Yerebatan Sarnici, una cisterna que parece un palacio ~ PhotoViajeros - Los relatos de mis Viajes, Rutas y Escapadas

Yerebatan Sarnici, una cisterna que parece un palacio

La Cisterna Basílica es el mayor depósito de agua de la época bizantina que se puede visitar en Estambul. Formaba parte de un sistema de cisternas construidas bajo la antigua Constantinopla en las que se almacenaba el agua para evitar dejar a la capital del Imperio sin el preciado elemento durante los asedios o las épocas de sequía.

Muchos os preguntaréis: "¿de verdad que un simple depósito de agua merece una visita?". Pues bien, si me prestáis tan sólo 4 minutos de vuestro tiempo, creo que seré capaz de convenceros para que añadáis esta construcción que muchos califican como un palacio subterráneo a vuestra lista de lugares imprescindibles en Estambul.

Yerebatan


Corría el año 532 cuando el emperador bizantino Justiniano I impulsó un ambicioso proyecto que asegurase el suministro de agua a la capital mediante la construcción de cisternas subterráneas.

Hasta entonces cada vez que la ciudad era atacada, sus enemigos podían poner en jaque a toda la población de una manera tan simple como destruir los acueductos que suministraban el agua a la antigua Constantinopla.
Con la construcción de estos depósitos, se creaba un gigantesco sistema de reserva que aseguraría el abastecimiento de agua durante los asedios y que también ayudaría a paliar la carestía de agua a lo largo del seco y caluroso verano turco.

Yerebatan

Aunque Yerebatan Sarnici no fue la primera cisterna subterránea que se construyó en la ciudad, sí que fue una de las más grandes e importantes, ya que cuenta con unas dimensiones de 140 metros de largo por 70 de ancho y una media de 9 metros de altura.

En su interior, se calcula que se podían almacenar la friolera de 100.000 m3 de agua. Ahí es nada.

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Según algunos historiadores, fue Constantino I el que al inicio de su reinado (durante los primeros años del siglo IV) construyó una pequeña cisterna para dar servicio a un complejo formado por una basílica, una biblioteca, un auditórium y una universidad que se ubicaban en este mismo lugar. Esta basílica es la que acabaría dando nombre a la cisterna.

La estructura original, que fue ampliada y restaurada por el emperador Justiniano, recibía sus aguas del cercano bosque de Belgrado, situado a tan solo 19 km de la ciudad, a través de los acueductos de Valente y Adriano.

Para soportar el techo abovedado de ladrillo, se reutilizaron un total de 336 columnas traídas de antiguos templos y monumentos repartidos por diversas zonas de la península de anatolia, por lo que su estilo es de lo más variado y nos podemos encontrar columnas con capiteles corintios, jónicos o incluso dóricos sin ornamentar.

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Para que os hagáis una idea de la importancia de esta cisterna tan sólo os daré un dato: suministró agua durante más de 1000 años a la zona amurallada de la antigua Constantinopla en la que se ubicaban los principales edificios administrativos del Imperio Bizantino, como por ejemplo el Gran Palacio de Constantinopla, el Senado y otros edificios del Capitolio, así como a las dependencias del palacio de Topkapi, epicentro administrativo del Imperio otomano desde 1465 hasta 1853.

Actualmente hay varias pasarelas que se adentran entre las columnas de este bosque subterráneo en el que nos encontramos con una atmósfera mágica creada a base de una tenue luz anaranjada a la que también se unen una suave música de fondo y el frescor de una fina capa de agua en la que se pueden ver algunos peces y monedas.

Yerebatan

Estas pasarelas os conducirán hasta dos impresionantes e inquietantes columnas cuya base está formada por dos cabezas de Medusa, ya sabéis, una de las tres hermanas gorgonas que según la mitología clásica tienen la capacidad de convertir en piedra a todo aquel que osa mirarlas fijamente a los ojos. Por si las moscas, yo sólo la miré a la cara a través del objetivo de mi cámara.

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Hay varias teorías que intentan explicar la presencia de estos pedestales en la Basílica Cisterna, pero la que más me sorprendió es la que afirma que según la mitología, Medusa quedó convertida en piedra al mirarse en un espejo, así que el artista que talló estas cabezas de Medusa las colocó tumbadas o boca abajo para asegurarse de que ella siempre contemplara su reflejo en el espejo formado por el agua de la cisterna, anulando así los poderes de su petrificante mirada.

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Organiza tu visita:

  • Horario de verano: abre todos los días de 9:00 a 18:30.
  • Horario de invierno: abre todos los días de 9:00 a 17:30.
  • Precio de la entrada: 20 TRY (7€ aprox.)
  • Duración de la visita: 30 minutos
  • Cómo llegar: La Basílica Cisterna (Yerebatan) está en el centro de Estambul, al norte de la plaza de Sultanahmet y a escasos metros de la entrada a Santa Sofía.
  • Transporte: Tranvía (línea T1): Estación de Sultanahmet.
  • Web oficial: http://yerebatan.com/

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