Recorriendo en coche la ruta escénica de Ryfylke en Noruega ~ PhotoViajeros - Los relatos de mis Viajes, Rutas y Escapadas

Recorriendo en coche la ruta escénica de Ryfylke en Noruega


En este segundo día por Noruega realizamos una ruta en coche desde Stavanger hasta la pequeña población de Odda siguiendo la ruta escénica Ryfylke. De camino, visitamos el majestuoso Preikestolen (o púlpito), condujimos junto a la orilla de un buen puñado de fiordos en los que vertían sus aguas decenas de atronadoras cascadas, y atravesamos paisajes de alta montaña cubiertos de nieve y con lagunas glaciares sobre las que todavía flotaban numerosas placas de hielo en pleno mes de Julio.

Preikestolen


La mañana del segundo día de viaje comenzamos desayunando y cogiendo fuerzas en el buffet del hotel Radisson Blu Atlantic de Stavanger.
A eso de las 8:30 de la mañana echamos las maletas al coche y comenzamos la primera aventura por las carreteras noruegas. Abandonamos la ciudad de Stavanger y pusimos rumbo al Preikestolen para visitar uno de los monumentos naturales más conocidos de Noruega.
Básicamente hay dos opciones si queremos ir de Stavanger al Preikestolen en coche.
La primera de ellas es coger un ferry en el mismo puerto de Stavanger (muy cerca del Museo del Petróleo) y cruzar hasta Tau.
Otra opción es conducir hasta Lauvvik y allí coger el ferry Lauvvik - Oanes. Esta es la opción que nosotros elegimos, ya que en tiempo y distancia es muy similar a la primera opción que os comentaba, pero sin embargo, el precio del ferry es casi un 50% más barato si cruzamos por aquí.

Saliendo de Stavanger en dirección sur por la autovía E39 pronto empezaréis a ver las indicaciones hacia Lauvvik, a dónde tardamos unos 40 minutos en llegar.
Una vez allí, esperamos 10 o 15 minutos hasta que llegó el ferry, tiempo que aprovechamos para echar un vistazo a nuestro primer fiordo del viaje.

Lauvvik

En este punto quiero hacer un alto en el camino para recomendaros varias maneras de moveros por Noruega en coche sin perderos y con total seguridad.

  • La primera de ellas y más obvia es usar un GPS, ya sea el que venga integrado en el coche (si lo tiene) o uno que alquiléis junto con el coche (aproximadamente 15-20€/día).
  • Si queréis ahorrar unos euros, podéis llevaros vuestro propio GPS cargando en él los mapas de Noruega antes de iros.
  • Otra opción es usar alguna aplicación de mapas offline para vuestro smartphone. En nuestro caso nos instalamos Here, el sistema de mapas de Nokia: https://maps.here.com
    Si os abrís una cuenta, podréis crearos las rutas de cada día y descargar los mapas para luego usarlos en modo offline por noruega sin necesidad de utilizar una conexión de datos.
  • En los coches de alquiler normalmente dejan algún mapa de carreteras en papel de los de toda la vida, y aunque no suelen ser muy detallados, siempre nos pueden servir para sacarnos de un apuro.
  • Por último, si os gusta la ruta que nosotros seguimos y queréis hacer el mismo recorrido, no dejéis de descargaros la ficha de viaje que encontraréis al final de este artículo y de todos aquellos en los que haya algún viaje en coche.

Hecho este inciso, continúo con el relato de este segundo día de viaje...

Tras 15 minutos navegando por el agradable pero helador fiordo que separa las localidades de Lauvvik y Oanes, desembarcamos y volvimos al coche para conducir durante unos 20 minutos hasta el primero de nuestros destinos del día: Preikestolen, también conocido como "el púlpito", un lugar que no necesita presentación y que se ha convertido por méritos propios en uno de los principales iconos de Noruega.
De hecho, cada año son decenas de miles los visitantes que realizan este trekking de apenas 8 kilómetros y que se suele completar en unas 4-5 horas entre la ida y la vuelta.

