Se construyó entre 1854 y 1859 en un estilo predominantemente morisco dónde destaca su exterior de ladrillo rojo y amarillo, y en su fachada principal, dos torres de 43 metros de altura coronadas por sendas cúpulas de bronce que la hacen visible desde muchos puntos de la ciudad.
Es posible visitar de manera gratuita la Sinagoga y su recinto exterior, pero de una manera muy limitada y acotada.
Los horarios de visita varían a lo largo del año:
- De Abril a Octubre: de 10:00 a 17:30 (viernes hasta las 14:30)
- De Noviembre a Marzo: de 10:00 a 15:30 (viernes hasta las 13:30)
- Sábados: cerrado.
A la entrada te hacen cubrirte la cabeza con el famoso gorro judío, la Kipá, y a continuación ya comienza la visita accediendo a la enorme sinagoga, que de primeras impresiona por su tamaño y la ostentosa decoración que provocó sonadas discrepancias entre los miembros de la comunidad judía de la época.
Al igual que sucede con el exterior, el estilo predominante es el morisco, aunque también podemos ver elementos arquitectónicos góticos, bizantinos o románticos en un templo que se asemeja a un teatro con sus palcos distribuidos en dos alturas sobre la planta principal.
Nuestro guía nos invita a sentarnos en los bancos y empieza a contarnos la no tan lejana y triste historia de esta Sinagoga.
Durante el invierno de 1944-1945 y en plena II Guerra Mundial, más de 20.000 judíos se refugiaron en este lugar para huir de las deportaciones nazis a los campos de exterminio, por lo que la sinagoga y sus alrededores se convirtieron en el Ghetto judío de Budapest.
A causa del intenso frío, el hambre y de las pésimas condiciones en las que se hacinaba tal cantidad de personas, hubo más de 2000 fallecidos, muchos de los cuales fueron enterrados en el cementerio situado junto a la Sinagoga.
Durante un tiempo también fue utilizada como establo por las tropas Alemanas, que utilizaron muchos de los textos sagrados que albergaba la Sinagoga para encender hogueras con las que mantener caliente al ganado.
Tras la liberación de Budapest y el final de la II Guerra Mundial la Sinagoga tuvo que ser restaurada completamente, y para poder llevar a cabo todas estas labores de restauración hubo muchos judíos ilustres que ofrecieron donaciones.
Como muestra de gratitud y reconocimiento por parte del resto de la comunidad judía, en algunos de los bancos de la Sinagoga podemos ver sus nombres impresos en una placa metálica.
Si nos fijamos detenidamente en algunos de los elementos de esta Sinagoga, podemos ver representada toda la simbología de los templos judíos como por ejemplo la estrella de David, el calendabro de aceite de siete brazos (menorá), el armario equivalente al arca de la alianza que contiene los rollos de la torá (lo que nosotros conocemos como las leyes de Moisés), o un farolillo en el que se conserva la luz eterna del templo de Jerusalén.
Tras la visita al interior del templo, nos dirigimos hacia el exterior para contemplar el cementerio del que os hablaba anteriormente dónde fueron enterrados muchos de los judíos fallecidos en el Ghetto de Budapest y que está situado junto a la Sinagoga.
Seguimos la visita por un pasillo cubierto que nos dirige hasta una curiosa escultura situada en unos jardines a la espalda de la Sinagoga.
Se llama "El Árbol de la vida", una escultura metálica que representa a un sauce llorón que tiene la peculiaridad de que en cada una de sus hojas aparece escrito el nombre de una de las víctimas del holocausto.
También podemos leer una inscripción en su base cuya traducción sería: "¿Quién podría sufrir una agonía mayor que la mía?"
Junto al "Árbol de la vida" se encuentra este monumento dedicado a los judíos que murieron durante el exterminio nazi.
Y a sus espaldas ver otra parte del cementerio judío, con sus característicos cantos rodados situados junto a cada una de las lápidas.
Sin duda una visita interesante tanto por la historia de la propia Sinagoga y lo que sucedió allí a mediados del Siglo XX, como por el hecho de conocer algunos datos y curiosidades sobre una religión de la que todos hemos oído hablar pero que resulta bastante desconocida para la mayoría de nosotros.
Fantásticas e inmejorables fotos. He estado unas 4 veces en Hungría y conozco bastante bien sus rincones y secretos. Así que que con tu permiso me quedo. Tengo twiter a ver si te localizo. @KatySnchez.
ResponderEliminarUn saludo
Hola katy, que suerte tienes de haber podido disfrutar de esta ciudad en 4 ocasiones!!
ResponderEliminarYo sólo estuve 3 días descubriendo algunos de esos lugares y rincones que comentas, así que como me dejé cosas en el tintero ya tengo excusa para volver.
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Un saludo y gracias por tu comentario!