Plaza de la Ciudad Vieja de Praga

La Plaza de la Ciudad Vieja ha sido desde la Edad Media el centro neurálgico de la vida social y política de Praga, y es que en ella encontramos algunos de los edificios más conocidos de la ciudad como las iglesias de Nuestra Señora de Týn y la de San Nicolás.

Otro de los atractivos de esta plaza es el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja con su famoso reloj astronómico junto al que cientos de turistas se agolpan cada hora para ver el desfile de los doce apóstoles. Además, es posible subir a la torre para contemplar esta plaza medieval y sus callejuelas aledañas desde las alturas y disfrutar del lugar con las mejores vistas sobre toda la ciudad.

Si venimos caminando desde el Puente de Carlos, nos encontraremos con la silueta inconfundible del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja y su famosa torre en primer lugar, y las torres de la iglesia de Týn al fondo de una plaza abarrotada de turistas que llenan restaurantes, cafeterías y tiendas de souvenirs.

Aprovechamos para echar un vistazo a la torre y las diversas partes que lo componen mientras esperamos a que el reloj marque la hora en punto para ver el desfile de los doce apóstoles.

La esfera de abajo es el conocido como Calendario de de Josef Mánes, en el que aparecen representados los meses del año, los signos del zodiaco y el Escudo de Armas de la Ciudad Vieja en el centro.
Situadas a ambos lados podemos ver cuatro esculturas. Las dos de la izquierda son un filósofo y un ángel, mientras que las situadas a la derecha representan a un astrónomo y un cronista.

La esfera superior es el Cuadrante Astronómico, un reloj con forma de astrolabio que se utilizaba para calcular las órbitas del sol y la luna.
También aparecen representados los signos del zodiaco en la esfera más pequeña, y al igual que sucede en la otra esfera, aquí también hay cuatro figuras que en este caso simbolizan la Vanidad, la Avaricia, la Muerte y la Lujuria.

Por fin el reloj marca la hora en punto y comienza el ritual que se repite cada hora entre las 9:00 y las 21:00 de cada día.
En primer lugar la figura que representa a la muerte toca una campanilla y tira de una cadena con la que se abren dos pequeñas puertas situadas sobre el Cuadrante Astronómico.
A continuación "se van asomando" los doce apóstoles con San Pedro en primer lugar. Es fácil identificarle porque lleva una gran llave en sus manos. Este es el conocido Paseo de los Apóstoles.
Cuando terminan, se cierran las puertas y el gallo dorado que hay entre ellas suelta un kikiriki mientras mueve sus alas. Acto seguido, en lo alto de la torre se asoma un trompetista que toca su melodía a toda la multitud que se congrega, dando por concluido el espectáculo entre los aplausos de los espectadores y el sonido de las campanas de fondo.

Salimos en estampida de la zona del reloj y nos acercamos más hacia la plaza para contemplar su fachada este, tras la que se erige imponente la iglesia gótica de Týn con sus dos torres gemelas de 80 metros de altura.

Es curioso que para acceder a su entrada principal haya que hacerlo a través de los arcos que hay en el edificio situado delante, pero si queréis haceros una idea de sus dimensiones reales, os recomiendo que la rodeéis accediendo por un estrecho callejón situado a la izquierda de la iglesia dónde también se encuentra la casa de la campana de Piedra, otro famoso edificio gótico de esta plaza que podéis ver a la izquierda en la fotografía anterior.

Cuando quisimos entrar ya era tarde y no estaba abierta al público, así que no pudimos verla por dentro.

Seguimos dando una vuelta por esta plaza en la que nos encontramos con muchos turistas haciéndose la foto correspondiente junto a varios músicos y artistas callejeros que amenizan y dan más vida a este céntrico lugar de la ciudad de Praga.

Nos acercamos hasta la iglesia de San Nicolás, pero había concierto y no pudimos entrar, así que lo intentaríamos de nuevo al día siguiente.

No teníamos claro si subir a la torre del reloj astronómico, pero al ver como se estaba poniendo el cielo y pensando que por la tarde no encontraríamos abierto ninguno de los lugares que nos quedaban por visitar, decidimos acercarnos hasta allí y ver el anochecer desde lo alto de la torre, no sin antes echar un vistazo a otros edificios de la plaza y fotografiar la torre desde un nuevo ángulo.

Nos acercamos hasta la taquilla dónde sacamos la entrada por 2,50€ (precio de verano de 2010). A continuación subimos las escaleras y llegamos hasta una habitación central en la que espera el trompetista que en cuanto el reloj marque la siguiente hora en punto se asomará para regalar a todos los turistas su "solo" de trompeta.
Rodeando esta habitación hay un corredor con varios carteles en los que se indica el nombre de los edificios que se ven desde cada una de las secciones del pasillo, pero de momento no les hago mucho caso porque lo que me encuentro nada más salir es esta panorámica de todo el barrio de Malá Strana con la silueta de la Catedral y el Castillo sobresaliendo sobre los tejados de Praga.

A partir de aquí no hay mucho que contar, sólo disfrutar de las maravillosas vistas de Praga y de un atardecer que dos años después sigo recordando como uno de los más especiales y bonitos de mi vida.

Catedral de Týn:

Iglesia de San Nicolás:

Mientras la noche iba cayendo poco a poco sobre Praga, se produjo un cambio de hora que aprovechamos para contemplar desde otro punto de vista.
En primer lugar cogimos posiciones para ver y escuchar al trompetista desde cerca...

...mientras veíamos como la gente se agolpaba bajo el reloj para contemplar el ritual de los doce apóstoles tal y como habíamos hecho nosotros mismos un par de horas antes.

Vistas en dirección al barrio de Malá Strana:

Calles aledañas y terrazas sobre los tejados:

Al final estuvimos casi dos horas contemplando el atardecer y como la ciudad medieval iba iluminándose artificialmente mientras el sol se iba ocultando tras la silueta de la Catedral de San Vito.

Al día siguiente volvimos a pasar por aquí camino del barrio de Malá Strana, así que aprovechamos para dar otra vuelta por la plaza y acercarnos a la Iglesia de San Nicolás para ver su interior.

Una vez dentro lo más destacable son los frescos de la cúpula en los que aparecen diversos momentos de la vida de San Nicolás y San Benito, pero lo que más llama la atención es la enorme lámpara en forma de corona que cuelga de la misma cúpula y que preside la nave central.

Enfrente del altar mayor y ubicado sobre la entrada principal, se puede ver parte del órgano que se utiliza tanto en los actos litúrgicos como en los conciertos que se celebran durante los meses de verano, así que si os interesa sólo tenéis que acercaros a la puerta y echar un vistazo al programa de conciertos que encontraréis en los carteles situados en la entrada.