Aunque estos datos puedan hacer pensar que la ruta es un sencillo paseo por el campo, antes de comenzar la caminata conviene echar un vistazo a los siguientes aspectos y datos de interés:

  • A pesar de estar situado entre los 250 y 600 metros de altitud, el recorrido del trekking discurre por zonas que permanecían cubiertas por glaciares hasta hace relativamente poco tiempo, por lo que nos encontramos con un entorno muy salvaje en general aunque bien señalizado y adaptado en varios tramos.
  • Antes de salir hacia el Preikestolen recomiendo consultar la previsión meteorológica, porque el tiempo que hace en la cercana Stavanger o en el propio aparcamiento del Preikestolen, poco o nada tienen que ver con las condiciones meteorológicas que podemos encontrarnos durante la ruta.
  • La ruta, aun no siendo especialmente dura ni complicada, requiere de una mínima condición física. Quién esté acostumbrado a hacer deporte o a subir a la montaña, disfrutará del paseo casi sin enterarse (excepto por dos o tres tramos algo más empinados), pero quién no realice ninguna actividad física o sufra problemas de vértigo de una manera acusada, puede quedarse a medio camino, tal y como pudimos comprobar nosotros mismos durante nuestro ascenso.
  • Hay que ir provisto de varias capas de ropa para ir quitándonos o poniéndonos prendas de abrigo según el tramo del recorrido o las condiciones climatológicas, pero sobre todo, hay que utilizar calzado de montaña adecuado. El terreno es muy irregular y suele ser habitual encontrarnos con un terreno húmedo y resbaladizo, por lo que con unas simples zapatillas, es casi seguro que acabaremos sufriendo alguna caída.
  • Hay que llevar agua, ya que no encontraremos fuentes en todo el camino.
  • La mejor época para realizar el trekking es la comprendida entre los meses de Junio y Septiembre. Fuera de esas fechas, aunque la ruta permanece abierta, podemos encontrarnos grandes acumulaciones de nieve o una climatología adversa que haga muy peligroso, cuando no imposible, llegar hasta "el púlpito".
  • Tanto el propio Preikestolen como los últimos metros de la ruta, se encuentran a una altura de 600 metros sobre el fondo del fiordo, por lo que hay que extremar la precaución, ya que además, es una zona donde suelen soplar fuertes rachas de viento y con grandes aglomeraciones de gente. Aprovecho para pediros que uséis el sentido común a la hora de haceros las fotos de rigor y asomaros al precipicio. Cualquier caída desde allí es mortal al 100%.
  • Conviene madrugar para evitar las aglomeraciones que se producen al llegar los autobuses con centenares de pasajeros procedentes de los cruceros que surcan los fiordos o cada vez que arriba a puerto un nuevo ferry.
  • Aparcar el coche en el aparcamiento del Preikestolen cuesta 200NOK/día (unos 20€ aprox.), y cuenta con numerosos servicios como baños, merenderos, alojamiento, tienda de regalos...
  • El acceso al trekking es gratuito.

Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente, debidamente abrigados y con el calzado adecuado, comenzamos el trekking rumbo al Preikestolen, que arranca junto a este letrero.

Preikestolen

Una suave pendiente de gravilla suelta pronto nos dirige a una escalinata de piedra que nos pondrá a prueba a los pocos minutos de comenzar. La recompensa es casi instantánea, ya que en poco tiempo ascendemos lo suficiente como para poder empezar a contemplar todo el entorno a "vista de pájaro".

Preikestolen

Avanzamos por un camino que serpentea entre una frondosa vegetación...

Preikestolen


...y que conduce directamente hasta uno de las primeras paradas "obligatorias" de la ruta, el mirador del lago Revsvatnet, desde donde podemos contemplar una bonita panorámica del lugar en el que nos encontramos.

