Ruta pico de Azalegui y ermita de San Esteban

Datos de la Ruta:

Señalización: marcas verdes y blancas, senderos y pista forestal.
Longitud: 6 Km.
Duración: 3 horas
Ruta circular: Sí
Salida: Aparcamiento del área de acogida Arrazola
Llegada: Aparcamiento del área de acogida Arrazola
Altitud mínima: 840 metros
Altitud máxima: 1165 metros
Grado de dificultad: Fácil
Descripción: Desde el área de acogida de Arrazola caminaremos por una senda que transcurre paralela a la regata de Arrazola. Dos kilómetros después comenzaremos el ascenso más pronunciado del recorrido hasta llegar al pico de Azalegui (1165 metros), desde dónde comenzaremos el descenso hacia el punto de partida visitando de camino la ermita de San Esteban.

El inicio de esta ruta comienza junto al área de acogida Arrazola, dónde estacionaremos el coche en su amplia zona de aparcamiento.
Puedes calcular la mejor ruta para llegar hasta aquí desde cualquier lugar accediendo al siguiente enlace a google maps, donde únicamente tendrás que introducir la dirección desde la que quieres ir en el recuadro situado en la parte superior izquierda de la pantalla:

Como llegar hasta el aparcamiento del área de acogida Arrazola desde cualquier lugar

Antes de empezar a caminar, podéis pedir información sobre ésta u otras rutas cercanas en la oficina de información que encontraréis junto al aparcamiento.
Desde allí mismo nos dirigimos hacia el bosque situado a espaldas de la oficina de información siguiendo los carteles e indicaciones del sendero SL-NA 51C, cuyas señales iremos siguiendo durante todo el recorrido.

Continuamos por esta senda hasta llegar a la regata de Arrazola, que nos acompañará durante los dos primeros kilómetros de la ruta.

Este pequeño riachuelo discurre a nuestra derecha la mayor parte del tiempo, aunque el sendero lo cruza en varias ocasiones...

...pero como podréis observar, el camino no tiene pérdida y en este primer tramo está muy marcado a pesar de encontrarnos rodeados por abundante vegetación.

Seguimos avanzando guiados por las marcas blancas y verdes que se van sucediendo en los árboles situados en los márgenes del camino, hayas de gran porte que junto a las rocas cubiertas de musgo se convierten en los dos grandes protagonistas de esta parte de la ruta.

Al acercarnos al abrevadero de Orionzilo el sendero se aleja de la pista asfaltada y la regata de Arrazola dejándolas a nuestra izquierda al mismo tiempo que comenzamos a ascender de una manera más marcada rumbo a la falda del pico Azalegui.

La senda va rodeando la cima por el lado izquierdo a través de una zona de prados y matorrales, por lo que a partir de este punto el camino desaparece en algunos momentos, así que deberemos guiarnos por unas estacas de madera en las que están pintadas dos franjas de color blanco y verde.

Durante el ascenso nos encontraremos con la pista asfaltada que pasa junto al aparcamiento en el que dejamos el coche. Durante 500 metros aproximadamente caminaremos por esta pista, pero pronto la abandonaremos para emprender el tramo más "duro" del ascenso, pero no os asustéis, que son tan solo 500 o 600 metros de subida un poco más fuerte pero totalmente asequible.

Al llegar arriba sólo queda seguir disfrutando con los paisajes que la selva de Irati pone a nuestros pies y que abarcan desde los inmensos hayedos situados en las inmediaciones del embalse de Irabia hasta las cumbres nevadas del pirineo navarro y francés.

Esta es una panorámica para que os hagáis una idea de las vistas que encontraréis mirando hacia el este desde la cima del pico Azalegui (pulsar sobre la foto para ampliar):

Unos prados tan verdes como los que tapizan las lomas del Azalegui son el lugar perfecto para que toda clase de ganado paste a sus anchas, ya sean caballos o rebaños de ovejas como el que nos encontramos nosotros mientras disfrutábamos del paisaje.

Tras un descanso de apenas 30 minutos reemprendimos la marcha guiándonos de nuevo por las estacas marcadas con los colores verde y blanco de esta ruta SL-NA 51C y descendiendo en busca del cobijo de los inmensos hayedos.

Al llegar a la zona boscosa, la senda se interna entre hayas y abetos y continua descendiendo suavemente hasta dejarnos a las puertas de la Ermita de San Esteban.

Tras asomarnos a su interior reanudamos la marcha y continuamos descendiendo hasta llegar a un recinto vallado en el que se debe guardar el ganado. Aquí hay que estar atento porque el camino atraviesa dos puertas de madera en la que están pintadas las marcas verdes y blancas.
Aprovechando estas zonas de prados, volvemos a deleitarnos con los paisajes de bosques frondosos e imponentes montañas que nos rodean.

El último kilómetro de la ruta transcurre bajo las copas de un espectacular hayedo-abetal en el que disfrutamos como enanos dejándonos llevar por este paraje que en ocasiones nos hacía sentir como si estuviésemos caminando dentro de un lienzo magistralmente realizado.

Ésta es una ruta sencilla, corta y muy agradecida para la vista, así que espero que os haya gustado y que os animéis a recorrerla para que la disfrutéis con los cinco sentidos. Seguro que no os defraudará.