Hasta hace unos años, esta no era una zona muy recomendable para los turistas, pero gracias a la rehabilitación que se ha hecho del barrio, es una zona realmente tranquila e interesante para perderse y caminar por sus calles.
Ver Harlem en un mapa más grande
Era nuestro primer día en Nueva York, así que aprovechando que era Domingo, nos fuimos a conocer este barrio y a asistir a una de las misas góspel que tanto recomiendan los foros y las guías.
Llegamos en metro hasta la estación de la calle 125, dedicada a Martin Luther King, el gran defensor e impulsor de los derechos para los ciudadanos de raza negra de los EEUU.
Al salir del metro parece mentira que sigas en Nueva York, la vida transcurre mucho más pausada que unos kilómetros más abajo, los edificios en pocos casos superan las 4 plantas y la raza predominante es la afroamericana.
No teníamos muy clara la ubicación exacta de ninguno de los puntos más turísticos de Harlem: el Teatro Apollo dónde actuaron, entre otros, los Jackson five, Ella Fitgerald o James Brown, y la sede de la YMCA, asi que decidimos dejar a nuestros pies que nos guiasen por las calles de este barrio.
Sólo llevábamos apuntadas la dirección de 3 iglesias dónde podíamos asistir a la misa góspel, pero ninguna de ellas era la archiconocida Abyssinian Baptist Church, ya que está demasiado colapsada por excursiones de turistas y decidimos elegir otra más “auténtica”.
Seguimos caminando sin rumbo fijo durante un rato, hasta que se acerca la hora de inicio de la misa góspel, así que preguntamos por una de las iglesias que teníamos anotadas a una mujer mayor que luce sus mejores galas y que sin duda se dirige a misa en otra de las más de cien iglesias que hay en Harlem.
Más o menos nos orienta en la dirección que debemos seguir, así que en unos minutos llegamos a la puerta de la "Greater Central Baptist Church". No era ninguna de las que llevavamos anotadas, pero como no encontramos la que ibamos buscando y en esta estaba a punto de empezar la misa, probamos suerte y entramos.
Cuando llegamos, nos encontramos con un grupo de españoles y nos mezclamos con ellos para entrar. Durante la misa nos enteramos que han venido con una excursión que les ha costado 40 dólares. “Menudo robo” pensamos, con lo fácil que es venir en metro, caminar y entrar en cualquiera de las innumerables iglesias que pueblan las calles de Harlem.
La misa góspel es interesante, pero nada que no hayamos visto en las películas. La gente muy arreglada y siguiendo con fervor al pastor que suda la gota gorda en pleno Noviembre para hacer mella en las conciencias de sus fieles, que le responden con expresiones como “Oh God!”, “JesusChrist!” o “yes!” mientras levantan la mano, todo esto amenizado con música, palmas y hasta baile.
Todo esto tiene un poco (o un mucho) de show, algo que los americanos llevan en la sangre, y de hecho cuándo llevábamos una hora aproximadamente de misa, “invitaron” a todos los turistas a abandonar la iglesia porque iba a comenzar la segunda parte de la misa, ¿o a lo mejor es que era justo en ese momento cuando realmente empezaba la ceremonia real? Nunca lo sabremos.
Os dejo estos cuatro vídeos de varias partes de la misa para que os hagáis una idea y os ayude a decidir si os interesa asistir a una misa góspel o no, pero mi recomendación es que si no vais con el tiempo muy justo entréis y viváis una experiencia que para bien o para mal seguro que no os deja indiferentes.
Después de charlar en la puerta de la iglesia sobre el show que acabábamos de presenciar, seguimos nuestra ruta instintiva por las calles de Harlem, mientras que el grupo de españoles que han compartido misa con nosotros se marcha en autobús.
Este barrio es para callejearlo andando y observar a la gente en su día a día, y para eso hay que salirse de las rutas turísticas. No creo que hagan falta excursiones que te organicen toda la visita.
Como decía antes no sentí inseguridad en ningún momento sino todo lo contrario, me pareció un barrio mucho mas acogedor y humano que las moles de hormigón y cristal del centro de Manhattan.
Como fuimos a finales de Noviembre de 2008, estaba muy reciente la victoria de Obama, y si en el centro de Manhattan había cientos de referencias al nuevo presidente, imaginaros en el barrio afroamericano de la ciudad.
Todas las tiendas, restaurantes y hoteles estaban decorados con imágenes de Obama e incluso vendían calendarios, camisetas, chapas y un sinfín de merchandising electoral.
Caminamos por el Malcom X Boulevard, al que da nombre el conocido defensor de los derechos humanos y en el que nos encontramos con lugares tan emblemáticos como el restaurante Sylvia’s Soul Food o el histórico club de Jazz Lenox Lounge.
Desde aquí, caminamos hacia la zona de la Universidad de Columbia atravesando el Morningside Park, desde el que hay unas buenas vistas de todo el barrio de Harlem.
Una vez en la zona universitaria, nos encontramos con cientos de estudiantes por las calles cercanas a las universidades que van y vienen de los colegios mayores o compran frutas y verduras en los puestos callejeros de Broadway a la altura de la calle 116.
Muy cerca de allí, nos acercamos a ver la catedral de St. John the Divine, la construcción neogótica más grande del mundo y eso que aún está sin acabar. Por poco tiempo no pudimos entrar, así que si algún día vuelvo a esta ciudad ya tengo una visita asegurada.
Por esta zona ya no teníamos nada más que ver, así que cogimos el metro en la estación de la 116 st. - Columbia University station con destino a Columbus Circle.
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