Preikestolen

En esta primera parte del recorrido, los senderos y caminos están muy definidos, pero incluso en las zonas más agrestes de la ruta, nos encontraremos numerosas señales y marcas rojas en árboles y rocas que indican el camino a seguir.

Preikestolen

Atravesamos una bonita zona llana con varias pasarelas de madera antes de afrontar una nueva escalinata de piedra que fue construida por sherpas nepalíes, la más dura del recorrido. Superada la escalinata, continuamos ascendiendo por un camino pedregoso que desemboca en una zona de pequeñas lagunas que podemos considerar la puerta de entrada a la zona con los paisajes más espectaculares de todo el recorrido.

Preikestolen

Cascadas infinitas, frondosos bosques que se perdían en el horizonte, lagos y lagunas glaciares desperdigadas entre imponentes moles de roca y secciones del fiordo de Lyse (Lysefjord) conforman un sobrecogedor paisaje que impide avanzar ante el temor de no haber podido guardar en nuestras retinas toda esa belleza. Aun así, toca seguir avanzando.

Preikestolen

Parece que a los dioses de la mitología nórdica no les hizo mucha gracia la presencia de tantos mortales como nosotros en ese privilegiado lugar, por lo que enviaron oscuros nubarrones y fuertes ráfagas de viento que no hacían presagiar nada bueno...

Preikestolen

Las nubes descendieron sobre nosotros convirtiéndose en una húmeda niebla que comenzó a mojarnos por completo, lo que unido a las fuertes ráfagas de viento, convirtió los último metros del recorrido en todo un reto. Aun así, aceleramos el paso y logramos nuestro objetivo de contemplar el púlpito y la sobrecogedora pared vertical de 600 metros que finaliza en el fondo del Lysefjord antes de que la niebla lo engullese por completo...

Preikestolen

Aunque sólo fueron unos pocos minutos, pudimos sentir lo insignificante y minúsculo que es un ser humano al compararlo con la grandiosidad de la madre naturaleza.

Preikestolen Preikestolen

Nos habría gustado permanecer allí más tiempo, haber subido hasta la parte superior para contemplar el púlpito y el fiordo a nuestros pies, haber disfrutado en calma de esos paisajes infinitos..., pero la niebla dio paso a la lluvia y el tiempo empeoró tanto en tan poco tiempo, que se produjo un auténtico éxodo rumbo al aparcamiento. La vuelta fue complicada por culpa de la lluvia, el viento y el frío, que se aliaron para embarrar muchas partes del recorrido y convertir las escaleras en peligrosas y resbaladizas trampas.

De vuelta a la protección del aparcamiento la lluvia cesó, pero ya era tarde. Habíamos tenido que adelantar el regreso desde el Preikestolen y estábamos empapados hasta los huesos, así que nos tocó cambiarnos de ropa en el coche para no echar a perder el resto del viaje por un resfriado.

Continuamos con el recorrido previsto atravesando las localidades de Jorpeland, Tau, y bordeando nuevos fiordos que nos iban adentrando más y más hacia el corazón de la región de los famosos fiordos noruegos. Tras algo más de 1 hora, llegamos a Hjelmeland para tomar el ferry a Nesvika.

Hjelmeland

El servicio de ferris en Noruega es tremendamente eficiente, ya que la carga y descarga de vehículos y pasajeros es muy rápida y cada media hora aproximadamente sale uno. No obstante, hay periodos en los que hay que esperar una hora o incluso algo más, por lo que conviene llevar una copia de los horarios de cada uno de los ferris que tengamos pensado coger para planificarnos correctamente. Al final de este artículo os dejaré los horarios y tarifas de todos los ferris que utilizamos a lo largo de este día.

Hjelmeland – Nesvika

Desde Nesvika continuamos conduciendo en dirección a Sand por una carretera que discurría junto a varios fiordos, atravesando pintorescos pueblos como Erfjord y valles en la región de Ryfylke, adentrándonos en las entrañas de la montaña a través de infinitos túneles o sobrevolando algunos fiordos por puentes que desafían a la gravedad.

