar por un puente provisional que nos permite no tener que cruzar por mitad de las obras podemos contemplar el ejército de grúas que trabajan sin cesar en los cimientos del nuevo World Trade center.
Pasamos por debajo de los edificios del World Financial Center, cruzando por el Winter Garden, un centro comercial con palmeras en su interior.
Una vez al otro lado, nos asomamos al Rio Hudson junto al North Cove Marina, un pequeño puerto desde el que conseguir un punto de vista diferente de la estatua de la libertad, el distrito financiero y el skyline de New Jersey.
De vuelta al Winter Garden, hay un mirador desde el que observamos el ir y venir de camiones en el solar que tenemos enfrente junto con la silueta de los rascacielos entre los que hemos caminado horas antes.
Bordeando la verja de la St. Paul´s Chapel, llegamos al City Hall Park, dónde se encuentran varios edificios municipales cómo el New York City Hall (ayuntamiento).
Desde el parque podemos ver otro enorme edificio municipal, el Manhattan Municipal Building.
En el centro del City Hall Park hay una fuente con varios faroles que la iluminan con unas pequeñas llamas de fuego.
Antes de abandonar el parque, le echamos un ojo al último de los rascacielos más importantes de esta zona de Manhattan, el Woolworth building.
Desde aquí, hacemos una visita a una de las tiendas de electrónica más famosas de la ciudad, J&R, dónde podemos darnos algún capricho electrónico en forma de cámara digital, portátil o mp3 a buenos precios.
A continuación bajamos por Beekman St. primero y Fulton St. después hasta llegar al South Street Seaport, una zona con restaurantes y tiendas dónde entramos a la exposición “Bodies: The exhibition”.
Al salir, cruzamos bajo la autopista para dejarnos impresionar por unas de las mejores vistas nocturnas del puente de Brooklyn y el distrito financiero desde Pier 17, pero todo esto se merece un apartado propio que compartiré con vosotros en el siguiente artículo.
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