En Sand abandonamos la carretera más rápida y mejor acondicionada para adentrarnos en una solitaria pero maravillosa ruta guiados por la carretera 520. Tomamos el ferry en dirección a Ropei y mientras cruzamos el fiordo, echamos un vistazo a la pequeña bahía de Sand.

Bahía de Sand

Mientras cruzamos un nuevo fiordo a bordo de un ferry, podemos permanecer en el coche, pasear por cubierta y disfrutar de la "brisa" y el paisaje, o entrar en calor en las zonas habilitadas con asientos, que tampoco es que existan en todos los trayectos ni cuenten con muchas plazas.

Ferry

Tras un trayecto de apenas 10 minutos, retomamos nuestra ruta en coche por la carretera 520, que en este tramo entre Ropei y Sauda, transcurre a orillas de fiordo de Sandsfjord, dónde encontraremos varios miradores en los que el paisaje nos obligará a detenernos para disfrutar de vistas como estas:

Sandsfjord

Sandsfjord


Sandsfjord

Poco antes de llegar a Sauda, la naturaleza nos regaló la primera gran cascada que pudimos ver a escasos metros, Svandalsfossen.

Svandalsfossen

Aunque ya habíamos visto numerosas cascadas mientras conducíamos o incluso en el trekking al Preikestolen, no es fácil describir esas primeras sensaciones cuando te encuentras cara a cara con tal cantidad de agua deslizándose entre los árboles por las paredes del fiordo con un sonido atronador y envolviendo todo el ambiente con una bruma procedente del agua nebulizada de esos millones de litros que golpean sin cesar en las rocas.

Svandalsfossen

Es simplemente sobrecogedor y todo un privilegio poder disfrutar de un espectáculo de la naturaleza como este.

Svandalsfossen

Además, hay un par de escaleras que permiten bajar hasta el final de la cascada o subir hasta un nivel superior en el que es posible adentrarse en las mismísimas entrañas de Svandalsfossen.

Svandalsfossen

Entre unas cosas y otras, pasamos más de media hora disfrutando de este entorno, pero como todavía nos quedaba un buen tramo hasta el lugar en el que pasaríamos la noche, volvimos al coche y nos dirigimos hasta Sauda, uno de los últimos restos de civilización que veríamos durante la siguiente hora y media. Pasada esta localidad, nos adentramos por una estrecha garganta en la que hicimos una breve parada en las abandonadas minas de zinc de Allmannajuvet, donde actualmente se puede visitar un museo o realizar una visita guiada (previa reserva).

Allmannajuvet

Esta carretera prácticamente intransitada atraviesa pequeños grupos de casas que permanecen aislados la mayor parte del año, y es que tan sólo una semana antes de pasar por aquí, comprobamos que la carretera estaba cortada por acumulación de nieve, y eso que era el mes de Julio. Algo de lo que se avecinaba podíamos empezar a intuir según devorábamos kilómetros de la ruta Ryfylke.

Ryfylke

Ryfylke

De nuevo, Noruega nos sorprendió con un cambio radical en los paisajes que desplegaba ante nosotros. En pocos minutos pasamos de frondosos bosques que cubrían las paredes de los fiordos a un paisaje de alta montaña cubierto de nieve y plagado de lagunas glaciares.

Ryfylke

A ambos lados de la carretera, unos testigos de nieve de unos 5 metros de altura eran una prueba más que palpable de los espesores que debe alcanzar la nieve en pleno invierno por esta zona, por lo que para poder disfrutar de esta ruta, hay que aprovechar los meses de verano, y ni aun así tendremos garantizado que esta ruta permanezca abierta.

Ryfylke

Extrañas sensaciones las que estábamos sintiendo en estos inhóspitos parajes en los que no llegamos a cruzarnos con un sólo vehículo. Es uno de los lugares del mundo dónde más aislado me he sentido, pero a la vez, el aire puro y la sensación de libertad hicieron que nos sintiésemos tan a gusto como para quedarnos en manga corta a pesar de que, de vez en cuando, una pequeña ventisca nos metía el miedo en el cuerpo por si el tiempo empeoraba y nos quedábamos atrapados en este lugar donde, evidentemente, la cobertura del móvil ni está ni se la espera.

Ryfylke

No podría deciros cuántas veces paramos ensimismados por el paisaje, pero aun así, podríamos haber hecho 50 paradas más y no nos habríamos cansado de admirar lugares como este...

Ryfylke

... o paisajes de ensueño como este otro.

Ryfylke

Con más pena que ganas continuamos conduciendo, y mientras avanzábamos, en muchos tramos nos dimos cuenta que no era ninguna exageración que hubiese estado cortada la carretera hasta apenas unos días antes. Fijaos en el espesor y la altura de la nieve a ambos lados de la carretera...

Ryfylke

Tras dejar atrás una última laguna, las montañas cubiertas de nieve cedieron el testigo de nuevo a los paisajes de bosques infinitos salpicados por cascadas mientras la carretera comenzó a descender apresuradamente hacia el enésimo fiordo que vimos en esta jornada a medida que íbamos regresando a la civilización cerca de la estación de esquí de Roldal.

Langfoss

Atravesamos un largo túnel de casi 5 Km. de longitud que nos condujo directamente hasta la localidad de Skare. Llegados a este punto tuvimos que cambiar el itinerario previsto y no visitar la cascada de Langfossen porque era tarde y todavía nos faltaban unos 20 kilómetros para llegar a nuestro destino a tiempo de hacer el check-in.

Si no vais apurados de tiempo, antes de llegar a Skare hay que desviarse a la izquierda por la carretera E134 para ver la cascada Langfoss (según dicen, una de las cascadas más bonitas del mundo). Se tarda 1 hora entre la ida y la vuelta, 40 kilómetros en total, e incluye un peaje extra.

Nada más pasar Skare, a mano izquierda pudimos ver la cascada de Espelandsfossen, un aperitivo para lo que nos esperaba unos 200 metros después.

Espelandsfossen

Una intensa bruma de agua mantenía empapada la carretera junto a la espectacular cascada de Låtefossen, que se mostró en todo su esplendor justo cuando llegamos gracias a un pequeño hueco que se abrió entre las nubes permitiendo la llegada de la luz del sol y la formación de varios arcoíris.

Låtefossen

Desde el aparcamiento hay un sendero un tanto resbaladizo pero que merece la pena descender para contemplar esta cascada de un punto de vista más espectacular aún, si es que eso es posible.

Låtefossen

Tras pasar aquí unos minutos, continuamos sin realizar ninguna parada más hasta el camping de Odda, dónde pasaríamos la noche antes de continuar al día siguiente nuestra ruta en coche por los fiordos noruegos.

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Presupuesto del día (precios verano de 2015):

  • Ferry Lauvvik - Oanes:
    • Coche+conductor: 70 NOK
    • Cada adulto: 29 NOK
    • Total: 157 NOK (18€ aprox.)
  • Aparcamiento Preikestolen: 150 NOK por vehículo (12€ aprox.)
  • Ferry Hjelmeland – Nesvika:
    • Coche+conductor: 70 NOK
    • Cada adulto: 29 NOK
    • Total: 157 NOK (18€ aprox.)
  • Ferry Sand – Ropei:
    • Coche+conductor: 70 NOK
    • Cada adulto: 29 NOK
    • Total: 157 NOK (18€ aprox.)
  • Peajes: 10€ aprox. (a pagar entre 4)
  • Alojamiento en cabaña del camping de Odda: 125€ (a pagar entre 4)

Total presupuesto para 1 persona (155 NOK + 34€): 52€
Tasas de cambio utilizadas: desde 1€ = 8,14 NOK hasta 1€ = 9 NOK

Enlaces y datos de interés:



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